"Days go by like the wind and this life is too short" The Rasmus

lunes, 10 de diciembre de 2012

Heaven -part 3-

Hola... tiempos de no postear algo..pero problemas tecnicos me lo impidieron.
ahora a disfrutar de otro cap...

Ya es diciembre!!! ach--- XD






Parte III


Frio, mucho frio sentía, tal parecía que el invierno había calado hasta mis huesos, todo mi cuerpo no dejaba de temblar desde mi rostro hasta la punta de los dedos del pie. Avancé a paso lento por entre la nieve con mis pies desnudos, tenia que resistir, ya no había marcha atrás, si me detenía Mikolav me encontraría y descargaría su furia contra mi, tal como lo hizo con su general.

No había avanzado mucho pues sin darme cuenta estaba caminando en círculos por el cuartel, que parecía un laberinto y solo lo descubrí cuando volví a ver mis pisadas ensangrentadas. Fue cuando el pánico se hizo presa de mí, él me encontraría y me haría pagar, sus juguetes eran de su propiedad a menos que él digiera lo contrario. Pero a dónde huir?...a dónde?.

Corrí y corrí lo mas que pude, fijándome siempre en le piso viendo que no se repitieran mis pisadas, hasta que choqué contra un muro, pero no de cemento de sino de carne humana; Mikolav. Quise dar media vuelta y salir huyendo pero me tomó del pelo el cual ya había crecido y me atrajo hacia él, abrazándome impidiendo que escapara.

Me llevó colgando de su hombro hasta la habitación que ahora tenía un olor peculiar; a sexo de días  Me tumbó boca arriba en la nefasta cama y me arrancó el vestido que traía puesto, mi cuerpo entero temblaba pero por dos razones; de frío y de miedo, pero pronto dejaría de temblar, pronto… y de respirar también, eso  lo juraba.

-No tiembles mas muñeca, en un momento te haré entrar en calor.- se pavoneó quitándose la ropa con avidez, para luego tirarse sobre mi, haciéndome sentir su peso aplastante y su deseo por mi.


Quería gritar, el peso me estaba ahogando, pero al menos ya no sentía frio, ni respiraba el olor putrefacto a sexo de días, es mas hasta la luz había cambiado, ahora era mas tenue, y ya no sentía los resortes de la cama, si no suavidad, como si estuviera acostada sobre algodón. Bajé mi vista y ya no vi el cabello dorado del ruso sino cabello negro…acaso otro ruso?.

Me moví efusivamente para tratar de quitármelo, pero al parecer dormía, entonces con mi mano libre trate de empujarlo para quitarlo de mi, al principio sin resultados pero luego de varios intentos lo separé de mi lado haciendo que cayera al piso de un solo golpe.

Al instante descubrí quien era, ¡el chico del tren! y me aborrecí por la forma en que lo traté. Él obviamente se despertó por el fuerte golpe que se llevó, acomodándose en la alfombra sentándose en sus rodillas quedando casi frente a mí.

-No te asustes!!, tranquila, no estaba haciendo nada malo!! Lo juro!!,-se disculpo efusivamente moviendo sus manos frente a él..- es solo que, te desplomaste tras de mi en la calle y me percate que estabas descubierta y muy helada, parecías estar congelada, entonces te traje a mi casa y para que tu corazón no sufriera el impacto del calor repentino te calenté con mi …- se quedó callado, pero sabia lo que seguía a continuación, no pude evitar sonreír levemente de su rostro apenado, estaba muy sonrojado.- Bueno de cómo me encontraste sobre ti.-

Se miraba diferente, sin sus lentes y por el paso del tiempo, estaba delgado no tanto de la vez que lo conocí, pero se miraba bien, sus pómulos aun seguían sonrojados, y sus ojos verdes que simulaban verme no lo hacían, sus pupilas iban y venían por doquier como si tratara de ubicarme sin poder lograrlo, me rompía el corazón, quería decirle “soy yo, estoy frente a ti…mírame!!”,  pero era en vano, ni el podía verme ni yo hablarle..que cruel era la vida.

-No hice nada malo, lo juro!!, solo te calentaba, y bueno, el sueño me venció, no te asustes no soy ningún maleante, si?.- movía sus manos nerviosamente sobre sus piernas, mientras continuaba disculpándose, quería que dejara de hacerlo, pero como se lo decía, he ahí el dilema.

-Estas bien?, no te duele algo?, sientes húmedos los pies?, o tienes frio? O…- quería que callara, me molestaba ver que se preocupaba por mi, una extraña, y ver lo apenado que se sentía, pero creo la pena era por no poder verme, su vista ahora yacía sobre sus manos que estaban en su regazo.

-Estas molesta, lo entiendo, yo tampoco quisiera despertarme junto  a un desconocido, lo sé, pero no te preocupes, no te hare nada malo, no tengas miedo si?, no lo …- basta!! Quería que parara de disculparse.

Tomé una de sus manos, a lo que él se sobresalto y en su palma dibuje una m , luego una u, luego una d y por ultimo una a, y por fin se hizo el silencio.

-No me di cuenta, lo lamento.- apretó mi mano con la suya y trajo la otra para abrazar mi mano entre la suya.

En verdad lo sentía, pero mas yo, que sabia lo que era estar ciego, la luz de la vida se va.

-Bueno imagino tienes hambre, deja que te prepare algo de comer..- se coloco en pie  y se puso en marcha. Me sorprendía lo bien que manejaba la situación. Lo quede viendo fijamente mientras se alejaba, caminaba en línea recta, es mas todo parecía estar en ángulos estratégicamente medidos para que él se desplazara por la casa con rapidez, y bueno al ser ciego ganaba mas sensibilidad de sus otros sentidos, pero lo que mas me llamaba la atención era ya no ver esa tristeza tatuada en su rostro, se le veía mas relajado mas…vivo.

-No sé que te guste comer pero te prepare unas tostadas francesas.- dijo tras el desayunador que no estaba muy lejos de la sala. Era un gran espacio abierto dividido por columnas, donde primero estaba el recibidor, luego la sala, la cocina y mas allá una gran escalera. Me puse en pie y me senté en el otro sofá para quedar mas cerca de él.

Se manejaba con gran destreza por la cocina, cualquiera pensaría que no estaba ciego, hasta lo estaba empezando a dudar.

-No tengas miedo, desde ahí tienes mejor vista lo sé, hmm no me quemare ¡ni! Dejaré quemar tus tostadas.- ey!! No había dicho nada al respecto, si es que pudiera hacerlo, pero me dio gracia que ahora sabia donde estaba. Muy buenos sus sentidos señor.

En un abrir y cerrar de ojos, la comida estaba servida sobre la pequeña mesa que estaba frente a mi sofá. Él se sentó en el otro quedando frente a mí.

-Adelante come, lo necesitas.-

Olía exquisito, hasta el café parecía salido de aquella cafetería, tomé un mordisco de mi tostada y él comenzó a hablar.

-Espero sea de tu agrado, hace mucho que no cocinaba para alguien.- dijo acomodando su cuerpo al blando respaldar. Parecía tranquilo, como si su condición no le molestara  todo lo contrario que llegué a esperar. Y otra cosa, se miraba feliz.

Mis ojos se humedecieron pero de emoción, era tan agradable verle un semblante feliz, muy diferente al que me mostró el día que lo conocí. Seguí comiendo mi desayuno, o cena? Qué hora era?. Dejé en el plato la tostada y me incorpore para ir hacia la ventana, noté que él se incorporó también extrañado de mi reacción, pero no debía ser aun de mañana, no tenia que serlo aun… no!! Mi curso!!.

-Pasa algo?- dijo a pocos metros tras de mi.- tu respiración se ha vuelto mas agitada, te preocupa algo?.-
Que si me preocupaba algo?, había tanto que me preocupaba pero al menos ya había quitado una de mi lista. Él estaba bien. El sol no se había asomado por el horizonte, pero tampoco estaba negro el cielo, necesitaba un reloj. me giré para observar si poseía un reloj en casa, pero en ninguna pared había tal objeto hasta que me percate en su muñeca, él si andaba uno.

Raro.

Casi corrí hasta él y tomé su muñeca. Pasaban de las 7 de la mañana, había tiempo.

-oh! El tiempo, debí suponer que querías saber la hora.- sonrió tras elevar su mano hacia mi.- te preguntaras porque uso reloj no?, pero este es personalizado, si te fijas no es tan común como parece.

Contemple su reloj y pasé por su lado, para terminar mi desayuno, él me siguió y ahora se sentó en el mismo sofá que yo. Y ahora que?, ya lo había encontrado, sabia que estaba bien, solo tenia que terminar y partir para … para que?. La verdad era que no quería irme sin que supiera quien era yo, la chica del tren la chica sin nombre, pero que caso tenia que lo supiera, ninguno, no cuando ahora era yo la que estaba en un abismo.

Eso era lo mejor partir como si nunca nos hubiéramos conocido.


-¿Por qué me seguías anoche?-

Su pregunta me sorprendió logrando que me atragantara con un pedazo del pan. ¿Cómo supo que lo seguía?.

Volteé mi cabeza hacia la derecha para observar su semblante, el cual no me decía nada, no parecía molesto, pero tampoco feliz de que tuviera esa actitud con él.

-La joven me conto tu curiosidad por mis visitas al café, ¿ya nos conocíamos?.-

Mesera imprudente!!. ¿Por qué salía a relucir esto ahora?

-Perdón, lo olvidé, hmm.- guardó silencio por un momento tratando de organizar sus ideas, y mientras lo hacia sus cejas casi se unían demostrando lo concentrado que estaba, un gesto gracioso que lo hacia ver adorable…basta Saril, no lo pienses así.-Lo tengo. Dame tu mano.- extendí mi mano hacia la suya, y recordé la vez que me había pedido lo mismo, con la salvedad que ahora no portaba su anillo.- Que suave es tu mano, pero en fin, lo que haremos será algo parecido a lo que hiciste cuando me escribiste en la mano que eras muda, dibujaras una s para afirmar y una n para negar a mi pregunta. Entendido?.- y sin perder tiempo dibujé una s, sin apartar mi vista de su dedo anular.

Tenia ventaja, oh claro que la tenia! Yo lo podía ver, estábamos mas cerca casi rozaban nuestras rodillas, podía contemplar mejor su semblante. Era agradable tenerlo cerca, que sin darme cuenta hacia sostener una sonrisa en mi rostro por mas tiempo de lo normal.

-Entonces, ya me conocías de antes?.- qué dibujar?, ¿qué?. Dibujé una S.

-¿Antes de que fuera ciego?.- noté el cambio de su rostro, tal vez estaba recordando cuando podía ver, al ser un nuevo ciego debería ser algo agonizante no poder ver lo que una vez pudo,  pero por el contrario lucia feliz. Dibujé una S.

-Dibuja tu nombre.-  y así  lo hice, pero con rabia, él no sabia mi nombre, es  mas ni yo el suyo, obvio no me reconocería.

-Saril, nunca conocí a alguien con ese nombre. Entonces quien eres tu? ¿Por qué me estaba siguiendo anoche?-

Como decirlo, como?!! Este interrogatorio no llegaría a nada, sus preguntas me estaban molestando, no, enojando, si  hubiese conocido mi nombre, si hubiésemos ido a Helsinki si.. si… si los rusos no me hubieran llevado lejos…si …si…. No tuviera esta mierda de vida.

Pero tenia otra incógnita, su felicidad. Aparté mis manos de las suyas y las llevé hasta su rostro colocando mis dedos índices en sus mejillas para tratar de hacerle una sonrisa, luego toqué sus parpadas.

¿Por qué sonríes si eres ciego?. Eso era lo que quería saber y creo él me entendió.

Aparté mis manos de su rostro para dejarlo hablar.- Mi sonrisa y mis ojos, supongo quieres saber porque sonrió tanto si soy un lisiado, fácil, alguien me enseño que la vida no es tan sencilla, pero no por eso debo estar amargado, esto que tengo es una incapacidad que se me presentó, pero es remediable con el tiempo podre volver a ver otra vez, un gas toxico me cegó hace un año, pero es reversible el efecto solo tengo que esperar y mientras tanto ¿Por qué dejarme consumir por la amargura o tristeza, cuando sé que un día todo esto acabara?-

Esa fui yo!!, quien ahora no podía seguir su propio consejo.

Que patética.

-Lauri!!! Ábreme la puerta!! Me congelo aquí afuera!!- de pronto se escuchó un grito masculino que nos sobresalto a ambos, tan ensimismados estábamos que realmente nos asustó.

-Lo había olvidado, espera, le abro a mi amigo y seguimos.- Me quedé pensando en el nombre, se llamaba Lauri, Lauri… me dieron ganas de pronunciarlo pero solo pude articularlo entre mis labios, era un nombre dulce, como él, y le quedaba  a la perfección.

Lo vi  marcharse para abrirle a su amigo, dejando una sensación confusa en mi interior, él era dulce y yo agria una mala combinación.

Que oportuna la interrupción, ya no me sentía a gusto con sus preguntas, ni con la revelación, tenia que irme, rápido y para siempre, porque era lo mejor, que caso tenia que se enterara quien era, ninguno, ya no era la misma que  conoció, y solo serviría para contaminar y opacar su alegría. Mientras lo veía abrir la puerta algo vibró en mi pantalón y recordé mi celular, lo saqué y vi un mensaje de texto.

“buh, te encontré muñeca.”

Me puse helada ante la mención de muñeca, solo alguien me llamaba así. Pero como me había encontrado?, se suponía estaba preso, si porque el muy estúpido había matado a su superior cuando le ordenó mi liberación tras el termino de la “guerra”.

El celular cayó de mis manos rompiéndose la pantalla, a tomarlo iba cuando noté que ya no estábamos solos, Lauri se aproximaba junto a un hombre de cabello largo castaño atado en una coleta.

-Pauli te presento a Saril.- dijo Lauri con una sonrisa en sus labios. Es que este hombre nunca dejaba de sonreír ahora?, me daba coraje, antes anhelé verlo sonreír y ahora… no es que no me gustaba verle una sonrisa, no, me encantaba, se miraba radiante, pero él también había estado en la guerra!! Por qué entonces no sufría como yo lo hacia!!.

Obvio, porque él no fue violado una y otra vez, lo que me hizo recordar el mensaje, Oh mi dios! Mikolav sabe donde estoy, pero sabrá que estoy aquí?.

-Mucho gusto Saril.- el chico se giró para pegarle un puñetazo en el hombro, un gesto de cariño debía ser, porque lo hizo sonriendo.- Pícaro!! Tu si que no pierdes el tiempo, una adentro y otra afuera?, dame tu técnica hombre!!.-

-No mal interpretes las cosas, a ella la hmm rescaté, y de que otra me hablas?.- noté la confusión en su rostro, pero no pasé desapercibido el aguijonazo que sentí ante la mención de otra, claro debía de haber otra, una mas limpia, mas pura y en mejores condiciones que yo. Tonta Saril.

-Si, la que te dejo este papelito en la puerta, aunque he de decir que ni idea lo que dice, está en ruso.-
Y la habitación entera dio vuelta a mi alrededor, el oxigeno parecía quemar mis pulmones, mi cuerpo se sentía tan pesado, mi piel se estaba helando de adentro hacia afuera, mis mejillas estaban quemando, él estaba aquí.

-¿Qué te pasa?, estas pálida mujer- Pauli habló pero no procese su pregunta, mi cabeza estaba en todas partes menos aquí.

-¿Cómo la ves?, esta morada? Anoche casi se congela en la calle.- la voz de Lauri sonó preocupada, pero no debía estar preocupada por mi, si no mas bien por el psicópata de afuera.

No me sentía bien, obvio que no, las imágenes del ruso venían a mi mente como una película vieja, tenia que irme, huir o de lo contrario pagaría su locura.

Como pude le hice gestos a Pauli que estaba bien y que necesitaba marcharme, no me estaba entendiendo, pero cuando le articulé un adiós en los labios me entendió.

Lauri no sabia que pasaba, no me podía ver en el estado de nerviosismo que estaba, Pauli tal vez pensó que era por mi timidez de ser muda, pero poco me importaban sus pensamientos, tenia que irme cuanto antes.

Tomé la mano de Lauri entre las mías y dibuje un adiós, luego un beso en su mejilla y eso fue todo. Corrí hasta la puerta sin esperar a escuchar su repertorio de cuestionamientos del porque me iba así de rápido y cerré la puerta tras de mi. No me sentí tan aliviada pero al menos ya no estaba dentro de su casa.




-o0o0o-



Llegué a mi apartamento cerré todas las ventanas y todas las entradas, bajé las cortinas y todo quedo en tinieblas. Él no me encontraría, además el celular estaba rotó en casa de Lauri, Lauri del cual tenia que apartarme para alejarlo de Mikolav, porque esta vez no me tomaría nuevamente, no, antes lo mataría.
Si.

Lo mataria…

Y luego…




-o0o0o-




Fui hasta la cocina en busca de mi medicina, necesitaba sacarlo de mi mente, y solo una cosa lo hacia desaparecer. Inhalé mas cantidad de la acostumbrada de ese polvo blanco y al poco tiempo me sentí mejor, hasta al punto de abrir las ventanas y dejar que la luz del sol entrara. No sé cuanto tiempo había pasado desde que me había escondido como una rata, pero ya no más.

Si él estaba aquí, aquí lo esperaría pero sin estar dispuesta a dejarme vencer ante él, oh no cariño, no más.
Me di un baño recuperador, de mas de una hora hasta que mi cuerpo casi se hizo pasa, dándome tiempo para analizar las cosas, no tenia porque esconderme, no, tenia que prepararme y acabar de una vez por todas con esta pesadilla…

Pronto cumpliría mi promesa.

Me cambié con lo primero que vi, y noté que la ropa me quedaba floja me miré ante el espejo y me vi demacrada ojerosa y muy delgada, todo este tiempo había estado comiendo casi nada y si mucha droga, esta era otra Saril.

Salí rápidamente al supermercado. Compre tijeras tinte de pelo negro y luego pasé por una ferretería donde compre una pistola. El dueño del lugar me la cargó estaba lista para ser usada solo necesitaba el blanco perfecto. Dos blancos, dos balas, solo eso y seria feliz.

 Le escribí en la factura si me daba permiso para usar su baño, él acepto me indico el lugar y salí. Por suerte quedaba afuera del establecimiento, ahí pinté y corté mi pelo haciéndolo lucir completamente diferente al de antes: rubio  y largo hasta por la cintura, y ahora negro y corto hasta la barbilla, el corte de niña buena, algo irónico ahora.

Boté todo a la basura y fui hasta una tienda de teléfonos a comprar uno nuevo y recuperar mis números y mi información.

Tras salir de la tienda luego de haber revisado mi historial del sim, quise sacar el arma y darme un disparo anticipado por estúpida. En que mundo me cabía pensar que Mikolav podía estar libre?, en que mundo?. Él muy idiota había enviado mensajes desde la cárcel, alegando que tenia contactos y que ellos darían conmigo y me llevarían hasta él, en otro mensaje decía que me odiaba que por mi culpa estaba donde estaba, en otro que me hacia el amor, si es que él podía hacerlo. En otro qué por qué no le contestaba, que si había cambiado de número igual lo conseguiría que nada era imposible para él, nada.

Se estaba apoderando de mí ser, lo podía sentir, así que eleve mi mano frente a mí, quité el tapón del anillo e inhalé un poco de su contenido, solo un poco mas, lo cerré y emprendí camino con celular en mano.


Le quité la batería al Nokiaberry nuevo y lo boté en el basurero, avanzando por la avenida. El viento soplaba con fuerza secando mi cabello corto, dándome un respiro y llevándose las lagrimas de mis ojos.

Cuando dejaría de molestarme Mikolav? Cuando?, sus caricias estaban ahí al cerrar mis ojos, al ocaso del día, noche tras noche ahí iba él. Esto no era vida, y ya había cumplido parte de mis objetivos; Lauri estaba bien y feliz, ahora solo faltaba yo, ser feliz y sabia como lograrlo, solo ocupaba llegar a mi apartamento y utilizar mi nuevo juguete.

Pronto seria feliz.



-o0o0o-


Aun seguía fuera de casa, mi plan era caminar y llegar hasta ella, pero solo era tal vez un método para no llegar y cumplir mi objetivo, ¿me estaba arrepintiendo? A lo mejor, pero no quería ser feliz?, si, el polvo cada vez hacia menos efecto y lo traía a mis recuerdos otra vez. No, tenia que dejar de caminar, volver por mi auto al supermercado y partir.

Iba de regreso al supermercado otro factor de distracción para volver a casa mas tarde, cuando me tropecé con una chiquilla alborotada, alcé la vista y la vi vestida de negro muy maquillada y con muchos afiches.

Ella se disculpo, pero yo debería de haber sido, le había botado todos sus papeles al piso mojándolos por completo, me agaché para recogerlos pero ella se apresuró a detenerme.

-No te preocupes, tengo mas, mira.- y sacó de su bolso mas afiches.-  que tengas bonito día guapa!!.- y se fue con una sonrisa en su rostro, ¿por qué todo el mundo reía a mi alrededor?. Levanté un afiche y vi que era de una fiesta en un club la cual ya había comenzado.

Mi yo, ese yo que estaba huyendo de casa, optó por ir al club, no estaba muy lejos y necesitaba con urgencia alcohol y comida gratis, o eso es lo que quería creer.





-o0o0o-




 El lugar estaba repleto, me acerqué a la barra y pedí lo más fuerte, y algo de comer también. Me di la vuelta para observar el panorama. En su mayoría eran mujeres y uno que otro hombre, todos atentos a un punto: el escenario, del cual no me había percatado de que había una banda, creí que la música venia de los parlantes.

 Tomé un sorbo de mi vodka, y contemple al cantante. Vestía de negro y su rostro estaba teñido del mismo color, su pelo alborotado del cual salían unas plumas, se miraba raro, daba la impresión de querer ser un pájaro, otro que huía de su realidad. Pero pronto yo también lo haría. Me di la vuelta dándole la espalda al escenario para comer mi hamburguesa y mis papas, mientras la melódica música acompañaba mi festín gastronomico.

Otra copa, otra…otra…y otra, hasta perder la cuenta de cuantas me había tomado, agarré con fuerza mi bolso y me puse en pie. La actual canción me subía el animo y quería disfrutar del concierto antes de irme, además era la primera vez que estaba en uno, entonces porqué no disfrutarlo?, por qué no dejarme llevar una primera y ultima vez?

Todas brincaban y cantaban al mismo tiempo que lo hacia el cantante, cuanto daría por imitarlas. Entre brinco y brinco me colé entre ellas avanzando mas allá, mas cerca del escenario, bailando y agitando mis manos sobre mi cabeza al compás de la nueva canción, agitando mi cabello corto como si fuera largo, dejando que el efecto del alcohol tomara el control.

Cansada pero extasiada llegué al frente de la multitud, el cual no estaba muy lejos del escenario, faltaba con que el vocalista estirara su mano y podría tocar la mía estirada también.

Se hizo el silencio y comenzó una balada, él cerró sus ojos frente a mí y comenzó a cantar pausadamente.

Su voz era suave, melódica y sensual o así lo estaba interpretando, me gustaba, pero más me gustaba saber que su voz me era familiar. Cerré mis ojos para tratar de conectar su voz con una cara familiar, pero la letra de la canción lo evitó.


I just wanted to feel the rain, 
washing away the pain, 
washing away the shame

Si fuera tan fácil, hace mucho que estuviera limpia. Sentí humedad en mi rostro y me di cuenta que estaba llorando, la canción me estaba haciendo llorar mas su interpretación y mi dolor. Por qué el dolor me perseguía?, ¿Por qué?. Ya estaba harta de darle oportunidad a la vida de seguir lastimándome, era injusto, y cruel.

Abrí mis ojos para mirarlo por ultima vez, ya no tenia porque seguir sufriendo, debía parar de sufrir. Y sus ojos verdes hicieron contacto con mis ojos llorosos, como si entendiera mi dolor ladeó su cabeza y me sonrió, como si una sonrisa suya pudiera aliviar mi pena.

Esos ojos…esa sonrisa…me hizo recordar a Lauri y por inercia cerré mis ojos para verlo en mi mente. Bendito sea el alcohol que me lo proyectaba, alcé mi mano y le mandé un beso a la lejanía de despedida. Los abrí y el vocalista atrapó mi beso en su mano malinterpretando mi gesto, llevándose esta a sus labios,  para luego seguir con su canción.

Ya no tenía porque seguir alargando mi camino, me hice para atrás, poco a poco entre la multitud para alejarme de la marea de personas, para alejarme de él y su dolorosa letra. Me estaba ahogando, sus palabras, los recuerdos, mi calor, mi dolor….necesitaba salir y respirar aire puro. Ya!

Inhalé fuertes boconadas de aire del exterior, pero la sensación no pasaba, mi pecho parecía oprimir mis pulmones, el aire era  insuficiente y el piso daba vueltas o era yo?. Qué me estaba pasando?, y entonces vi mis manos vacías, mi bolso había desaparecido.

Carajos!! Quise gritar tan fuerte como fuese posible.

Tuve que regresar al club para recuperar mi juguete, pero no contaba con que el lugar estaba totalmente obscuro al parecer el concierto había terminado y se estaba preparando otra banda para salir a escena.

Carajos!! A este paso como la iba a recuperar?.

Me dirigí a la barra donde era el único lugar con luz y ordené otra copa de vodka, la cual calmo mi angustia. Pedí otra y para la tercera ya el estomago no resistió, corrí al baño entre la poco visibilidad del lugar, abrí la puerta y vomite lo comido y bebido en el lavabo.

-¿Estas bien muñeca?.- mi corazón se paralizó  ante la mención de ese apodo, me giré lentamente para ver el rostro del hombre que me había llamado así, pero por suerte no era el ruso.- Estas buscando compañía?.- se acerco a mi, al parecer me había equivocado de baño.

Le di un puñetazo en el rostro y salí corriendo del baño.

No estaba para andar regalándome así, no…aunque si lo pensaba nunca había tenido un buen acostón decente, siempre por la fuerza no por que lo deseara, y que mas daba?, no te reprimas Saril, disfruta, hoy es tu ultima noche para disfrutar.

Regresé al baño de hombres con la convicción de aceptar la proposición del joven, pero este ya no estaba, entonces?...la decisión estaba tomada y del baño no saldría hasta haberlo hecho con el primero que entrara por la puerta.

Me lavé el rostro, y mojé mi cabello, enjagüé mi boca quitando el olor a licor y me senté en el mármol negro que contenía la ristra de lavamanos esperando…aguardando.

Pero al parecer nadie necesitaba el baño, porque nadie había aparecido aun, al final de cuentas el tiempo de disfrutar se había esfumado. Me bajé del mármol con la intención de buscar mi bolso, así fuera arrastrándome por el piso lo encontraría.

Abriendo la puerta estaba cuando choqué con un joven, el primero en entrar, así cabizbaja como estaba me fijé en sus zapatos, no era un error, era un chico, cerré mis ojos, alcé la cabeza y busqué sus labios a ciegas para besarlo.

No pensé tener tanto valor, ni si quiera lo había visto, no sabia si era guapo o feo, pero solo quería  hacerlo porque yo quería no porque alguien me estaba obligando.

Él acomodo su cabeza para recibir mi beso, entre abrí mis labios para darle profundidad al beso, lo necesitaba, estaba hambrienta de un beso apasionado y no forzado, así que hice danzar mi lengua con la suya en un vals que duró una eternidad.

Acaloramiento por todos lados sentí, hasta en el centro de mí, un solo beso y me sentía preparada para el fin del mundo. Me restregué descaradamente contra él para que entendiera mi necesidad y así la pudiera aliviar, él por su parte sonrió contra mis labios que aun seguían unidos, posiciono una de sus manos contra mis pompis atrayéndome hacia él.

Así que este pacto estaba sellado.

Pero la sensación de ahogo antes sentida, sobrepaso la de la excitación, impidiendo así lograr mi objetivo, apartándome del descabellado acto de lujuria que estaba apunto de cometer, llevándose consigo mis fuerzas y deseos del momento, apagando la luz del momento, y de mí conciencia.





-o0o0o-


Su corazón se escuchaba latir rápido, que parecía iba reventar mi oído, su olor corporal nauseabundo inundaba mis sentidos, recordándome el porque tenia acelerado mi corazón, el mío latía igual, pero no por las mismas razones, no, el mío latía de impotencia y de amargura, mientras que el suyo lo hacia de satisfacción masculina.

Pero un día todo esto acabaría, Mikolav eso lo juro.


-Nadie nunca me había besado con la intensidad y salvajismo como anoche, Wow!!-

Escuchaba su corazón acelerado latir contra mi oreja, su respiración sobre mi cabeza, y su mano sobre mi espalda acariciándola en pequeños círculos que se sentían muy bien, además de ya no percibir ese aroma nauseabundo, ahora era un olor fresco, delicioso el cual ya había olido antes, pero eso no era lo mas relevante del momento, si no su voz…era la de Lauri, ¡era él!.

Me reincorpore en el sofá y lo vi fijamente al rostro, ¡era él! no me había equivocado.

Él sonrió ante mi escudriño, y me miró directamente a mis ojos, como si…como si, ¿podía verme?.

-Hola!!.-

Si!, podía ver, ¡podía verme!.

-Por tu cara, he de imaginar que lo has adivinado, si, ya puedo ver Saril pequeña mariposilla, el otro día saliste casi huyendo.- dijo ladeando su cabeza, mostrándome su gesto mas enojado pero con una sonrisa. Algo  hermoso!!.

Asentí, y con mis manos hice la mímica de escribir. Quería un lápiz y papel, ahora si podía comunicarme con él.

Él se desacomodo del sofá, el cual estábamos compartiendo, se puso en pie y se alejó caminando lentamente, como si supiera que lo seguía con la mirada, que grababa sus movimientos pausados que su pijama gris denotaban, esto era el colmo!, pero inevitable. Baje mi vista cuando lo vi tomar papel y lápiz, concentrándome en como había cambiado todo, o algo mejor, donde diablos estaba mi bolso!!.

Se sentó nuevamente en el sofá dándome las cosas, a lo que rápidamente le quité.

El tomó la hoja de papel y lo leyó.- Así es, nuevamente te salvé, nunca pensé que fueras tu la de la otra noche, Pauli te describió y solo ahí uní las cosas, porque me seguías.- me tendió el papel.- Ahora contéstame tu, porque hiciste eso anoche?, no me habías visto, yo si, desde que entraste al club lo hice, se me hizo un poco difícil reconocerte por tu actual apariencia, tan solo han pasado unos días y de lo que Pauli dijo no queda nada, pero cuando te acercaste hasta el escenario, fue como si vinieras a mi pedido, quería comprobar si eras tu realmente, y lo eras!, pero entonces comenzaste a llorar frente a mi, rompiendo totalmente con la imagen que tenia de ti, una chica que radiaba de felicidad y de pronto te fuiste desapareciendo de mi vista.- sus ojos ya no me miraban, miraba su cocina, lucia preocupado, algo lo atormentaba pero el que?.- El show se acortó obviamente, salí a buscarte pero no te encontré por ningún lado, y luego de la nada me encuentro contigo en el baño y te desplomas en mis brazos otra vez.- Volvió a dirigir su mirada en mi.- Con la salvedad que ahora eras otra, tu peso era  mas liviano, tu rostro mas delgado, tu semblante triste, apagado, parecía que morirías en mis brazos, me diste un susto de muerte.-
Poco a poco se acercaba a la verdad, lo podía sentir, lo sabia…su preocupación era por mí.
-Y entonces vi tu anillo, y ahí lo entendí todo.-

Oh dios!!! su mirada de reproche fue mas que suficiente que un sermón de horas, sus palabras había calado en lo mas profundo de mi ser, yo no era una drogadicta, no!, yo tenia una explicación para eso, era por culpa de Mikolav, solo con eso lo hacia desaparecer, todo tenia su razón de ser.

Rápidamente escribí en la hoja de papel.

-Eso dicen todos, pero tienes una adicción  Saril, que hubiese pasado si anoche no solo hubiese sido un desmayo, si no una reacción a la sobredosis de tu polvo?, se me congelo el alma cuando vi el anillo, pensé que morías.- sus ojos ya no mostraban la luz hacia mi, ahora era consternación, o lastima….eso era, le daba lastima, ahora salvada a una drogadicta, pero no lo era.

Tomé el papel de entre sus manos casi arrebatándoselo, para nuevamente expresarme.

Se lo tendí furiosamente, él lo leyó y quedo pensativo por unos momentos, mientras se recostaba en el respaldar del sofá cama, suspirando respondió.- Me importa, porque te quiero, por qué si no?, porque crees que corté el show de mi banda, o  que te correspondi de la forma en que lo hice a tu beso, o porque crees que mientras fui ciego, fui feliz, o porque crees que ya no uso mi anillo, no dudes de mi Saril, nunca, una vez te prometí que te protegería, tal vez en ese momento no con la convicción del por que, pero ahora si la sé.- siguió ahí, en esa misma posición de aparente relajación, pero en el tono de su voz denotaba todo lo contrario.

Quise hacerme pequeña a medida iba demostrando el porque se preocupaba por mi. Como olvidar su promesa que si tan solo la hubiese cumplido a tiempo, no seria lo que soy, pero él no tenia la culpa, no, solo era cosa del destino, que jugaba conmigo otra vez.

Esperé a ver si agregaba algo mas, pero se quedo callado, tendiéndome el pedazo de papel azul entre sus dedos. No lo quería tomar, que le diría?, no le podía decir todo lo que me había pasado durante mi odisea, no podía y me dolía.

Giró su cabeza despeinando sus cabellos contra el sofá, mirándome con tristeza, esperando por una respuesta a su no pregunta.- Tómalo.- dijo teniendo mas cerca de mi el papel azul.

Lo tomé pero sin saber que escribir, viéndolo fijamente como si pudiera escapar por solo hacer eso. ¿ qué le podía escribir?. Nada, esto no podría funcionar, aunque lo intentara, algo estaba roto en mi, que nadie podría reparar, ni él.

Una gota de agua cayó en el papel, delatando mis lágrimas algo que él no pasó desapercibido. Se acerco mas y vi elevar su mano para posicionarla en mi barbilla, haciéndome que lo viera a los ojos, esos ojos verdes que parecían ver mas allá de mi, desnudando mi alma.-No llores, o pensaré que mis palabras te han herido, pero si necesitas llorar no lo hagas sola, llora en mi, comparte tu dolor no lo guardes para ti.-

Y rompí en llanto mudo, abalanzándome a él, llorando sobre su pecho, dejándome deleitar por tener en quien llorar, por sentir que alguien me sostenía que cuidaba de mí. Sus brazos me abrazaron con presión, dejándome saber que no me soltaría hasta que acabara de liberar todo mi dolor.

No sé cuanto lloré, o si lo hice hasta quedar seca, pero él aguanto todo mi llanto, sin decir ni una palabra, solo sosteniéndome en su abrazo que rompí para corresponder a su gesto con un beso.




-o0o0o-




Él dormía tranquilamente junto a mí, mientras simulaba yo también hacerlo, no quería dormir, no cuando sabia que me encontraría en los brazos de Mikolav, y así romper mi paz momentánea. Mi estomago rugió, recordándome que había vomitado todo lo  poco que comí. Con mucho cuidado me separe de su lado viendo su semblante detenidamente, no merecía su preocupación, poco a poco estaba apagando su felicidad.

Me puse en pie y me dirigí hacia la cocina a tomar un vaso de agua, de regreso iba cuando lo vi…mi bolso, me sentí desfallecer ante la posibilidad de que él hubiera visto su contenido, al grado de casi dejar caer el vaso de vidrio, pero lo agarré con fervor, evitando el fatídico estallido del vidrio. Dejé en el desayunador el vaso y corri hasta mi bolso amarillo.

Me tiré de rodillas ante él y lo abrí con urgencia, aliviándome al ver  su contenido, ahí estaba, a salvo, esperando por mi. Lo tomé entre mis manos y lo contemple pensando que hacer ahora con él.

No tomó mucho tiempo en mi mente, me puse en pie con pistola en mano, solo una cosa podía hacer con el.
Me encerré en el baño recostándome en la puerta deslizándome hasta llegar al piso, mientras limpiaba mi ultima lagrima de mi ojo, una que lloraba por Lauri, él no merecía verme tendida sobre mi sangre en su baño, pero sentía que el valor se me estaba acabando y si no era ahora no seria nunca.

Puse la pistola aun lado de mi cabeza con mi mano temblorosa, en mi cien donde seria certero mi tiro, quité el seguro mientras sentía que nuevas lágrimas corrían por mis mejillas y entonces jalé el gatillo.





Lauri p/v


-Saril?-

1 comentario:

  1. Wooow!! Esta super interesante! Me encanto!! :D Fooo..espero que Saril no muera..y qee no lo mate a Lauri(obviamente lo podría hacer sin kerer)..!
    Suerte!! y segui con mas capitulos!
    Me encantan tus fics!

    Naii! :)

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