"Days go by like the wind and this life is too short" The Rasmus

sábado, 3 de noviembre de 2012

Oblivion -C36-

Holap!!!! Saben me da nostalgia subir un cap....primero porque ya se acerca el final y segundo porque estos capítulos que siguen los hice con...tanto entusiasmo....desde que empece a escribir Oblivion siempre supe como iba a terminar...las escenas todo....O.O...espero disfruten leyendo estos últimos capítulos, tanto como yo disfruté haciéndolos!!! awwww




CAPITULO XIV

Liz p/v



El aire de Finlandia lo pude sentir desde que el avión aterrizó. Era la segunda vez que estaba aquí, sabia que en mi mente no tenia recuerdos de mi primera visita, pero se sentía tan correcto, tan bien en mi corazón… esa sensación como si regresara a mi casa, y no solo a un país casi desconocido.

Lauri tenia su carro en el estacionamiento, Aki se lo había traído para que no perdiera tiempo con los taxis me dijo. Ya en el carro mirando por la ventanilla, la gran arboleda que había por doquier donde posara mi mirada, y el cielo se sentía mas bajo, como si lo pudiese tocar, aunque no me apetecía hacerlo, se miraba tan opaco, tan triste…como si toda Finlandia estuviese llorando.

-El invierno es muy triste, creo por eso nuestra música es tan melódica, y es lo que nos caracteriza a los fineses.-habló Lauri, sin perder de vista la carretera, pero en algún momento tenia que haberme captado mirando en cielo.

-Ya lo creo, pero aun así me encanta tu país.-

-¿Mucho mas qué tu anfitrión?- el semáforo en rojo, hizo posible nuestro contacto visual.  Tomé su mano derecha, la que descansaba en la palanca de cambios, y la apreté fuertemente.

-Nunca.-

-Lo suponía.-

Llegamos rápidamente a su casa. Y cuando estaba en el umbral de la puerta…. Sentí que no era la primera vez, era como si muchas veces lo hubiese hecho, claro el efecto de la perla…pero ¿porqué no lo recordaba y si lo sentía?.

Subimos hasta la segunda planta de la casa, era muy hermosa…se notaba el toque femenino, el de Paula.

Aun no podía creer el circulo que tenían ellos, claro algunos sin querer, Lauri había sido novio de Helena, luego ella de Eero, Paula su novia luego de Aki, eran como hermanos pero se pasaban, aquí el único cuerdo era Pauli.

Guarde la caja del vestido en una gaveta del armario, aun no había dejado que él lo viese, tenia que ser sorpresa. En lo que él aprovecho hacer unas llamadas telefónicas, me puse a sacar toda la ropa de las maletas y guardarlas en el armario. Ahora era definitivo, estábamos viviendo juntos, no por unos días, ni semanas, si no para toda la vida.



***



El frío cada vez era mas fuerte, si no fuera por la calefacción y el calor humano de mi osito ya hubiese muerto de hipotermia. Las fiestas del 24 de diciembre ya se acercaban, y apenas me daba abasto para organizarlo todo. Entre todos habían acordado que se celebraría en casa de Lauri, por ser la mas grande y menos habitada.

Me faltaba aún comprar los regalos de algunos de la banda, y le había pedido de favor a Lauri que me acompañara pero no pudo, tenia otro compromiso fuera de la cuidad y sabia que era en Saariselkä, la boda estaba casi a unas semanas, el día esperado era el 10 de enero, y cada vez estaba mas sospechoso, los únicos que sabían eran los chicos de la banda.

Así que tuve que ir sola al centro comercial. Pero no fue por mucho tiempo en el departamento de hombres de una tienda Londinense, me encontré a Eero, al cual tenia mucho tiempo de no ver. Se miraba bien, y a pesar de las sospechas de Lauri de que era falsa su postura a mi no me lo parecía, desde mi posición, se miraba normal, conversando con la vendedora, hasta que me vio, elevando su mano saludándome con una sonrisa.

Me acerque a él e intercambiamos opiniones de los regalos, él andaba en lo mismo, así que continuamos nuestra labor juntos. Las horas se nos fueron volando, y en ningún momento sentí que estuviese triste o pareciera fingir su alegría, en verdad se el miraba muy bien.

El hambre nos hizo detener nuestra labor, tomándonos un tiempo en una cafetería, los paquetes los fuimos a dejar a nuestros autos para continuar cómodamente por el resto del día.-Me alegro que estés tan recuperado.- no quise decir nada mas, él debería entender que me refería a la muerte de su esposa.

-Gracias, creo eres a la primera que le siento decir eso con convicción, los chicos me miran raro, pero les digo que estoy bien.- la mesera nos trajo nuestros cinnabon y nuestros latte.- Les tuve que confesar que en un principio si fingí estar bien, para no preocuparlo, pero luego de ir con el psicólogo me siento mejor, y por fin pude dejarla ir.-

-En verdad que te felicito, Lauri estaba muy preocupado por ti, él te aprecia mucho.- lo conocía desde los ocho años, era como su hermano, y ahora y apenas habían forjado nuevamente los lazos de amistad-

-Lo sé.-

-Y se puede saber cual fue el milagro que hizo él terapeuta.-tome mi latte y sorbí su contenido.

-Sencillo, me hizo poner en papel todo lo que mi mente almacenaba, me hizo hacer un diario de Helena, y poco a poco fui quedándome sin `palabras de tristeza hasta que me di cuenta que escribía cosas alegres.-

-¿Así que era eso lo que hacías con tu libreta verde?, es muy famosa en mis oídos.-

-Si, les conté que era mi terapia pero no me creyeron y optaron por creer que eran composiciones.-

Era tan reconfortante escuchar que estaba mejor, y no podía esperar para contárselo a mi osito, sabia que se podría tan feliz como yo.

Seguimos con nuestras compras por todo el centro comercial. Eero era entretenido, no hablaba mucho como mi Lauri, pero cuando lo hacia me hacia reír, siempre tenia algún comentario curioso sobre las coas que veíamos, y automáticamente me trasladaba al lugar de los hechos, hubiese sido un buen maestro.

Al caer la noche, nos despedimos y creo ambos obtuvimos nuestros regalos. Cuando llegue a casa Lauri ya estaba ahí, y tenia una sonrisa tan grande que le era casi imposible disimular que había estado en Saariselkä, siempre que iba ahí para los preparativos de la boda volvía con esa expresión aunque el me lo negara, yo conocía a mi osito.


Los días fueron pasando tan rápido que ni sentí cuando llego la navidad. Paula había venido a la casa ayudarme con los preparativos, en el horno teníamos todo listo, las bebidas también estaban mas que listas para ser servidas, revise nuevamente que la decoración estuviese perfecta, y solo faltaban los invitados.

A las ocho de la noche empezaron a llegar, el primero fue Eero, ya que en la casa desde muy temprano Aki y su familia se habían venido, luego fue Pauli y su nueva novia asiática, tiempo después casi para las diez de la noche llegaron algunas personas de la disquera que no conocía.
Todos parecían estarla pasando bien, me aleje un poco del bullicio y me acerque a Lauri que se miraba pensativo contemplando su copa de champan, en el fondo de la sala.

-¿Por qué tan pensativo?- dije rosando su brazo con el mío.

-Estoy preocupado.- me volvió a ver y pensé que se miraría preocupado pero no, en su rostro había dibujada una sonrisa tan picara.

-Preocupado.- repetí.-¿ y eso  porque?.- sabia por donde iba esta platica, y había sido apropósito su alejamiento de los invitados.

Se acerco mas a mi, y susurrándome dijo:  -Creo nos pasamos con el numero de invitados.- elevo su vista para verlos a todo en una rápida barrida visual.- No se irán pronto, y no podremos usar mi regalo de nochebuena, pero para el año nuevo no pasara
lo mismo, no.- se enderezo, y se alejo de mi, pero ya me había dejado con la curiosidad, y lo sabia que últimamente cada vez lo hacíamos mas tiempo, ya hasta parecíamos conejos, y todo tenia un porque quería que quedara embarazada, bien sabia que no lo haría, pero …no me estaba escuchando, claro no podía resistirme a sus encantos, y como negarlo algo así, ni que estuviera loca.

Llegue por detrás de él apoyando mi quijada en su hombro.-¿y qué es eso que querías que usáramos?.- él se giro y con su mano libre, atrapo mi cintura acercándome a él, o mejor dicho apretándome.

-Accesorios sin importancia, nada que sea relevante, podremos vivir sin ellos, bueno yo si… no sé…tu?- agacho su cabeza para unirla a la mía, viéndonos fijamente.

-Búsquense una habitación!!, paciencia… paciencia muchachos.- pasó por nuestro lado Aki. Y recordé que teníamos público, aleje mi rostro del suyo, pero no de su agarre.

-¿Cuándo nos vamos para la cálida y soleada Saariselkä?.-cambiar de tema era lo mejor, seria como agua fría sobre nuestras mentes.

-Por mi mañana, pero sé, que no es de tu agrado los - 40ºc que hay ahora, me dijeron que para nuestro día, subirá la temperatura a -20º- Atrajo mi cabeza hacia su pecho, y continuo.- Sabes que no hace falta que tengas muchas cobijas, conmigo es mas que suficiente.- pase mis brazos por detrás de él, para sentir la textura de su camisa Armani blanca; mi regalo adelantado de navidad.


Me alejé de la esencia de Lauri o daríamos un espectáculo para todos, aunque eso no era necesario, su olor se prendía en mi como una segunda piel, así que en verdad solo huía de su cuerpo material y tangible, para mi propia salud mental.

Dieron las doce de la medianoche y todos nos sentamos en la mesa, y no me paso desapercibido que durante la velada entera Julian buscaba a Lauri, era como si fuera su amigo de juegos, y no él hombre mayor, en verdad que tenían química, ni le hacia falta Aki o Paula, bueno también pasaba todo el tiempo con ellos y con Lauri apenas y lo veía.

Estaban sentados juntos, Lauri frente a mi, y el pequeño junto a él, hablaban bajito solo para ellos, era como ver a dos camaradas, Julian sonreía y Lauri también pero su sonrisa era diferente, nunca lo había visto sonreír así, era como si ese niño fuera su hijo, y su sola presencia lo iluminara… y se veían bien juntos.

Así que tanto anhelaba tener un hijo, y yo negándoselo, pero bueno ¿qué eran nueve meses?, si con eso le podía hacer inmensamente feliz, se le notaba cuanto disfrutaba estar con el pequeño, inclusive Eero, que no dejaba de verlos parlotear.

Estaba decidido dejaría de usar las inyecciones anticonceptivas y esperaría a que su semilla se impregnara en mi óvulo, ojala y fuera para nuevo año o … para la boda, seria el mejor regalo que él pudiese esperar, me entró un escalofrió, ante la imagen de su cara cuando le  diese la noticia, se iba a morir de la emoción, que tonta había sido al negarle eso, un hijo de los dos, el fruto de nuestro amor. Seria un niño amado y bienvenido, y como si me leyese la mente, él desvió su mirada del pequeño y me miro fijamente, sonriéndome, como siempre lo hacia, diciéndome sin palabas cuanto me amaba.


La noche concluyó como él lo planeo, estrenamos su regalo como a las cuatro de la mañana, me había comprado un conjunto de victoria secret, muy bonito y caro que a los pocos minutos quedo destrozado.


Los días siguiente me fueron muy agitados, ya en nada se venia la celebración del año nuevo, y otra vez hacer la misma rutina, con la excepción que esta vez se celebraría en casa de Aki, y sabía porque, últimamente no se despegaba del pequeño niño, ya hasta parecía que vivía aquí y no en su casa.

Aun no quería decirle de mis planes, quería que fuera sorpresa y tampoco es que ocupáramos tanto tiempo para esperar la noticia, hacíamos la tarea hasta tres veces al día cuando Julian no venia a la casa, pero si no, solo una vez.

El efecto de la interrupción de la inyección ya estaría haciendo efecto, me tocaba el 27 de diciembre y no me la había puesto, y el ginecólogo me dijo que las oportunidades de lograrlo serian altas, si era mi tiempo de ovulación o por la cantidad de intentos, y por ambos íbamos bien, así que solo era cuestión de hmm días saber si había quedado o no embarazada.

Ahora hasta soñaba con eso en todo momento, me descubría suspirando por su llegada, y eso que ni aun lo había concebido, creo la presencia del pequeño Hakala, me había sobre estimulado, además él era muy simpático y muy obediente, un hijo que todos quisieran tener a su lado.

Llegó el fin de año y la casa de Aki estaba espectacularmente adornada, se notaba que tenían a un niño en casa, había un árbol de navidad inmenso y debajo miles de regalos de los cuales creo el 50 % eran de Julian con tantos tíos políticos, era el mas beneficiado.

Su regalo lo habíamos ido a comprar juntos, nunca antes habíamos entrado en una juguetería y verlo interactuar con los juguetes era como si le estuviese comprando uno a su hijo, cuando tomaba uno rápidamente idealizaba donde lo podría usar o si era perfecto para la nieve, pero que se podría resfriar, por la emoción de jugarlo tanto, así que al final optamos por uno ambiguo, tanto para verano como para invierno.

El helicóptero fue el ganador, claro él se había comprado uno para él, eran a control remoto y volaban de verdad, para mi había sido un poco exagerado, pero tal parece que Lauri no pensaba igual que yo.

Al final de la noche, ya cuando comimos y celebramos con juegos artificiales que Pauli compro, nos fuimos a casa, muy contentos y con un buen sabor de boca por la velada, había sido muy memorable, todos habían cantado y cuando digo todos me incluyo, Eero llevo un sistema de karaoke, con canciones programas de todos los estilos y épocas.

Cuando Lauri  paso al frente, le había tocado Perfect Day,      e invito a Eero a que la cantara con él, y no sé porque pero la manera de interpretarla de ambos me llego al corazón, además la letra… nosotros teníamos todos los días un día perfecto, pero ¿y Eero?, él no tenia novia, o no que Lauri me lo haya comentado, él no tenia su día perfecto, o no uno como la canción decía.

El silencio de la casa me hizo salir de mis pensamientos, Lauri estaba algo borracho y lo ayude a subir las escaleras. Al llegar a la habitación lo coloque lo mas suave posible sobre la cama, le quite los zapatos negros, los calcetines, pero lo deje con la ropa, era peso muerto, y tratarlo de mover me era casi imposible.

Me quite la ropa y me puse una pijama que Paula me había dado para Nochebuena, me quito los broches de mi pelo y lo deje caer, me lave la cara y me acerque a la cama por mi lado de dormir, cuando algo llamo mi atención en mi mesa de noche.

Ahí había una rosa roja, pero era un rojo, no muy común en las rosas, era muy obscuro y daba la impresión como si fuera un rojo …sangre. La tome entre mis manos y una espina pincho mi dedo, que lo lleve a mi boca para detener la leve hemorragia, vi que traía una tarjeta dorada.

Regalo de Lauri no podía ser, él solo me regalaba tulipanes, por lo de amor eterno. Abrí la tarjeta y la leí  mentalmente.

Tú dolor en mi alegría, y tú alegría es mi dolor, nunca debí tocar el destino, pero ahora no importara”.


La nota cayó de mis manos, ¿qué significaba eso?.

No pude dormir en toda la noche o lo que quedaba de ella, ¿quien podría desear mi mal?.

No le conté a mi osito, estaba tan entusiasmado con los preparativos finales de la ceremonia de nuestra unión, pero en ningún momento podía dejar de pensar en esa nota o en la rosa, que al día siguiente la había botado.

Faltaban solo cinco días para la boda, y en dos días nos iríamos a Saariselkä, los invitados llegarían el mismo día por la mañana, ya que la boda seria por la noche, cuando era tiempo más cálido.

Me faltaba comprar la corbata de Lauri y habíamos quedado de vernos en la tienda, luego de ir por mi prueba de peinado, seria algo poco elaborado solo llevaría el pelo recogido, nada el del otro mundo, pero pruebas eran pruebas.

Al salir del salón, me fui caminando a la tienda, en fin solo eran cinco cuadras y el frio no era tan apantallante. Me paré frente al semáforo que estaba en verde, esperando que fuera el turno de los peatones y vi como el mundo me daba vueltas, pero no me caí, acomodé mis lentes, para enfocar mejor, pero hasta mis ojos me estaban fallando, todo se movía y lo miraba distorsionado, pero pude reconocer que Lauri iba cruzando la calle en su automóvil, me apresuré para darle alcance tras cambiar el color del semáforo, obviando mi malestar.

Había pasado, solo respiré y respiré fuertemente aire y todo volvió a su lugar, llegué a la otra calle y vi a lo lejos que su auto se estacionó, intente correr para entrar juntos a la tienda, pero nuevamente todo me dio vueltas, me quité los lentes y sin ellos ya no reconocía su rostro, me los puse de nuevo y solo vi su perfil que entraba en la tienda.

Mis piernas se sintieron débiles y mientras me rendía ante la gravedad, una cosa paso por mi mente antes de mi desplome; estaba embarazada, y caí felizmente al pavimento.






2 comentarios:

  1. Amm Amm Amm yo no creo que este embarazada, bueno, aún no..... Jajajaja
    Me dieron escalofrios esa frase era de la mamá de Pietro??
    Me Pinches muero.... Jajaja
    A mí se me hace que la historia va a acabar asi donde todos olvidan todo y Liz es feliz con Lauri y ya! Jajaja ok no TT. Pero que será de ellos .... A ver sí esta semana no corro de traicionera a leer el word Jajajaja , no quiero que acabe pero tampoco quiero dejar de leer me entiendes?

    Dan te juro que viajo a tú país sí Liz pierde a mí Laurencio Jajaja y por como lo imagino no acabara en final feliz no al menos asi como asi ....
    Sí mis sospechas son ciertas.... Me traumarás te lo juro! Muero muero muero!

    Quiero seguir leyendo :(

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  2. aaw yo tambin espero un final feliz!!><

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