"Days go by like the wind and this life is too short" The Rasmus

jueves, 19 de enero de 2012

Lauri Una Deidad Mortal (cap 11-12)



11 Ansiedad


Lykia (p/v)


Parece como si se hubiera ido por mucho tiempo, lo extraño, hace medía hora que se fue. Qué se supone que hare en veinte días sin él?. Y si me hubiera pedido que fuese con él?. Bueno obvio que le hubiese dicho si. Lo extraño!! Mucho, me extrañara él?, un poco tal vez, no mas positiva, me extraña demasiado, ha ha, uy!! 
Muy optimista.

Me puse en pie, no quería estar en la cama, ni en el cuarto, todo me recordaba a él, el bendito cuarto olía a Lauri, ay!!. Lo cual era delicioso, pero no estando él, era como una…maldita agonía, como si fuera una drogadicta y mi droga-Lauri- 
no esta.

Me di un baño rápido, comí algo ligero y salí rápidamente. En quince minutos estaba en casa de Kišna. Ella nuevamente como si esperase mi llegada estaba en la puerta de su casa. Nos abrazamos y pregunto porque estaba triste.

-no triste, un poquito apagada, Lauri se fue-dije, pero ella no se sorprendió, lo tomo normalmente, … como si ya lo supiese.

-volverá pronto no?- indago ella.

-sip, espero, dijo que serian unos cuantos días.-

Entramos en su casa, estaba cocinando, hmm!! Siempre esta en la cocina cuando estoy aquí.

-renuente aun de conocerme?- quiso saber ella.

-un poco-dije.

Las próximas tres horas estuve en su casa, el mayor tiempo hablando de mi y Lauri, y muy poco de su hermano, ya tenia curiosidad, lo iba a conocer en su forma natural, cosa que Lauri no había querido hacer. No quería irme, porque al llegar a mi apartamento encontraría vacio. Me animo a no estar triste, prestándome una tarjeta de crédito, al verla mis ojos creo que brillaron, Lauri era muy tacaño, todo lo que me compraba era de acuerdo a lo que necesitaba, ah dicho sea no le gustaba salir de compras conmigo.

Salí con una sonrisa de oreja a oreja, y me dijo que volviera cuando  hubiera terminado con el saldo disponible. Y me recordó, que la visitara en dos días, ya que tenía que viajar a Rep. Checa, y arreglar unos pendientes con el proceso de intercambio.

Poca atención puse cuando me daba las instrucciones, en mi mente solo estaba ir al Mall, lo antes posible.

Llegué, y lo vi, como si fueran las puertas del cielo que se abrían ante mi. Wow!! Que alucinada, se nota, que nunca había tenido una tarjeta para mi solita, hmm!! Era de lo cual hablaría seriamente con mi “droguita” .

Fui a toda la planta baja, vi tienda por tienda y no salía de ellas con las manos vacías, igual hice con la segunda planta. Me di cuenta que solo había comprado para mi, lógico.

 Así que fui a una tienda solo para hombres, la cual Lauri nunca había visitado, tenían de todo desde trajes muy formales, semi -formales, hasta ropa interior. En mi rostro se formo una risa… un tanto malévola. Ha ha. Compré una cosa de todo, por último dejé la parte de la ropa interior. Hmm! Qué le gustara? Una tanga? Bóxer? Sencillo? O hilo? Al ultimo pensamiento me puse roja, la vendedora me quedo viendo, imaginándose lo que tal vez estaba pensando.

Casi todos los que el tenia eran bóxer, pequeños, largos, pero no tenia tangas ni nada por el estilo, tome cinco tangas la mayoría negras y una blanca, y un hilo. Nos dirigíamos a la caja para cancelar, cuando vislumbré, unas tangas pero con figuritas, me reí por lo bajo, imaginándome a Lauri con una. Sus piernas bien tonificadas, su abdomen, firme, no muy trabajado, pero lo suficiente, para que cualquiera suspirara, su carita rojita como un tomate, ante el hecho que estaba semi o prácticamente desnudo, solo cubierto por una pequeñísima tanga con forma de elefante morado.

Salí abruptamente de mi nube, al escuchar mi risa ahogadamente. Y viendo como todos los que estaban a mi alrededor me quedaban observando, creyendo lógicamente que era por las tangas de figuras.

Compré la que apareció en mi “nube”. La cajera sonreía tímidamente, no queriendo que notara que reía. Y yo haciendo como que no miraba que ella reía. Al devolverme la tarjeta, salí lo más rápido posible, y me dije a mi misma que jamás volvería a entrar.

Tantas compras me abrió el apetito, fue a comer un hot- dog, sentada cómodamente, y note que se acerca Pauli, uno de los amigos de Lauri.
Tenia que esconderme, me podría descubrir, o tal vez no pero no me quedaría para probarlo, dos segundos después, no lo miraba por ningún lado, respire tranquila, problema resuelto. Era de noche, pero el Mall aun continuaba lleno de personas, pase nuevamente por frente de la tienda, de las tangas, volteé mi cabeza hacia la otra tienda, sin fijarme y ver al frente, un fuerte golpe sentí.

Mis bolsas con todas mis compras se esparcieron por el lugar, y yo en el suelo, me tendió una mano, el causante de mi accidente, casi me paralizo al darme cuenta que era Pauli el que me ayudaba a ponerme en pie.

No hablé, podría reconocer mi voz, le sonreí, tome mis bolsas lo mas rápido posible, el trataba de ayudarme, pero no le preste atención, y hui lo mas rápido posible. Me fui a casa, deje las bolsas, y me acosté en la cama.


****


12 Ilusiones



Los días pasaban y seguían dándome escusas del porque el Juicio aun no concluía, se suponía que el ya estaba libre, no veía el caso, de seguir acudiendo al gran “edificio”.

Al mes, por fin, pude, aclarar –mentir- que me quedaría, hasta que mi padre, desistiera de seguir reinando y aceptar ser su sucesor.

No toleraba estar rodeado de las deidades jóvenes, que el único fin que les movía saludarme era de persuadirme dar libertad a Korppi.-desapareciera- si bien yo lo haría, pero tendría que dar el paso de ser rey, y no esta en mis planes. Mi única resignación fue pasar la mayor parte del tiempo me quedaba en “mi” casa, haciendo nada, solo durmiendo, y en la mayoría de veces pesadillas, no se si es la lejanía o que? pero solo sueño con perder a Lykia.

La que aun me duele recordar fue cuando…



Flashback.


“niño humano, de cinco años, me perdí en el bosque, era pleno otoño, era de noche, no podía ver mi casa, todo obscuro solo la luna, llegue hasta una colina, y me subí a un árbol cuyas hojas eran color azules. De pronto apareció una joven de doce años, nos miramos, y luego ella dijo que subiera mas alto, no lo iba hacer, estaba muy alto, y tenia miedo de caerme.

Dijo que todo estaría bien, sus palabras me tranquilizaron. Al rato escuche que murmuraba algo con un anciano, no preste atención, al poco tiempo ella estaba a mi lado.

-te has perdido?-pregunto ella. Le dije que si, y prometió enseñarme el camino, me dio confianza, a demás era muy bella, ojos grises, su piel blanca, su cabello color rojizo.



Ella iba delante de mi, alce mi mano para tocar su vestido, que le llegaba hasta las rodillas, pero no la toque, mi mano paso sobre ella como si fuera un fantasma.

-eres un fantasma?-pregunté.

-y que si lo soy?- respondió, y se volteo para mirarme a mis ojos.

-no me dan miedo los fantasmas- sonreí para ella

-mi nombre es Kilya -(kilua en fines)- y vivo en el árbol, siempre estoy en su interior nunca salgo, solo cuando las hojas caen puedo salir.-dijo mirando su árbol. Mis ojos se abrieron a lo máximo, no lo podía creer, no era humana.

-puedo volver mañana?- le pregunté animosamente. Mi pregunta la sorprendió un poco, y pude ver que sonreía, me aleje, volví mi mirada, y ella ya no estaba. 
Ya quería que fuera mañana. Volví al día siguiente, y lo único que vi en la colina era nieve, todo cubierto de nieve, todos los arboles habían perdido sus hojas.

-oh!!! Kilya no puedes salir, invierno márchate, y devuélveme el otoño. Me fui a mi casa resignado. Los días pasaron, los meses, y nuevamente el otoño toco nuestra puerta. No espere mas, estaba ansioso, por ir a la colina, el sol estaba en su máximo esplendor el aire golpeaba mi cara. Al llegar la vi, sentada en una rama, ella me miro sorprendida, me sonrió.

Y así iba a la colina todos los días, el tiempo era injusto duraba tan poco el otoño. 
Un día tropecé con una de las raíces del árbol, y ella se quejo, le pregunte del porque, y ella respondió que lo que el árbol sentía ella también, oh!! Me agache y empecé hacerle cosquillas al árbol, a lo cual ella también se estaba riendo.

Pasaron los años, ahora tenía doce años, y en los días de otoño iba a la colina y siempre la miraba. Me marchaba dándole una sonrisa, y ella a su vez sonreía también.

En el transcurso de las estaciones, mi vida era normal iba a la escuela, y todo lo demás, un día me invitaron para ir a la playa, dije no, odiaba el verano, el aire tan seco hasta  el punto que dolía, también odiaba la primavera, siempre somnolienta, y por supuesto también odiaba el invierno, todo blanco, me sentía deprimido. Solo el otoño era agradable.

Por fin llegó el otoño, me apresure a llegar lo antes posible, la ultima semana solo en este día había pensado. Ahí estaba ella, sentada en la rama más alta del árbol, pregunto si subiera con una gran sonrisa. Llegué hasta donde ella y nos sentamos a ver el atardecer.

-tu pelo… esta largo- dijo ella, cierto, lo tenia hasta los hombros en capas que comenzaban desde la base de mi pelo hasta el final, terminando con muy poco pelo, y  me lo paraba hacia tras en pequeños rayos.

-tu no has cambiado nada- dije. Cambie de tema, al hacerle la pregunta su cara se entristeció. –quieres tocarlo?- alcé mi mano hasta mi cabeza, ella sonrió, y con su cabeza negó. Silencio, me acerque al tronco y lo abrace.

-que haces?- pregunto ella. –lo abrazo, no dices que tu sientes al árbol.- dije, seguía abrazando al árbol, quería abrazarla a ella, pero se desvanecería en mis brazos. Una ves mas pequeña en un ensaño, de que quería ser cuando fuera grande, dije, una bellota, todos se burlaron de mi.

De la nada apareció otra vez el mismo anciano, de la primera vez estuve en la colina, estaba discutiendo con ella, y solo llegue a escuchar “el es mío”, esa eran las palabras que necesitaba escuchar para resistir hasta el otro otoño. El anciano se desvaneció, era lógico que el fuera como ella, pero porque desvaneció?.

-qué le paso?- le pregunte.

-se ha desvanecido, decidió morir-dijo. No entendía lo que estaba pasando, ella noto mi incertidumbre y volvió hablar.

 –tenemos la esperanza de vida de un árbol, pero cuando llega el otoño podemos elegir, si volver el otro otoño o volver a ser humano- esa palabra recorrió mi mente, asiéndome sentir emocionado.

–hace mucho tiempo, cuando hubo una época de extrema pobreza, la población empezó a morir, los pocos habitantes quedaron se refugiaron en las colinas, y ellas nos permitieron quedarnos. Yo soy una de ellos.-

-en su momento no  me importo si moría o no en el próximo otoño, todos mis amigos murieron tengo décadas de estar aquí. Daba igual, pero el día que te conocí, ese día tenia que escoger, y tú dijiste, que volverías.-

Ella no decidió morir, porque quería seguir viéndome.

El otoño acabo, quería ir a la colina pero sabia que ella no estaría. No me importo, llegue y en efecto el árbol estaba lleno de hojas, me acerque a su trono lo abrase, y dije “te amo”. –palabra que nunca he usado incluso ni con Lykia-
Siempre imaginaba que ella, se sentaba a mi lado, en las clases y que volvíamos juntos a casa.

 Por fin otro verano acabo, era el ultimo día. Me dirigía a mi casa, un poco cansado por el día agitado del colegio. Llegue me recosté en la sala , no había nadie, saque mis alas, y mis ojos volvieron a ser negros.

Encendí el televisor,  estaba en “mute” no escuchaba nada, quité mi vista del t.v. y la vi a ella, al lado de mi ventana, se acerco a mi, me puse en pie.

-yo también te amo- dijo ella, mi sueño siempre de poder sentirla lo estaba 
haciendo realidad, me dio un beso rápidamente, y el volumen del televisor volvió.

El reportero hablaba “podemos decir confiados que el incendio no abarcó hasta llegar a los poblados cercanos, solo se propago hasta arriba a llegar  a las colinas”  me quede estático aun sintiendo sus labios, la colina que estaba en fuego era donde estaba el árbol de Kilya.

-Kilya?- dije.

-shh!! Todo esta bien, tu expresión al verme lo vale todo en este momento, aunque no lo haga nunca mas.-

-que dices puedo esperarte por otro otoño, o por siempre.- dije, nos separamos unos cuantos centímetros, aun nuestros rostros estaban muy cerca, mis ojos estaban humedecidos.

- eres un mentiroso, Lauri.- me beso nuevamente.
“el fuego a sido controlado,  volvemos contigo Mina”  dijo el reportero, y Kilya desapareció, mis labios abiertos quedaron, sin tener a  alguien que acudiera a cerrarlos con otros labios.

Caí  sobre mis rodillas, mis lagrimas negras manchaban mis manos, notando que se había formado tres silabas, era el nombre de Kilya, pero estaban en desorden, eso creí, pero no, en realidad, nunca fue Kilya, siempre fue Lykia, solo que en otro orden las silabas.”… fin del flashback-

Me dolía recordar, como la había perdido, en mi sueño nunca supe que era Lykia, la creí otra persona, solo despertando vi, que siempre fue ella. Creo que nunca había llorado por alguien y menos por alguien a quien <amaba>, porque ahora estaba mas seguro que era así, la amaba, y me dolía el haberla perdido.

Los días seguían transcurriendo, a paso lento, mis ojos aun embriagados con la actual belleza de Korppi. No quería dormir, no deseaba dormir tampoco, sabia que no obtendría nada bueno de eso. Tenia que ocupar mi mente en algo, tome papel y lápiz y comencé a escribir, sin mucho esfuerzo llene pagina tras pagina, … sin darme cuanta al mes tenia mil hojas llenas de palabras alusivas a mis nuevos sentimientos, desde el amor, los celos, la tristeza de estar lejos de ella, e incluí sentimientos no vividos, como el perdonar, ser engañado –me dolió si quiera pensarlo- o … perder al ser amado. –sin palabras- …



1 comentario:

  1. Ohhhhhhh comprarle tangitas a Lau??? Hayyyyy Nooooo esos pensamientos que vienen a mi mente jajaajajajajaja... Buenoooo pero entonces que es en relidad Lykia............??

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