11 Ansiedad
Lykia (p/v)
Parece como si se
hubiera ido por mucho tiempo, lo extraño, hace medía hora que se fue. Qué se
supone que hare en veinte días sin él?. Y si me hubiera pedido que fuese con él?.
Bueno obvio que le hubiese dicho si. Lo extraño!! Mucho, me extrañara él?, un
poco tal vez, no mas positiva, me extraña demasiado, ha ha, uy!!
Muy optimista.
Me puse en pie, no
quería estar en la cama, ni en el cuarto, todo me recordaba a él, el bendito
cuarto olía a Lauri, ay!!. Lo cual era delicioso, pero no estando él, era como
una…maldita agonía, como si fuera una drogadicta y mi droga-Lauri-
no esta.
Me di un baño rápido,
comí algo ligero y salí rápidamente. En quince minutos estaba en casa de Kišna.
Ella nuevamente como si esperase mi llegada estaba en la puerta de su casa. Nos
abrazamos y pregunto porque estaba triste.
-no triste, un poquito
apagada, Lauri se fue-dije, pero ella no se sorprendió, lo tomo normalmente, …
como si ya lo supiese.
-volverá pronto no?-
indago ella.
-sip, espero, dijo que
serian unos cuantos días.-
Entramos en su casa,
estaba cocinando, hmm!! Siempre esta en la cocina cuando estoy aquí.
-renuente aun de
conocerme?- quiso saber ella.
-un poco-dije.
Las próximas tres horas
estuve en su casa, el mayor tiempo hablando de mi y Lauri, y muy poco de su
hermano, ya tenia curiosidad, lo iba a conocer en su forma natural, cosa que
Lauri no había querido hacer. No quería irme, porque al llegar a mi apartamento
encontraría vacio. Me animo a no estar triste, prestándome una tarjeta de
crédito, al verla mis ojos creo que brillaron, Lauri era muy tacaño, todo lo que
me compraba era de acuerdo a lo que necesitaba, ah dicho sea no le gustaba
salir de compras conmigo.
Salí con una sonrisa de
oreja a oreja, y me dijo que volviera cuando hubiera terminado con el saldo disponible. Y
me recordó, que la visitara en dos días, ya que tenía que viajar a Rep. Checa,
y arreglar unos pendientes con el proceso de intercambio.
Poca atención puse
cuando me daba las instrucciones, en mi mente solo estaba ir al Mall, lo antes
posible.
Llegué, y lo vi, como
si fueran las puertas del cielo que se abrían ante mi. Wow!! Que alucinada, se
nota, que nunca había tenido una tarjeta para mi solita, hmm!! Era de lo cual
hablaría seriamente con mi “droguita” .
Fui a toda la planta
baja, vi tienda por tienda y no salía de ellas con las manos vacías, igual hice
con la segunda planta. Me di cuenta que solo había comprado para mi, lógico.
Así que fui a una tienda solo para hombres, la
cual Lauri nunca había visitado, tenían de todo desde trajes muy formales, semi
-formales, hasta ropa interior. En mi rostro se formo una risa… un tanto
malévola. Ha ha. Compré una cosa de todo, por último dejé la parte de la ropa
interior. Hmm! Qué le gustara? Una tanga?
Bóxer? Sencillo? O hilo? Al ultimo pensamiento me puse roja, la vendedora
me quedo viendo, imaginándose lo que tal vez estaba pensando.
Casi todos los que el
tenia eran bóxer, pequeños, largos, pero no tenia tangas ni nada por el estilo,
tome cinco tangas la mayoría negras y una blanca, y un hilo. Nos dirigíamos a
la caja para cancelar, cuando vislumbré, unas tangas pero con figuritas, me reí
por lo bajo, imaginándome a Lauri con una. Sus
piernas bien tonificadas, su abdomen, firme, no muy trabajado, pero lo
suficiente, para que cualquiera suspirara, su carita rojita como un tomate,
ante el hecho que estaba semi o prácticamente desnudo, solo cubierto por una
pequeñísima tanga con forma de elefante morado.
Salí abruptamente de mi nube, al escuchar mi
risa ahogadamente. Y viendo como
todos los que estaban a mi alrededor me quedaban observando, creyendo
lógicamente que era por las tangas de figuras.
Compré la que apareció
en mi “nube”. La cajera sonreía tímidamente, no queriendo que notara que reía.
Y yo haciendo como que no miraba que ella reía. Al devolverme la tarjeta, salí
lo más rápido posible, y me dije a mi misma que jamás volvería a entrar.
Tantas compras me abrió
el apetito, fue a comer un hot- dog, sentada cómodamente, y note que se acerca
Pauli, uno de los amigos de Lauri.
Tenia que esconderme,
me podría descubrir, o tal vez no pero no me quedaría para probarlo, dos
segundos después, no lo miraba por ningún lado, respire tranquila, problema
resuelto. Era de noche, pero el Mall aun continuaba lleno de personas, pase
nuevamente por frente de la tienda, de las tangas, volteé mi cabeza hacia la
otra tienda, sin fijarme y ver al frente, un fuerte golpe sentí.
Mis bolsas con todas
mis compras se esparcieron por el lugar, y yo en el suelo, me tendió una mano,
el causante de mi accidente, casi me paralizo al darme cuenta que era Pauli el que
me ayudaba a ponerme en pie.
No hablé, podría
reconocer mi voz, le sonreí, tome mis bolsas lo mas rápido posible, el trataba
de ayudarme, pero no le preste atención, y hui lo mas rápido posible. Me fui a
casa, deje las bolsas, y me acosté en la cama.
****
12 Ilusiones
Los días pasaban y
seguían dándome escusas del porque el Juicio aun no concluía, se suponía que el
ya estaba libre, no veía el caso, de seguir acudiendo al gran “edificio”.
Al mes, por fin, pude,
aclarar –mentir- que me quedaría, hasta que mi padre, desistiera de seguir
reinando y aceptar ser su sucesor.
No toleraba estar
rodeado de las deidades jóvenes, que el único fin que les movía saludarme era
de persuadirme dar libertad a Korppi.-desapareciera- si bien yo lo haría, pero tendría
que dar el paso de ser rey, y no esta en mis planes. Mi única resignación fue
pasar la mayor parte del tiempo me quedaba en “mi” casa, haciendo nada, solo
durmiendo, y en la mayoría de veces pesadillas, no se si es la lejanía o que?
pero solo sueño con perder a Lykia.
La que aun me duele
recordar fue cuando…
Flashback.
“niño humano, de cinco
años, me perdí en el bosque, era pleno otoño, era de noche, no podía ver mi
casa, todo obscuro solo la luna, llegue hasta una colina, y me subí a un árbol
cuyas hojas eran color azules. De pronto apareció una joven de doce años, nos
miramos, y luego ella dijo que subiera mas alto, no lo iba hacer, estaba muy
alto, y tenia miedo de caerme.
Dijo que todo estaría
bien, sus palabras me tranquilizaron. Al rato escuche que murmuraba algo con un
anciano, no preste atención, al poco tiempo ella estaba a mi lado.
-te has
perdido?-pregunto ella. Le dije que si, y prometió enseñarme el camino, me dio
confianza, a demás era muy bella, ojos grises, su piel blanca, su cabello color
rojizo.
Ella iba delante de mi,
alce mi mano para tocar su vestido, que le llegaba hasta las rodillas, pero no
la toque, mi mano paso sobre ella como si fuera un fantasma.
-eres un
fantasma?-pregunté.
-y que si lo soy?-
respondió, y se volteo para mirarme a mis ojos.
-no me dan miedo los
fantasmas- sonreí para ella
-mi nombre es Kilya
-(kilua en fines)- y vivo en el árbol, siempre estoy en su interior nunca
salgo, solo cuando las hojas caen puedo salir.-dijo mirando su árbol. Mis ojos
se abrieron a lo máximo, no lo podía creer, no era humana.
-puedo volver mañana?-
le pregunté animosamente. Mi pregunta la sorprendió un poco, y pude ver que
sonreía, me aleje, volví mi mirada, y ella ya no estaba.
Ya quería que fuera
mañana. Volví al día siguiente, y lo único que vi en la colina era nieve, todo
cubierto de nieve, todos los arboles habían perdido sus hojas.
-oh!!! Kilya no puedes
salir, invierno márchate, y devuélveme el otoño. Me fui a mi casa resignado.
Los días pasaron, los meses, y nuevamente el otoño toco nuestra puerta. No
espere mas, estaba ansioso, por ir a la colina, el sol estaba en su máximo
esplendor el aire golpeaba mi cara. Al llegar la vi, sentada en una rama, ella
me miro sorprendida, me sonrió.
Y así iba a la colina
todos los días, el tiempo era injusto duraba tan poco el otoño.
Un día tropecé
con una de las raíces del árbol, y ella se quejo, le pregunte del porque, y
ella respondió que lo que el árbol sentía ella también, oh!! Me agache y empecé
hacerle cosquillas al árbol, a lo cual ella también se estaba riendo.
Pasaron los años, ahora
tenía doce años, y en los días de otoño iba a la colina y siempre la miraba. Me
marchaba dándole una sonrisa, y ella a su vez sonreía también.
En el transcurso de las
estaciones, mi vida era normal iba a la escuela, y todo lo demás, un día me
invitaron para ir a la playa, dije no, odiaba el verano, el aire tan seco hasta el punto que dolía, también odiaba la
primavera, siempre somnolienta, y por supuesto también odiaba el invierno, todo
blanco, me sentía deprimido. Solo el otoño era agradable.
Por fin llegó el otoño,
me apresure a llegar lo antes posible, la ultima semana solo en este día había
pensado. Ahí estaba ella, sentada en la rama más alta del árbol, pregunto si
subiera con una gran sonrisa. Llegué hasta donde ella y nos sentamos a ver el
atardecer.
-tu pelo… esta largo-
dijo ella, cierto, lo tenia hasta los hombros en capas que comenzaban desde la
base de mi pelo hasta el final, terminando con muy poco pelo, y me lo paraba hacia tras en pequeños rayos.
-tu no has cambiado
nada- dije. Cambie de tema, al hacerle la pregunta su cara se entristeció.
–quieres tocarlo?- alcé mi mano hasta mi cabeza, ella sonrió, y con su cabeza
negó. Silencio, me acerque al tronco y lo abrace.
-que haces?- pregunto
ella. –lo abrazo, no dices que tu sientes al árbol.- dije, seguía abrazando al
árbol, quería abrazarla a ella, pero se desvanecería en mis brazos. Una ves mas
pequeña en un ensaño, de que quería ser cuando fuera grande, dije, una bellota,
todos se burlaron de mi.
De la nada apareció
otra vez el mismo anciano, de la primera vez estuve en la colina, estaba
discutiendo con ella, y solo llegue a escuchar “el es mío”, esa eran las
palabras que necesitaba escuchar para resistir hasta el otro otoño. El anciano
se desvaneció, era lógico que el fuera como ella, pero porque desvaneció?.
-qué le paso?- le
pregunte.
-se ha desvanecido,
decidió morir-dijo. No entendía lo que estaba pasando, ella noto mi
incertidumbre y volvió hablar.
–tenemos la esperanza de vida de un árbol,
pero cuando llega el otoño podemos elegir, si volver el otro otoño o volver a
ser humano- esa palabra recorrió mi mente, asiéndome sentir emocionado.
–hace mucho tiempo,
cuando hubo una época de extrema pobreza, la población empezó a morir, los
pocos habitantes quedaron se refugiaron en las colinas, y ellas nos permitieron
quedarnos. Yo soy una de ellos.-
-en su momento no me importo si moría o no en el próximo otoño,
todos mis amigos murieron tengo décadas de estar aquí. Daba igual, pero el día que
te conocí, ese día tenia que escoger, y tú dijiste, que volverías.-
Ella no decidió morir, porque
quería seguir viéndome.
El otoño acabo, quería
ir a la colina pero sabia que ella no estaría. No me importo, llegue y en
efecto el árbol estaba lleno de hojas, me acerque a su trono lo abrase, y dije
“te amo”. –palabra que nunca he usado incluso ni con Lykia-
Siempre imaginaba que
ella, se sentaba a mi lado, en las clases y que volvíamos juntos a casa.
Por fin otro verano acabo, era el ultimo día.
Me dirigía a mi casa, un poco cansado por el día agitado del colegio. Llegue me
recosté en la sala , no había nadie, saque mis alas, y mis ojos volvieron a ser
negros.
Encendí el
televisor, estaba en “mute” no escuchaba
nada, quité mi vista del t.v. y la vi a ella, al lado de mi ventana, se acerco
a mi, me puse en pie.
-yo también te amo-
dijo ella, mi sueño siempre de poder sentirla lo estaba
haciendo realidad, me
dio un beso rápidamente, y el volumen del televisor volvió.
El reportero hablaba “podemos decir confiados que el incendio no
abarcó hasta llegar a los poblados cercanos, solo se propago hasta arriba a
llegar a las colinas” me quede estático aun sintiendo sus labios, la
colina que estaba en fuego era donde estaba el árbol de Kilya.
-Kilya?- dije.
-shh!! Todo esta bien,
tu expresión al verme lo vale todo en este momento, aunque no lo haga nunca
mas.-
-que dices puedo
esperarte por otro otoño, o por siempre.- dije, nos separamos unos cuantos
centímetros, aun nuestros rostros estaban muy cerca, mis ojos estaban
humedecidos.
- eres un mentiroso,
Lauri.- me beso nuevamente.
“el
fuego a sido controlado, volvemos
contigo Mina” dijo el reportero, y
Kilya desapareció, mis labios abiertos quedaron, sin tener a alguien que acudiera a cerrarlos con otros
labios.
Caí sobre mis rodillas, mis lagrimas negras
manchaban mis manos, notando que se había formado tres silabas, era el nombre
de Kilya, pero estaban en desorden, eso creí, pero no, en realidad, nunca fue
Kilya, siempre fue Lykia, solo que en otro orden las silabas.”… fin del
flashback-
Me dolía recordar, como
la había perdido, en mi sueño nunca supe que era Lykia, la creí otra persona,
solo despertando vi, que siempre fue ella. Creo que nunca había llorado por
alguien y menos por alguien a quien <amaba>, porque ahora estaba mas
seguro que era así, la amaba, y me dolía el haberla perdido.
Los días seguían
transcurriendo, a paso lento, mis ojos aun embriagados con la actual belleza de
Korppi. No quería dormir, no deseaba dormir tampoco, sabia que no obtendría
nada bueno de eso. Tenia que ocupar mi mente en algo, tome papel y lápiz y comencé
a escribir, sin mucho esfuerzo llene pagina tras pagina, … sin darme cuanta al
mes tenia mil hojas llenas de palabras alusivas a mis nuevos sentimientos,
desde el amor, los celos, la tristeza de estar lejos de ella, e incluí
sentimientos no vividos, como el perdonar, ser engañado –me dolió si quiera
pensarlo- o … perder al ser amado. –sin palabras- …
Ohhhhhhh comprarle tangitas a Lau??? Hayyyyy Nooooo esos pensamientos que vienen a mi mente jajaajajajajaja... Buenoooo pero entonces que es en relidad Lykia............??
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