Era ya la
época de agosto, el tiempo pasaba más rápido de lo que se podía pestañar, se
sentía que había transcurrido ya más tiempo del que en verdad había pasado. El
trabajo en la galería había incrementado, tenía que presentar una serie de
obras para el 21 de septiembre, y aunque se escuchaba que faltaba mucho tiempo,
era en realidad poco, no tenía tiempo que perder, y sea como sea eso me
estresaba un poco, no mucho, pero si lo hacía.
Me
encantaba por eso la forma de ser de Mauri, porque se adaptaba perfecto a mi
estilo de vida, no era como otros individuos que te exigían una respuesta
inmediata a sus mensajes, no te reclamaba si te tardabas algunas horas en
contestar (no es que me tardara tanto en contestarle, en muy raras ocasiones lo
hacía; a veces cuando estaba resentida con él, y otras porque andaba haciendo
alguna cosa lejos de mi célular).
Resentida;
si has leído bien, y aunque en pocas ocasiones me pasaba eso, sí que lo había
sentido, más que todo cuando me dejaba en sus “sutiles vistos” que no entraba a
leer el bendito mensaje que le había enviado, y lo venía leyendo al día
siguiente, si, al bendito día siguiente,
¿no te resentirías ni un poquito si alguien te hiciera eso?, bueno si ese
alguien te valiera 5 hectarias de estiércol, pues no pasaba nada, pero él que
…. Era la luz mis ojos, a veces eso me ponía como un Sharizard ( si viste
pokemon entenderas) no siempre claro, pero es que además era una falta de
cortesía humana, pues en estos días, que el tiempo vale oro, que te tomes unos
momentos para redactar un mensaje ( a veces me pasaba y escribía mini
testamentos) y ese receptor, no se digne a leerlo es como –¡ hey! No seas así,
conchale mi chavo.- pero en fin, eso aún no lo entendía del todo, porque tenía
la capacidad de ignorar un mensaje por tanto tiempo, yo no podía hacer eso,
solo aunque estuviese enojada, o bueno, tal vez era que no quería ver con mis
ojos la verdad que estaba frente a mi.
Tenía dos
teorías del porque él hacia eso. La primera era para no sentir apego hacia mi
persona; que podría ser, pero no estaba muy convencida, la otra era porque
estaba tan ocupado que no podía tomarse unos minutos a leerme y contestarme,
pero entonces, sí esta era verdad, él solo estaba tonteando conmigo y mis
sentimientos, queriéndome tener ahí cerca, para calentarte el oído, pero de
lejos, que cuando no estorbase, allí iba a estar él y su mensaje, pero cuando no
era bienvenida ni me leía.
En una
ocasión le pregunte porque hacia eso, y solo dijo, que al final siempre me
contestaba. Era verdad siempre lo hacía pero a un millón de segundos después,
trataba de no darle importancia, pero habían días que si importaban y
molestaba, solo a veces, lo he de admitir, pero como no iba a sentarme mal que
hiciese eso; que se sentía tan a propósito, era de dosificarme una dosis diaria
de comprensión.
Salí de la
nube de mis pensamientos, y de la comodidad de mi cama, me encaminé hacia mi
armario que estaba empotrado en la pared, y tomé mi traje de baño negro, no tenía
ganas de usar otro color, solo ese, será que era un reflejo de cómo estaba mi
aura ese día.
Me hice
una coleta alta, me aplique un poco de bloqueador, y me encamine hacia mi
piscina, necesitaba sentir el agua en mí. Pero no sin antes conectando mi
celular al estéreo, tenía ganas de escuchar música, mi música la que solía
escuchar siempre en Finlandia; The Rasmus.
Tenía
hambre pero por los momentos solo alimentaria mi alma, con música, siempre era
relajante y sin importar que canción eligiese, esa reconfortaría mi ser, esa era
la capacidad de la música de The Rasmus, alimentar almas hambrientas.
Mientras
avanzaba hacia el patio trasero en donde lo único que estaba era la piscina y
una pequeña sala de estar, Last Generation comenzó a sonar, al instante una
sonrisa conquisto en mi rostro, era algo roquerona, del álbum hide from the
sun, tenía una aura de nostalgia y dolor, no es que me sintiera así, pero era
reconfortante de alguna manera, que Lauri me cantara y me apapachara momentáneamente.
La piscina
era en forma ovalada y tenía degradación en profundidad, totalmente cristalina
el agua, repellada con azulejos celestes, unas cinco palmeras adornaban mi
patio, y eran perfectas para dar sombra en ciertos sectores del área.
Me zambullí
dejando que el agua acariciara mi cuerpo, no recordaba la última vez que había
utilizada la piscina, pero definitivamente era algo que no debería dejar en el
olvido, pues instantáneamente me traía paz.
La música
se escuchaba fuerte y claro en el patio, y un párrafo me llamó la atención:
Dust
replaced their souls
Minds turned
into stone
Y así me sentía
en realidad, mi mente de piedra, y mi alma de polvo. Dejé de nadar y solo
comencé a flotar, a perderme en el intrincado dibujo que iban formando las
pocas nubes blancas en ese perfecto cielo azul.
Tenía ya
una semana de no hablar con Mauri, bueno un poco más, porque le había escrito a veces pero
solo contestaba por contestar, sabia estaba ocupado y lo entendía, por lo que
dejé de mandarle mensajes, que no eran vanos de –Hola, ¿Qué haces?. Me
molestaba ese tipo de mensajes, sino comentándole algo que había visto, o
mandándole algún boceto de mis pinturas.
Pero dejé
de comunicarme y él también, había desaparecido totalmente, era como si hubiera
hecho un viaje directo hasta Plutón, donde no era bienvenida, dejándome atrás,
en el limbo intergaláctico de su planeta y el espacio.
Los días
fueron pasando y nada que daba señales de vida, ya en otras ocasiones se había
esfumado de la misma manera, pero por alguna razón se sentía diferente esta
ausencia.
Quería
viajar hasta Plutón y traerlo de vuelta conmigo, pero entendía que si había
hecho ese viaje hasta allá, era porque quería estar solo. Y comprendía muy
bien, pero era algo difícil, y más cuando entraba a leer memes a instagram y
daba la casualidad que solo de memes románticos aparecían en momentos como ese.
“
si no te busca, no te llama, no le importas”
“Valórate
y deja de mendigar cariño que no te quieren dar”
“No
le des prioridad virtual a quien no te la da”
Y así,
habían mensajes que era como luces de neon de -¡reacciona Kai, aléjate de ese
hombre, que solo está jugando contigo!, entonces era difícil, ver como se
alejaba y no pensar que todos esos memes eran real. Kimoa solía siempre
aconsejarme que lo buscase, si él no llamaba; que lo llamase, si él no
escribia; que le escribiese, y creo por tan orgullosa que era, que no lo hacía,
pero en raras ocasiones le había caso y esa fue una.
Le llamé a
un en contra de mi razón, pues no quería y si deseaba hacerlo y no contestó, y
ni devolvió la llamada, ni ese día ni el día siguiente. De solo recordar lo que
sentí, perdí la concentración que tenia de estar flotando, que mi cuerpo se tornó
pesado y me comencé a hundir, aun con los ojos abiertos, quizá tal vez para no
ser consciente de lo que mis ojos querían hacer y traicionarme con una lagrima.
Era de
noche, sabia él estaba en su casa, y no contestó porque no había querido, o no
había podido, y si tenía que escoger una opción, sería la primera; el
masoquismo ante todo.
El aire en
mis pulmones se estaba acabando, pero aun no quería salir a la superficie, se
sentía aun mucha más calma estando dentro del agua, más reconfortante.
Salí a
flote cuando no pude más, y mi alma estaba en paz. Continué flotando pues no tenía
la intención de nadar, solo dejarme acariciar por el agua y el sol y el
recuerdo de la llamada nunca contestada. Y así fueron pasando más días, e iba a
dejar pasar muchísimos más, hasta que él volviera a mí por su cuenta, pero no
pude más, eso me estaba quitando la paz mental; una que valoraba y apreciaba más
que nada en este mundo y tenía que saber porque se estaba alejando de mí, si
era porque se había cansado o aburrido, pues sabía nada malo había hecho, y su
lejanía ya era más prolongada de lo usual.
Dejé a un
lado mi orgullo y le escribí, no contestó. Pasó una, luego dos, tres, cuatro,
cinco horas y nada, ni un visto, ni una respuesta nada, silencio absoluto,
sentí que mi alma quemaba de iracunda, pues aun en contra de lo que mi razón
indicaba de no escribirle; lo había hecho, él no quería ser contactado, ¿y qué
había obtenido a cambio?. Nada.
Se había
sentido como si tocase su puerta, sabiendo que él estaba dentro, y que jamás
había intentado abrirla y dejarme pasar, que por el contrario me había dejado
afuera en la tormentosa lluvia que caía sobre mí, y no me gustó para nada lo
que sentí.
Esto estaba
ya saliéndose de mi control, pues no tenía que sentirme así, me había ignorado; pues que más daba, no
había contestado mi llamada; ya otro día lo haría, pero no, si me había
importado que no me contestara, que ni siquiera me leyera el mensaje, que no
diera una señal de luz. Era como si estuviese aceptando mi solicitud de
alejamiento, que días atrás le había enviado, y que solo hasta ahora, que sabía
Dios por qué, si había aceptado pero sin decírmelo.
Mi mente
no dejaba de maquinar cosas, por qué se había alejado tanto tiempo, pues nunca
lo había hecho antes, y no podía seguir así, tenía que saber porque lo estaba
haciendo o perdería totalmente mi paz.
Nuevamente
aun en contra de todo mi ser le volví a escribir(a este punto, queda un gran
cero de orgullo en mi interior o ¿ya había perdido la dignidad?), y es que si
me dejaba en su bonito “no leído”, ahí si le volvería a contestar en la próxima
navidad cuando él se dignara a volver. Pero no le escribí cualquier cosa, sabia
tenía que decirle algo que lo hiciera entrar al chat, y darme una respuesta,
pues aunque no leía el mensaje en el chat, sabía muy bien lo leía en sus
notificaciones, o bueno eso solemos hacer en general casi todos.
-Has
aceptado mi solicitud.- le escribí. Miraba que el mensaje no le llegaba y ¡oh
por Dios! fueron los minutos más largos de mi vida, pues cuando lo leyera en su
notificación sí que entraría, y así lo hizo, pero entró todo iracundo.
Lo hizo
iracundo, pero con justificación del por qué estaba en Plutón y no en Marte;
por el bendito estrés, y mi alma tuvo sosiego al fin, no sabía la había
perdido, hasta que leí eso y ese simple renglón, le había devuelto la luz a mi día;
la calma a mi ser.
Él era el
ser más peligroso para mí, tenía un poder que ni cuenta me había dado, y no
recordaba la última vez que me había sentido así, o tal vez sí, pero ahora era
diferente, pues no había un título entre nosotros, era como estar en el limbo,
aunque al parecer, solo yo estaba en el, porque él si sabía dónde se encontraba
perfectamente, o eso daba a entender con sus acciones.
Y le creí,
del porque se había esfumado por tanto tiempo en Pluton. Estaba en un punto que
mi confianza era al 100%, hubiera dudado que fuese por el estrés; que se había
alejado, si no confiara en él. Solo esa palabra había bastado para volver a
estar en paz, la paz que había perdido, de la cual era fiel guardiana, porque
mi paz siempre estaba antes que todos, sin importar quien fuese.
Había sido
cortante en su mensaje, pero por obvia razón, no le negaba eso, pero me hizo
ver que, él tenía más orgullo que yo. No quería que me alejara, y era la
segunda vez lo que pedía, y no haría falta una tercera vez para comprobarlo.
Había dicho que si me alejaba, su orgullo no le permitiría que volviese.
Y pues no,
no quería alejarme, como iba alejarme de mi propia mano, del sol de mi verano,
de la luna de mis noches, de mí muso incondicional, tendría que ser una
tremenda tonta y testaruda si lo hacía o muy miedosa, solo que no sabía como
saber el porqué de su ausencia, que tenía nombre: estrés.
Había
aprendido algo importante, que ante momentos de estrés, donde él se refugiaba
en su luna de miel consigo mismo, en donde se mimaba su alma, pues aun no era
bienvenida y debía respetar eso, que aunque no entendiera porqué tan extremo de
su actitud, debía aceptarlo, pues en esta vida cuando uno quiere a una persona
desinteresadamente, lo acepta como es; con sus virtudes y sus defectos, pero si
no lo haces, simplemente te exaspera su forma de ser, te das por vencido y
escapas, porque es lo más fácil; huir de un planeta, y buscarte otro.
En esta
galaxia habían miles de formas de querer, porque nadie quiere de la misma
manera, unos más desinteresadamente; que no esperan absolutamente nada del otro,
otros más cariñosamente, unos son más demostrativos de afecto( con gesto o
palabras o hechos), otros más insípidos, otros más detallistas, y los que no lo
son , uno si realmente quiere estar con esa persona, encontrara la manera de
hacer sentir querida a esa persona especial; con el paso del tiempo, se aprende
que cosas son las que hacen sentir queridas
a una persona, porque las hay, que no pasa nada si no contestas un
mensaje en un siglo, pero hay otras que eso cuenta, máximamente, hay unas que
si no le das besito de buenos días, no se sienten amadas, hay otras que no pasa
nada si no lo haces, hay unos que quieren que le digas palabras bonitas,
cariñosas, para saber que sientes algo por ellos, hay otras que no pasa nada si
ni dices su nombre… todas las personas somos diferentes y está en uno
identificar esas pequeñas singularidades que denotan; amor hacia alguien más, y
estarás alerta a encontrarlas si realmente sientes algo en tu interior, sino,
nunca te enteraras.