"Days go by like the wind and this life is too short" The Rasmus

domingo, 26 de agosto de 2018

Voy a Marte, desde Venus



Capitulo III

Habían transcurrido aproximadamente un mes desde que habíamos empezado a hablar, y si piensas que ahora es diferente a como fue hace una semana,  pues no, para mi pesar, parece que sigue todo igual, yo a punto de dejar la atmósfera segura de este planeta, para viajar a otro, y él, seguro en su habitad natural.

¿Era acaso justo esta disparidad de situaciones?, claro que no, pero por esos somos seres pensantes de diferente planeta. Una cosa si no había cambiado para nada, era mi emoción cada vez que tenía señales de él, no sabía la luz que le daba a mis días, pues pensaba era feliz, y en efecto lo era, pero era el doble de feliz cada vez que hablaba con él, era como el sol de mis veranos, la luna de mi noche, la nieve del invierno, sencillamente me sentía completa cuando hablaba con él.

Todo eso era preocupante, pues al pasar los días, y aun con esa forma de ser suya, que hoy te escribo mañana no, pasado mañana quien sabe, debería al menos estar menguando mi emocionometro hacia él, y nada que ver, más bien era como que aumentaba, pero había una razón, que me había costado descubrir. Siempre que siento que me estoy emocionando más de lo normal con alguien, activo mis mecanismos de defensa, y siempre son diferentes con cada persona, pero hay algo en común, que hago cosas que sé que no les gustan y por ende se enojaran conmigo y se alejaran, tonto o radical, pero eso suelo hacer.

Pero con Mauri estaba actuando diferente. Me agarraba de esa falta de presencia constante suya, y decía: hoy fui feliz, hablamos, nos contamos cosas, terminamos de hablar, pero murió. Él cuando perdía el interés en el chat, simplemente me dejaba en visto o dejaba de contestarme y de las dos cosas la que odiaba era el visto, pues se sentía como si le valiera 3 hectárea de pepinos y que tiene mejor cosa que hacer que dar una respuesta aunque corta fuese, y un día se lo deje saber. No sabía si al día siguiente él me hablaría o no, pero entonces ya no quedaba con ese anhelo de “¿será que me llamara hoy?  no simplemente ese día ya estaba muerto, practicaba mini lutos demasiado seguido para mi gusto, pero que a la larga solo me estaba protegiendo, eso solo daba a entender lo humana que era.

Y he decir que era muy buen mecanismo de defensa, estaba funcionando de mil maravillas, y me daba cuenta, porque podían pasar hasta 4 días sin que nos comunicáramos, reaparecía y voilá, sin enojos sin rencores, solo con felicidad, porque en el fondo se sentía, como que había resucitado, jubilo, algarabía en mi alma.

Todo era tan diferente, si tenía que compararlo con pasadas experiencias, que se sentía bien ir tan despacio, sin apuros, ni prisas, disfrutando el día a día, aunque bueno, venia de la costumbre de hablar bastante tiempo al día con alguien que me gustase, y pasar a hablar casi nada era, extraño y poco digerible.

Cada vez que interactuábamos, yo era como una esponja o mis antenas parabólicas se activaban al máximo, y no lo hacía a propósito, sino porque en el fondo quería conocer todo de él.
¿Qué había descubierto? Que le gustaba molestarme con ciertos temas tabú que había implementado entre nosotros, uno de ellos era tema sexuales, pero no me cabía en la cabeza ponerme hablar de eso, excitarlo cuando estábamos en un plan meramente de amistad, ah si, no había comentado eso ¿no es así?. Desde un principio habíamos dejado claro las cosas, que yo no quería nada de pasarla rico un rato y adiós, y él no quería nada serio, la única salida que nos quedaba era la de la amistad, entonces ese tema y sus relacionados estaban prohibidos.

Otra cosa que le gustaba, hacerme sentir incomoda o nerviosa, lo bueno que era a través del celular, porque en vivo hubiera muerto de risa por mis caras, suelen decir las personas que soy muy expresiva, y ya con temas hot era de momento kodak.

Y no es que no quisiera hablar de eso o de todo con él, pero si él no marcaba los límites lo haría yo, porque a la larga la lastimada seria mi ser. Gustaba de hablar, está bien, veámonos, copita, besito y ¿después que? Utilizada y botada, porque solo me llamaría para el momento en que no le aburriese, pero luego al paso de las horas, me despacharía cual prepago sin pago fuese, aunque no, si habría un pago mortífero, me daría su tiempo, escaso pero algo, migajas de su “cariño” porque no sería real, y luego al marcharse, quedaría ahí sola y abandonada, con un nudo en la garganta, aguantándome las ganas de decirle que se quede, que me quiera, y si era patético imaginarlo, vivirlo sería peor, entonces era mejor, si de amiga me quería, seria sola y exclusivamente eso nada más.


Habían días que no lograba saber nada nuevo de él y eso era un poco frustrante, parecía ser una persona tan cerrada que ya había captado el momento preciso cuando deseaba mi compañía y hablar. Era como un mensaje de neón en mi whastapp y por cosas del destino cada vez que pasaba algo así, estaba ocupada y lo dejaba, muy a mi pesar, sin embargo así debía de ser, pues yo no era ninguna prioridad para él, por ende no podía hacerlo mi prioridad tampoco.

Había aprendido a la fuerza que en estaba vida nadie te pone de prioridad, bueno casi nadie, solo tu madre, pero en estos temas ella no cabe. Qué bonito seria sentir que si era su prioridad virtual, y que sin importar el momento apareciera, pero bueno, no se le podía pedir peras al olmo.

Los días seguían pasando como el soplo de un viento, y cada semana por así decirlo lo sentía más distante pero más cercano, ¿complicado eh? , imagíname a mí, tratando de descifrar eso. ¿Porque sentía eso?, bueno más distante, porque ahora cada vez interactuábamos menos, con una mano podía contar los días que platicábamos vía whatsapp y ni se diga de llamada, aunque en una ocasión fue simple destino que me hizo no contestar, porque sus llamadas eran oro para mí, era el momento donde podía saber más y más de él, y por otro lado, más cercano porque los microscópicos mensajes que obtenía de él eran: “te extraño” , “he estado pensando en ti estos días” si lo sé, que calibre de mensaje ¿no es así?, pero entonces si me extrañaba ¿por qué no me buscaba?.

Que dilema tan grande, era para pasarse la noche entera recostada en la cálida arena de mi playa. Se podría decir que era como resolver un teorema pero no, había solo dos explicaciones; por un lado no me buscaba porque estaba muy ocupado o estresado por el proyecto del puente, y por el otro, que tenía varias calentando vía mensaje y que cierto tiempo me tocaba el mío, y bueno era hora de pasar de nivel a la intensidad de emoción que le tocaba transmitir, para no perder a su candelita.

No es que pensara mucho en esas posibilidades, pero me hacía bien creer que era la segunda, ¿por qué?, si, por los benditos ¡mecanismos de defensa!, con ello ponía en frio mi mente, y mi corazón, neutralizando cualquier partícula de sentimiento que se estuviera formando o matando la partícula ya creada, pues no era nada sano estar entusiasmada por alguien que no quería nada serio, y el único plan era la amistad, que en un futuro él quisiese cambiar de opinión, podría ser, pero también no, y ellos como siempre son corazón de hierro y no dejan nadie entrar, no tenía por qué crearme falsos castillos, cuando jamás entraría en uno y quedaría afuera con la lluvia cayendo sobre mí, y mis lágrimas derramándose desde el fondo de mi corazón.

Es que si diera rienda suelta a mi imaginación un futuro así es el que me imaginaba, abandonada y destruida por él, porque siempre había sido claro, pero uno siempre era tonto creo, que aunque le dicen las cosas, eso no entra en conexión con el cerebro y quien toma el control era el corazón.

¿Sería posible pensar que este marciano si tenía corazón?, aún era temprano para sacar conclusiones, me gustaría que tuviera uno, y que me dejara entrar y …. Paremos el carro ahí… ¿ven por donde van mis pensamientos? Lo ideal por el momento era pensar que ese marciano era un descorazonado, todo por el bien de esta pobre venusiana que extrañaba hablar con él, por mensaje y aun mucho más por audio, era un placer escuchar su voz.

Me ayudaba a no pensar en él, estar trabajando en la galería, pero de vez en cuando mis ideas se desviaban y comenzaba bocetos, si de él, y que en ocasiones se los mandaba y él obviamente fascinado, pues nunca antes alguien había dibujado para él, y no era solo el hecho de un simple dibujo de su cara, sino el paisaje en el cual lo hacía, que rápidamente te dabas una idea de su significado, como cuando vez una pintura con trazos que a veces significan algo para una persona y otra cosa para la otra, algo así era lo que me gustaba mandarle y conste que no se los merecía, porque le gustaba mantenerme abandonada, ( él decía que era por trabajo y le creía, pero tantita piedad a esta pobre humana que solo tenía ojos para él) pero sin importar que, siempre se los mandaba, eso denotaba mi creencia en él, de lo contrario ni uno le mandase aunque los dibujara, serian solo recuerdo.

Mi plan era el siguiente, quería dibujar lo más que pudiese, de él y para él, y el día de su cumpleaños; el 3 de Abril, dárselo, foliado y encuadernado, con dedicatoria y todo, como si fuera una historia de él vista a través de mis ojos, unos ojos que lo miraban con anhelo. (Creo bien podría colocar otra palabra aquí pero… daba miedo darle nombre a un sentimiento).

Tenía bastante tiempo se podría decir, aún era apenas la mitad el año, faltaba mucho, pero había un pequeño problema, que si no interactuaba con él (llamadas o msj) simplemente no tenía la inspiración para dibujar, y aunque faltase tanto tiempo, a este ritmo de una interacción a la semana, serian escasos los dibujos y entregaría un raquítico fotofolio al final, y no es que estuviese mal, pero me gustaban los libros grandes, que lo podía  hacer.

En la vida siempre contamos con alguien que está ahí para apoyarte en tus momentos de locura, y en la mía, habían varias personas, pero la que particularmente sabia de esta historia más que las demás era; Kimoa, ella era igual a mí en muchos aspectos, pero totalmente diferente en otros, a veces solía ir donde ella para contarle mis penas amorosas y en ocasiones me hacía actuar como si fuese el licor en mí, haciendo cosas que no haría.

La última participación había sido con Mauri obviamente, él llevaba no sabía cuantos días ya sin hablar conmigo, y pues estaba dándole su espacio, pero sin embargo moría por hablar con él, por un pinche mensaje ( ¡que intensidad Dios Bendito!) y claro está, yo de orgullosa, que bien que lo era, no podía ir en su búsqueda, entonces venia Kimoa y me daba ese empujoncito e ir en su busca, que valía una hectárea mi orgullo si lo que quería era hablar con él.

Y había dos estados en mí: uno previo a hablar con él; ansiosa, temerosa de pensar que tal vez ya no quería hablar conmigo, preocupaba; si le estaba yendo mal en el trabajo y el otro después de hablar con él: una felicidad que ese elevaba al cuadrado, que si antes estaba con los pies en la tierra, después era levitar por el aire, con peligro de salir de la atmosfera.

Eso era algo preocupante, el poder que esa instantánea conexión que teníamos me cambiara tanto, y no es que antes hubiese estado triste, no, nada que ver, era feliz, solo que con él era más feliz, doblemente más feliz, pero de él no sabía nada, si le hacía más feliz, si era algo normal, si por el contrario era algo de rutina, esperaba no fuese así, pero eso, era un espacio negro ante mí, o tal vez solo se alejaba para no sentir de más, porque si éramos especies diferentes, en el fondo estábamos hechos de lo mismo y por ende podríamos sentir lo mismo. Ok nuevamente le paro al carro, estaba pensando muy rápido.

No es que fuese malo pensar en cosas bonitas, pero sí que eran peligrosas, pero un día leí por ahí que, aunque se tenga miedo de errar, no por eso se dejaba de jugar, aunque en el fondo tenía miedo que del gusto pasara al sentimiento, no por eso debería de alejarme.
Y más peligrosa aun, desde que había creado una analogía de nosotros; él un conejo, que si te has fijado los conejos son seres, que no pueden estar mucho tiempo en un lugar, les gusta correr, correr y correr, buscar comida, pero cuando están encariñados con alguien, aunque se vayan al final del día siempre vuelven con ese otro ser, en ese caso yo era una niña, de pelo negro, que amaba jugar con Señor Conejo, y que siempre que llegaba de visita tomaban café y galletas. Esos dibujos también se los mandaba y a veces agregaba algún pie de página, describiéndole mi punto de vista. 

No había noche que no lo pensara, no había día tampoco, estaba siempre en mi mente, a todo instante, aunque tratara de borrarlo, haciendo otras cosas, siempre se colaba por un espacio y era bonito, siempre es bonito sentirse así, pero me daba miedo hacerme una pregunta, ¿estaba ya en otro nivel sentimental hacia él?, ¿estaba enamorada?, o ¿solo ilusionada con alguien que quería tener y no podía?.








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lunes, 20 de agosto de 2018

Infinitas Odas y 1 Gota

Si habláramos en longitudes de fanfics, estas odas vendrían siendo unos drabbles, porque son cortas, muy cortas, y no llegan a ser poemas porque no cumplen sus reglas.. así que solo sean participes de mi inspiración.



Oda I

Eres fuente de inspiración infinita
que llega a dar luz de manera súbita.
Camino por senderos vastos de imaginación,
en estos tiempos donde la ilusión,
camina sin control.

Eres un ser enigmático; 
no locuaz, pero audaz,
que no dice dichos, 
sino hace hechos realidad
mi gotita de felicidad.






...

En el dosmil dieciocho -La hora del Vodka-

Es increíble como pasa el tiempo. Tengo una sección en el blog, llamada: La hora del vodka, donde esta en otra sección de mini magazzine, por así decirlo. y tengo como 8 años de no actualizar nada ahi.

La ultima vez que hable de algo así; de contenido para esa sección, fue acerca del emocionometro, si no lo has leído pincha aqui. y de esa fecha a esta, puedo decir que mi nivel de emoción hacia la banda ha disminuido mucho más, no es que ya no me gusten, sera también que ellos se han alejado bastante del ámbito musical, y cada miembro tiene su lado alterno de la banda, pero lo que si es cierto, que ante cosas nuevas, la llama del amor se revive.



El 14 de septiembre, será el lanzamiento de su nuevo sencillo Holly Grail, y sea como sea, eso emociona, no de igual manera que hace unos 10 años, no eso jamás, pero alegra ese corazoncito rasmusero que aun tengo, y espero tener por siempre.
No tengo ninguna expectativa de como sera el nuevo sencillo, porque a lo largo de los lanzamientos, eso es fatal, si piensas que sera rockero, y sale popero, te desinflas, si crees será pop y es rock ...bueno eso como que siempre agrada, y creo es porque en este lado del continente, los conocimos con In The Shadows, que es mas rock que pop, entonces esa semilla esta presente en casi la mayoría de sus fans, aunque para un autentico fan; que aprecia su música, sin importar que genero exploren, carece de importancia, solo te limitas a disfrutar de esa pieza  musical magistral.

Así que lo mejor es no esperar, que se parezca a nada, no esperar que tal vez sea pop, o rock, aunque muy en el fondo de mi corazoncito rasmusero, espero que sea rockero ( vale, dije que no esperaría nada), y lo digo solo por el arte del single, se bien rockeron, ¿a que si?.

Hoy puedo decir que casi ya a los 27 años, aun me gusta The Rasmus, disfruto demasiado su música, poner un playtlist, sin importar que este haciendo o no, pero prefiero escucharlo, en modo disfrute: en el que te tumbas en tu cama, el stereo a todo volumen, y dejas que te envuelvan los acordes de al banda, y la voz de Lauri, que aunque no es la más pulcra, es la mas hermosa para mis oídos, que puedo decir, yo amo la voz de ese hombre, la manera en la que interpreta las canciones, la manera en la que escribe; ya que él compone la mayoría en colaboración con Pauli o de la banda entera en ocasiones.

Creo que algo que aprendí de tanto escuchar y cantar sus canciones, fue quedarme con las ganas de plasmar metáforas o analogías en mis novelas, si te pones a leer detenidamente las letras, están llenas de metáforas ( bueno los últimos álbumes casi no tienen) y sea como sea, te da la posibilidad de darle tu propio significado a lo que lees, eso es algo que me fascina de las letras de The Rasmus...

Sencillamente amo a The Rasmus...


No olvides dejar plasmado, en que nivel esta tu emocionometro del 1 al 10... ¿ qué numero le pones?
el mio hoy... 5

lunes, 6 de agosto de 2018

La Hora del Café -C2-

Gotita de felicidad

Aventura 2

 La aventura 1 la puedes encontrar en el menú, a la derecha ---> 


El señor Tiempo había traído de vuelta al Señor Conejo, para continuar con esta aventura llamada vida, por una vez más, ya que en raras ocasiones, situaciones como esta solian suceder, pero Señor Tiempo, se dio cuenta que aún no era oportuna la partida de él, le faltaba tanto por conocer, que valía la pena una oportunidad más.

Kau no podía creer lo que miraba, Señor Conejo había llegado por fin a su casa, lo había extrañado tanto, que solo se dio cuenta de eso cuando lo vio. Corrió hasta él en un abrazo que duró una eternidad, pues no se sentía lista para que viera su rostro cubierto de felicidad; pues eso era lo que él generaba en ella.  No quiso preguntar porque se había tardado en ir a su encuentro, pues sabía sus razones tenia, ya que un día le había dicho que él siempre volvería a verla.

Sin embargo, claro que su mente se había llenado de pensamientos malignos del por qué no de su retorno, había sido más fácil pensar así, que en una realidad, pues tenía miedo como cualquier ser humano, de sufrir ante lo inesperado, y era más sencillo protegerse con un mantra mental.
Señor Conejo no le había contado lo ocurrido en el bosque, pues no quería entorpecer la alegría que irradiaba Kau, en cambio se dejó llevar por el momento, pues muy raras veces tomaban el café en la noche, y menos frente a la Luna.

-¿Te cuento algo?- preguntó Kau, sin perder de vista la gran Luna que los iluminaba en ese momento.

-Dime-. Contesto él.

-No me había dado cuenta, que tu presencia me daba paz, por muy emocionada que este de que hayas regresado, es una emoción que rápidamente se transforma en calma en mi interior, es como si antes, las partículas intangibles de mi alma, estuvieran en un estado eufórico, de constante movimiento descontrolado, y llegas y mi alma se sosiega y regocijan en tranquilidad. ¿No te ha pasado algo así?- concluyó ella, sin perder de vista la Luna, maravillada del momento, que así como la Luna iluminaba por completo la noche, así la iluminaba Señor Conejo con su presencia; por dentro.

Él no le contesto, solo le sonrió a la Luna, pero se quedó pensando en su pregunta, algo que no le habían preguntado antes.

Los días fueron pasando y Kau se dio cuenta que cada día aprendía algo nuevo de él, que se sorprendía, ya sabía en que momento levantaba de mas sus grandes bigotes largos, o cuando algo lo contrariaba, sabia cuando era el tiempo de su partir, aunque aún hubiese café en la taza, pero lo más importante, que sabía que cosas suyas le molestaban a él, y el conocimiento es poder, poder de alejar o acercar.

No es que ella estuviese pensando en usar ese poder con su Conejo, pues no quería perder la amistad que tenían, ya que en estos días el valor de la amistad era incalculable, pero  en el pasaba lo había usado; años atrás, y a veces tomada algo de tiempo dejar viejas costumbres, que lo hacía sin meditarlo, y solo se daba cuenta al ver la reacción de su acción.

Solo esperaba poder meditar más sus acciones.

Kau solía escribirle  muchas cartas al Señor Conejo, pues siempre pasaba inspirada y no podía contener las palabras que venían a su mente, pero en ocasiones, cuando ya tenía terminada su obra, la releía no le gustaba y la botaba, y no se daba cuenta que las dejaba al descubierto en su pequeña papelera, a la vista de cualquiera, a la vista del protagonista de sus cartas, y un día, el primer día que él las vio, le dijo que no lo volviera hacer, que no las botara, que simplemente las dejara tal cual había sido su primera intención, pues que las desechara y volviese a escribir, solo le daban desconfianza, y aunque era tan fácil de cumplir, había ocasiones que era muy difícil de hacer, no porque lo fuese, sino porque en realidad lo primero que se escribe es lo primero que viene a tu mente, lo que está en lo más profundo de tu ser, ya la segunda vez o la tercera vez, es algo que has modificado deliberadamente y que puede o no puede ser espontaneo.


Pero ante costumbres establecidas, nuevas pautas eran un tanto difícil de seguir, hasta que un día llegaron a un trato, ya que Kau, gustaba demasiado  hacer lo que no debía hacer. Un trato que eventualmente ella rompió.

Y solo entonces se dio cuenta nuevamente, que su acción había tenía una reacción, una que no le agradaba claro está,  pero hecha estaba ya, y solo podía esperar a que el tiempo volviera a poner las cosas en su lugar.




Señor Conejo regreso a la semana siguiente, estaba molesto aun, pues Kau había roto el trato que habían hecho, no había mantenido su palabra.

Cuando siempre solían tomar el café juntos en la ventana, por primera vez, él había preferido hacerlo en la alfombra, solitario armando un rompecabezas, rompiendo la sagrada tradición, la extrañaba y por eso había vuelto, pero habían cosas que no se podían pasar por alto y olvidar.

Kau sabía muy bien porque su Conejo estaba donde estaba, pero no importaba, porque a pesar de todo él mantuvo su promesa; que siempre volvería eventualmente, y debía aprender de él, de mantener su palabra cual decreto fuese, para no volver a tomar un café amargo en una noche semi amarga, mientras él se rompía la cabeza uniendo piezas, lejos de ella.


***




Un día Kau despertó con una idea; visitar al Señor Conejo en su hogar. Nunca había ido al bosque, pues era un lugar oscuro, que le daba miedo, pero tenía ganas de verlo ya que nuevamente se ausentaba más de lo habitual, y lo extrañaba. No quería saber porque no había llegado, podían ser tantas cosas, y ninguna a la vez, solo quería verlo y conversar con él, ya que siempre le daba paz su cercanía y eso era algo nuevo y gratificante.

Hizo a un lado sus miedos, ya que sus ganas de verlo eran más grande y salió de casa con rumbo al bosque, con su sonrisa tatuada en su rostro, tanto que pensaba le iba a doler, dando brincos en lugar de pasos, tarareando una canción. Se vistió con un vestido de rosa pálido; el cual era su favorito y sus zapatos de charol. Llevaba una canasta, con galletas y café en su mano derecha y en la izquierda su sombrilla.

Ir en busca del Señor Conejo a través del bosque, no daba tanto miedo como antes, el miedo había desaparecido reemplazándolo por paz, una paz que conocía muy bien y deseaba seguir así en una gran quietud interna, acompañada de alegría, una infinita.

No le costo mucho llegar a su casa, y para su agrado él estaba ahí, pero corriendo de un lado a otro, agitado y su rostro preocupado en su faena; construyendo un jardín. Se quedó observándolo por varios minutos sin que él se percatara, y solo ahí entendió que había sido un error ir a visitarlo, no era el momento ni el lugar y tampoco la había invitado, pero ya había llegado y no daría marcha atrás.

Salió de la sombra de un árbol, y Señor Conejo la vio, se sorprendió y alegro de verla ahí, que corrió hasta su encuentro, aunque con un poco de trabajo, ya que estaba fatigado de tanto que había hecho ese día.

Kau se acercó y le ofreció lo que había llevado para ambos, pero decidió que lo mejor era dejarlo solo y no acompañarlo a comer, pues sabía si le hacía platica, él se atrasaría en su labor, y alargaría más la anhelada hora del café, donde debía ser: en su casa, y tras comer, Conejo se despidió muy agradecido y volvió renovado de energía y entusiasmo.

Kau mientras regresaba a su casa, no triste ni desilusionada, sino por el contrario, con algo nuevo ganado; el valor del tiempo, que hay tiempo para todo, para extrañar y para gozar, pero sobre todo tiempo para compartir.




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