"Days go by like the wind and this life is too short" The Rasmus

lunes, 29 de octubre de 2012

Save Him Once Again -parte3-fin


Hola!! este es el capítulo final de esta historia, y mientras lo leen podrían escuchar esta canción, ya que Aenor (quien escribió este cap, así lo recomienda XD ) ...






Capitulo III



(c) Aenor











I have gone
Into the deepest dark


El silencio era lo único que se escuchaba, la casa completamente a oscuras y ni siquiera sabia si estaba respirando o no…

No podía escuchar nada, solo el grito de la culpa en su cabeza, había cometido la peor irresponsabilidad de toda su vida y pensar que se había molestado con Paivää por haber hecho lo mismo con él, con que cara ahora vería a Aki, como le pediría perdón, como rogarle por un poco de clemencia si lo había condenado al mismo final que a él.

Lauri estaba recargado en la puerta del refrigerador abrazando sus rodillas, sus brazos tapaban su rostro dejando la mirada perdida en la distancia, no quería pensar, pero una a una las escenas de esa noche se cruzaban por su mente en una película interminable… no quería moverse de ahí, tenia miedo, miedo de si quiera respirar.

Las lágrimas caían lentamente por sus ojos verdes, lagrimas llenas de culpa, era un asesino y de los peores, había condenado a muerte a su mejor amigo, a una muerte lenta y dolorosa, a él, a Aki, a quien le había dado tantas cosas y el solo le dio desgracias.

Se merecía todo lo que le pasaba, por que él solo le había demostrado su cariño y su amor, Lauri en cambio no le había devuelto nada.


Las semanas pasaron para él en automático, no supo en que momento la vida camino tan rápido que cuando menos lo había pensado ya se había llegado el día de su cita para saber su verdadero final.

En todo ese tiempo evito de cualquier forma toparse con Lauri, incluso cuando tenían llamado a ensayar casi no se hablaban mas que para lo esencial, tuvo una especie de retroceso ya que parecía el tiempo en el que escondía sus sentimientos al saber que Lauri tenia VIH, pero esta vez era diferente, no iba a poder olvidar todo tan fácil y menos cuando “tal vez” los uniría un mismo destino y no solo eso, si no por que ese “tal vez” le había permitido probar aunque sea por un momento el paraíso en la piel de Lauri.

Suspiro por enésima vez mirando al piso al pie de las escaleras de concreto que daban a la puerta principal del hospital, Alen le había llamado hace unos minutos diciéndole que estaba cerca…

Le había pedido de manera casi suplicante que lo acompañara, había sido un fuerte pedestal para él en esos momentos en los que al parecer no tenía a nadie.

Tal vez Eero o Pauli, pero ellos no sabían nada de lo que había pasado entre Lauri y él…

Que complicada se había vuelto su vida de un tiempo para acá.

-Aki- escucho la voz de Alen y alzo su mirada rápidamente, le sonrió viéndola llegar con un conjunto en negro, sus accesorios eran color rosa al igual que el paliacate sobre su cabeza.

-Hola Alen, gracias por venir-

-Para eso son los amigos ¿Ya entraste?-

-No, aun no-

-Esta bien- lo tomo del brazo para ambos entrar al recinto, Aki sentía palpitar su corazón con demasiada fuerza, parecía que iba a salírsele del pecho tan solo de imaginarse el resultado, Alen sintió lo tenso que estaba, podía imaginárselo, ella había pasado por algo similar –Tranquilo, te acompañare-

Aki asintió y juntos entraron en completo silencio, el camino le era eterno, parecía que los pasillos eran interminables, sentía que le faltaba el aire y por un momento sintió el mini infarto al tener el resultado en sus manos.

Ambos se alejaron un poco, Aki se recargo en una pared con el sobre en sus manos, se le quedo mirando un largo rato en el que parecía querer desaparecerlo con su mirada.

-No puedo Alen… estoy seguro de lo que dice- la miro extendiéndole el sobre – ¿Lo leerías por mi?-

Tal vez era un poco cruel dejar que ella viera el resultado antes que él, pero simplemente no tenia las fuerzas para hacerlo, sentía el cuerpo pesado y su cabeza no reaccionaba.

-Esta bien- le sonrió delicadamente cruzando un momento sus ojos azules con los de él, con delicadeza abrió el sobre y tomando un largo suspiro desdoblo la hoja…

La leyó bien para no perderse ningún detalle y ahí estaba al fin el resultado.

Positivo (+)

“Lo sabia” pensó, no era una idea agradable, pero era algo inevitable según las circunstancias… En otro momento tal vez este resultado no le hubiera afectado, pero con tan poco tiempo de conocerlo le había tomado cariño.

El peso de una noticia devastadora cayó sobre sus hombros.

-¿Y bien?-

Tomo aire de nuevo y alzo la mirada, intento calmar el mar de sensaciones en su interior, esta noticia de alguna forma era parecida a como cuando le dijeron que tenia cáncer.

Alen no tuvo que decir nada para que Aki supiera la respuesta su mirada decía todo, bajo la mirada dejando que la noticia se infiltrara a su corazón de forma tan pesada como un yunque sobre su cabeza; una, dos, tres lagrimas cayeron de sus ojos sin que las pudiera retener.

Alen coloco una mano en su hombro mostrándole su apoyo, ella lo entendía muy bien y sabía lo que debía hacer.

-¿Quieres que te deje solo?-

Aki asintió sin mirarla, Alen le entrego el sobre y lo dejo ahí, en ese solitario pasillo.

¿Ahora que? ¿Que iba a hacer?

Sabia que esta era una posibilidad después de lo que Alen le explico, pero ahora no sabia como reaccionar, ahora que sabia la verdad, ahora que la realidad le caía por culpa de un momento de calentura…

De inmediato su mente viajo hasta aquel día, recordando a Lauri, así se debió de haber sentido cuando se entero que estaba enfermo.

¿Tendría que decírselo? No, era obvio que se culparía por eso y era mas culpa de Aki que de Lauri, se dejo llevar por el sentimiento de lujuria que tenia para con él, se aprovecho de que no estaba en sus cinco sentidos y este era el pago de su descuido.

Pero tal vez… solo tal vez, en su interior Lauri sentía lo mismo.

Ya no podía pensar en eso, Lauri lo había alejado de su vida por que nunca dejaría de amar a Zahiel, eso estaba claro, pero el sentimiento masoquista que tenia Aki era demasiado, lo quería de una forma errónea, soportar lo que sea con tal de recibir un poco de su cariño, como si fuera una mascota.

Necesitaba pensar, necesitaba luchar, pero sobre todo, necesitaba olvidarlo.

Se limpio las mejillas que marcaban el rastro de un par de lágrimas silenciosas y camino a paso firme hasta la salida en donde se encontraba Alen abrazada a si misma mirando hacia la calle.

-Alen-

-Aki ¿Estas bien?-

-No del todo, pero… tengo cosas que hacer, gracias por todo tu apoyo, no se que hubiera hecho sin ti-

-Lo hago con gusto Aki- le sonrió delicadamente poniendo de nuevo una mano en su hombro –Se lo que se siente que te den una noticia como esta y no haya nadie para apoyarte-

Aki la miro un instante, le sonrió abiertamente, con esa sonrisa que iluminaba hasta los días más oscuros.

-Te invito un café, quiero contarte algo-

Alen asintió acompañándolo.


-¿Estas seguro?-

-Completamente-

-No creo que esta decisión la hayas tomado tan a la ligera-

Aki sonrió divertido –No del todo, la vengo planeando desde que Lauri… bueno desde esa vez-

Alen vio con tristeza como ese engreído y egoísta de Lauri le calaba, no entendía que había visto el en aquel sujeto de los ojos verdes y tal vez nunca lo sabría.

-Solo esperaba los resultados para hacerlo o no-

-Así que ya nada te detiene-

-No-

-Bueno, pues… te deseo suerte-

Aki le sonrió abiertamente –Prometo estar al pendiente de ti, se que lo lograras-

-No lo se Aki… a veces me parece eterno, llevo años en esto, parece que todo lo que hago no sirve de nada pero aun así no me dejo vencer tan fácil-

-Por eso se que lo lograras- le sonrió abiertamente tomando sus manos entre las suyas acariciando con sus pulgares el dorso de sus manos –Eres muy fuerte, mucho mas que yo-

Alen no pudo evitar sonrojarse ante la caricia y las bonitas palabras, no le molestaba pero comenzaba a ponerse incomoda.

Continuaron platicando un rato mas hasta que el atardecer comenzó a caer, ambos sabían que había sido suficiente y Aki aun tenia muchas cosas que hacer para lo que venia hacia él.

Caminaron un largo tramo hasta que llegaron a un pequeño parque que quedaba cerca de la casa de Alen, ambos iban platicando de manera amena, reían y se hacían bromas como si fueran niños.

-Me la pase muy bien hoy Aki-

-Igual yo, casi olvido… bueno ya sabes-

-Tienes todo mi apoyo Aki, siempre que me necesites y que el cáncer me lo permita-

-Lo mismo digo- Aki sonrió dándole un fuerte abrazo a lo que ella le respondió de la misma forma.

-Te voy a extrañar-

-Yo también-

Le dio un beso en la mejilla y de nuevo la abrazo, era al parecer una corta despedida que había tomado más tiempo de lo debido…

Al menos para aquel joven de ojos verdes.

Como era la vida.

Lauri había decidido dar una caminata por un parque cercano, le hacían bien esas salidas y siempre que tenia tiempo las aprovechaba, esta vez no había sido la excepción, necesitaba despejar su mente, pensar con un poco de claridad y un poco de ejercicio al atardecer era la solución.

Lo que no contaba era con que encontraría a Aki al otro lado de la banqueta fuertemente abrazado a la chica Alen, aquella con la que se había topado por culpa del celular de Aki.

Los miro un instante, intentando ignorarlos, pero no pudo hacerlo, a cada segundo giraba su rostro para verlos, se le había hecho eterno ese abrazo, ¿Por qué simplemente no podía soltarlo?

Sin pensarlo siquiera siguió caminando, pero no se había dado cuenta que se dirigía hacia donde estaban ellos, cruzo la calle como zombi con peligro de que algún coche lo arrollara, en cuanto llego a su banqueta camino hacia ellos, decidido, respirando intranquilo, sintiendo como la cabeza se le encendía al verlos tan cariñosos.

“¿Qué demonios te pasa Lauri?”

-Que rápido olvidas Aki-

Se sorprendió de haberse escuchado hablar… ¿Que demonios pasaba con él?

-Hola Lauri ¿Cómo estas?- Alen la saludo tranquilamente alternando su mirada entre Aki y Lauri.

-Bien… gracias- el tono era lo que mas le había sorprendido, esa mezcla de arrogancia, soberbia, molestia y un poco de… ¿Celos?

Aki tomo aire mirándolo fijamente, se giro a Lauri y se dio cuenta que ambos se miraban con un magnetismo tan fuerte que hasta se sintió incomoda, se sintió fuera de lugar, había fuego entre sus miradas, profundizaban, parecía que querían comerse con ellas.

-¿Qué haces aquí Lauri?-

-Solo salí a caminar, no creí encontrarte a ti y a tu amiga-

-¿Y eso tiene algo de malo?- el tono en el que le hablaba, tan posesivo lo molestaba, ¿Que tenia de malo darle un abrazo cariñoso a la única persona que se ha preocupado de lo que siente? Lauri estaba perdiendo la cabeza.

-Para nada, es tu vida, puedes hacer con ella lo que te plazca-

Alen no pudo evitar dibujar una sonrisa de medio lado… ese tono de voz, ajeno a las pocas veces que lo había visto denotaban su enojo… enojo por verlos a ambos… juntos.

Se aclaro un poco la garganta para llamar su atención, ya que ambos seguían con esa lucha silenciosa en el contraste de ambas miradas, había chispas en el ambiente que parecía que en cualquier momento encenderían la pólvora, ardiendo, consumiéndolos.

El conjuro se rompió en cuanto despegaron sus miradas para mirar a una divertida Alen, tal vez Lauri no era del todo de su agrado, pero disfrutaba ver como Aki cada que lo mencionaba parecía derretirse como la mantequilla a fuego lento.

-Yo los dejo-

Aki asintió sonriéndole dándole un beso en la mejilla ante la vista de Lauri, que solo sintió como algo crecía desde su estomago extendiéndose hasta sus extremidades, obligándolo a apretar los puños intentando calmarse.

Sin saber con exactitud que era lo que le pasaba.

-Mantenme al tanto de todo ¿Vale?-

-Lo hare, gracias de nuevo-

-Nos vemos Lauri- el solo asintió sin dejar de mirar a Aki.

-Es tarde Lauri, debo irme-

-Espera… debemos hablar-

-No hay nada de que hablar Lauri, todo quedo claro la ultima vez… tu nunca vas a olvidar a Zahiel y yo solo seré el plato de segunda mesa-

-No… no Aki-

-Cuídate mucho Lauri- dio media vuelta dispuesto a irse.

No quería hacerlo, pero tenia que.

-Lo siento Aki-

Aki no supo con exactitud de que se disculpaba, el tono de su voz era un tono tan suplicante que parecía abarcar no solo el hecho de haberlo usado como su paño de lagrimas, haber estado con el por despecho y haberlo dejado abandonado ahora que mas lo necesitaba, parecía también pedirle perdón por haberlo contagiado.

¿Lauri estaría consciente de eso?

Se giro un cuarto para verlo mejor…

-De lo único que me puedo arrepentir es de no haberte dicho lo que siento por ti desde antes que te toparas con Paivää… de todo lo demás no tienes por que disculparte-

Dio media vuelta y se fue sin querer decir más, su corazón y el de Lauri lloraban en silencio.


Aki pidió hacer una junta de emergencia, estaban en una especie de “tiempo fuera” en medio de la promoción de su último disco, Eero, Pauli y Lauri habían aceptado, ya que pocas veces Aki se ponía tan serio como para pedir una junta de esta índole, debía de ser algo muy importante para haberla pedido.

Los cuatros estaban sentados en la mesa donde acostumbraban tomar un café a la hora del descanso, todos miraban a Aki esperando a que hablara, mientras él tomaba valor para hacerlo.

-¿Y bien Aki? ¿Qué pasa?-

-Quiero… quiero pedirles que pospongamos la promoción para hasta dentro de un año-

-¿Qué?- Lauri pregunto incrédulo, no entendiendo que era lo que estaba diciendo.

-Necesito tomarme un año sabático-

-¿Pero por qué? ¿Qué paso para que tomaras esta decisión?- Pauli se veía molesto no entendiendo en realidad lo que pasaba.

-Es un problema personal, es algo que me va a tomar demasiado tiempo poder arreglarlo, no quiero que mi rendimiento se vea reducido por esto, por eso debo arreglarlo primero antes de que afecte a ustedes, a la banda en total-

-Estamos en un punto importante Aki, entiendo que es algo muy tuyo, pero esto es casi una especie de suicidio, piensa en los números perderíamos muchas fechas- Pauli estaba alterado y con toda la razón del mundo, una pausa tan extensa en medio de una promoción era perdida total.

Lauri en cambio permanecía serio con la mirada baja ante la atenta mirada de Eero.

-Lo sé y lo siento mucho, pero si no hago esto, después será peor-

-Esta bien- hablo al fin Lauri –Tomate el tiempo que necesites-

-¡¿Qué?! Te volviste loco Lauri-

-Lo entiendo y tiene razón en pedir el año sabático, creo que todos lo necesitamos, yo me encargare de lo que sea necesario y mientras tanto cada quien podrá hacer algo mientras nos volvemos a reunir-

Pauli se dejo caer hacia atrás en su asiento mientras Aki le sonreía levemente a Lauri.

-Si no queda de otra-

-Gracias por su comprensión chicos-


-Lauri tenemos que hablar-

-¿Qué pasa Eero?- Lauri no le hacia caso por estar concentrado en unos papeles sobre la mesa.

-Algo me dice que la decisión tan apresurada que tomo Aki es por tu culpa-

Lauri dejo todo en la mesa y lo encaro.

-¿Pauli piensa lo mismo?-

-No, él cree que aceptaste por que estas teniendo una crisis existencial por querer cambiarte el color de cabello- Lauri no pudo evitar soltar una risa inocente mientras se recargaba en la silla –Pero se que es algo que tiene que ver contigo, no soy tan tonto, el hecho de que no diga nada, no quiere decir que no lo sepa-

-Aki te ha contado lo nuestro ¿Cierto?-

Eero soltó el aire vencido –Me cuenta todo, igual que tu, debo dejar de ser su confesor ¿Sabes? Tengo más secretos que un padre-

-Esta bien, esta bien, entendí, pero si ya sabes que más quieres saber-

-Hay algo que no se, desde hace semanas ambos parecen desconocidos cuando se supone que habían hecho las pases después de que Aki te explico por que actuó así debido a tu enfermedad y de la noche a la mañana se distanciaron más que antes ¿Por qué?-

Hablo tan rápido que ni tiempo le dio de tomar aire, solo hasta que termino de desahogarse.

-Prometes no decir nada y no juzgarme, suficientes problemas tengo ya-

-Como si no me conocieras-

Lauri tomo aire con fuerza y soltándolo lentamente comenzó a hablar.

Le conto todo, el por que Aki había actuado así con él, su primer beso con Aki, el segundo, la confusión en su mente, su corazón, el beso de Zahiel, su despedida, su borrachera y su primera vez con Aki.

En cuanto termino Eero se recargo en su asiento llevando su mano derecha descansada en los brazos hasta su boca, pensando, reflexionando.

Era mas con lo que podía cargar.

-Dios Lauri… en que líos te metes-

-Yo no tengo la culpa de ser tan irresistible-

Se rio irónicamente llevando la mano por su cabello para clamar sus pensamientos –Yo sabia que Aki sentía algo por ti desde hace ya un buen tiempo, pero no que hasta ya hubieran estado juntos-

-Es por eso que se va y es por eso que le estoy dando su espacio por que… - su voz cayó demasiado al sentir en su pecho el agujero de algo terrible.

Sabia que al decirlo se haría real, se daría cuenta de que la vida le había jugado chueco por sus malas decisiones, que estaba pagando el daño hecho…

-¿Qué paso?-

-Esa noche… yo estaba ebrio, no recuerdo muchos detalles pero… el que tomara esa decisión solo me aclara que no… que no…- no pudo continuar, el peso de la culpa lo dejo mudo con un apretado nudo en la garganta.

-Oh no… no me digas que no se protegieron- Lauri bajo la mirada abatido, asintiendo.

Eero llevo ambas manos a su rostro horrorizado, no por el acto en si, si no por lo que eso se significaba.

-No sabes lo culpable que me siento, no puedo dormir de solo pensar que si no hubiera llamado a Aki, si no hubiera cometido la estupidez de llamarlo mientras Zahiel y yo nos besábamos… él es mi amigo Eero-

-Es mas que eso Lauri y tú lo sabes-

-¿Qué?-

-Olvídalo… no se que decirte Lauri, esto se salió de control-

-Por eso lo deje irse, se que tal vez buscara ayuda y podrá sobrevivir a esto-

-Tu también necesitas ayuda Lauri y mas vale que la busques pronto, por que si esto no te deja vivir tranquilo llegara un momento en que no podrás soportarlo y el estrés te vendrá matando ¿Lo entiendes?-

Lauri asintió.

-Te lo digo por que eres como mi hermano y por ser egoísta y hasta un poco arrogante estas perdiendo a quien probablemente sea la respuesta a tus suplicas-

-Me estas queriendo decir ¿Que Aki no es mas que mi amigo?-

-Esa es una pregunta a la que ya tienes respuesta-


El tiempo no espera, es exacto, hasta cierto punto relativo y en constante movimiento.

Camina a la mano del destino, puntual, exacto y nunca inequívoco.

Recordaba bien como fue que Aki se fue, ¿A dónde? Nadie lo sabe, pero sabían que necesitaba ese tiempo lejos de todo y de todos para poder afrontar a su propio yo, para afrontar aquello que creció en él como una enredadera de la cual no podía escapar.

Toco la puerta de su casa una mañana de otoño, Lauri ya lo esperaba, le había hablado para decirle que había olvidado unas cosas en su casa que iba a necesitar, Lauri las tenia listas en cuanto llego por ellas.

Lo hizo pasar ofreciéndole algo de beber, el se negó sin siquiera mirarlo, caminando a la sala en silencio para entregarle una maleta pequeña con todo adentro.

-Gracias Lauri, ya no te quito tu tiempo-

-Espera Aki-

Lo miro un breve instante en el que Lauri abría y cerraba la boca tratando de encontrar las palabras adecuadas.

-Lo siento-

Aki sonrió de medio lado –Ya te dije que no lo sintieras, no hay nada de lo que me arrepienta, así que tu tampoco deberías de sentirte así-

-¿Cómo puedes estar tan tranquilo después de que te condene a muerte? ¿Cómo puedes siquiera mirarme a los ojos y sonreír sabiendo que morirás algún día? No te entiendo Aki-

-No es tu culpa Lauri, yo estaba consiente y tu no, apenas y sabias lo que estábamos haciendo, yo en cambio sabia lo que pasa y no quise detenerte, no tome la decisión debida y estoy pagando por mi error, pero sabes que, no me arrepiento de nada y si pudiera volvería a pasar esa noche contigo las veces que sean necesarias-

Lauri abrió los ojos estupefacto, no creyendo lo que escuchaba, Aki estaba dispuesto a dar su vida de nuevo por estar con ¿Él? ¿Un sidoso, como le había dicho Zahiel?

A quien demonios tenia en frente, en que momento ese Aki que era su amigo se presento ante él, mostrándole el lado mas oscuro de su corazón…

-No… esto no esta bien-

Aki sonrió tristemente bajando la mirada… él se estaba arriesgando a abrirle su corazón ahora que ya no tenia nada que perder.

-Escucha, por eso me voy, por que es doloroso, aun no logro superarlo, pienso que es como un sueño y no, debo afrontarlo, darle cara al problema y superarlo, dejar de ser tan infantil, por que eso fue lo que hice, no haberte dicho lo que sentía en su momento, dejando que el tiempo me consumiera y me alejara de ti- tomo aire bajando la mirada –Yo quería esa noche contigo, yo quería estar contigo siempre, pero nunca recibí nada a cambio, nunca iba a funcionar y no sabes como me duele, por que yo te amo de verdad-

-Ya no digas eso por favor-

-¿Lo vez? Por que no dejas de ser un poco egoísta y te das cuenta de que todos los que te rodean de alguna forma te quieren ayudar, Zahiel por ejemplo, mi egoísmo y el tuyo nos llevo a que ella se fuera de tu lado, fue un error mío siquiera pararme aquí contigo esa noche, pero lo hice por que me necesitabas, pero tu solo me usaste, te lo vuelvo a repetir, aunque te quiera mas de lo que puedo expresar, no soy plato de segunda mesa…-

Lauri sintió que sus ojos comenzaban a humedecerse, pero trato de calmar las lágrimas, había sido suficiente llanto.

-Necesitas ayuda Lauri, para que veas que si aun sigues con vida es por algo… yo hare lo mismo, no quiero morir auto-compadeciéndome de mi desgracia todo lo que me quede de vida, algo me dice que esta decisión que tome es la correcta y espero que cuando te vuelva a ver, seas el Lauri del que me enamore-

Tomo la maleta y camino hasta la salida seguido por Lauri a paso lento.

-Adiós Lauri- estuvo a punto de cruzar la puerta pero se detuvo, se giro un instante para tomar una vez mas sus labios en los suyos, Lauri solo entrecerró los ojos sin perder de vista los cerrados de Aki que temblaban, peleando por no dejar escapar la muestra de su tristeza.

Aki después de unos segundos se separo de él saliendo a toda prisa de la casa.

Y se fue, no pudo detenerlo, solo recordaba muy bien las palabras de Aki, estás aun resonaban frescas en sus oídos y después de esa despedía tomo el asunto en sus manos.

Demasiado había sufrido, demasiado estaba en juego y no iba a decepcionarlo.

Y el tiempo siguió corriendo y en un abrir y cerrar de ojos el año pasó.


I think I’m lost again


-Estoy a punto de llegar, solo deja que encuentre un taxi… No, no, en unos 15 minutos máximo… esta bien, posponlo para mañana… moi-

Una joven de cabello rubio corto hablaba por celular en la orilla de la banqueta, cuando quiso guardarla en su bolsa al último grito de la moda, una carpeta que era sostenida por su antebrazo cayó al pavimento esparciendo todos los papeles.

Soltó un suspiro de frustración agachándose a recogerlos cuando una mano se le unio en el trabajo.

-Gracias- al alzar su mirada sus ojos azules se llenaron de sorpresa y alegría.

-¿Aki?-

-Alen… que alegría verte-

Alen se llevo una mano a la boca para después abrazar con efusividad a Aki, el cual no tardo en responderle con una sonrisa.

-No puedo… no puedo creerlo… estas irreconocible… ¿Por qué no me dijiste que llegabas hoy? Te hubiera ido a buscar-

-Esa era la idea, quería que fuera sorpresa-

-Y que sorpresa- lo miro con mayor detenimiento, notando su mirada azul grisácea con más brillo, su piel mucho mas pálida que antes, llevaba lentes de montura negra que ocultaban su mirada, su cabello era de color dorado como el mismísimo sol y podía jurar que había perdido peso, vestía con un saco gris, palestina blanca con rayas negras, pantalón negro y zapatos converse.

-Te vez… diferente-

-Al parecer no soy el único… ¿Algo que quieras contarme?-

-Mucho, te invito un café, ¿Tienes tiempo?-

-Por supuesto-

-Genial-

Llegaron a un establecimiento cercano, después de pedir sus cafés comenzaron a platicar, Alen se veía muy feliz de ver a Aki, el en cambio parecía diferente, era el mismo a excepción del cambio de look y tenia algo mas pero Alen no lograba notarlo.

-¿Y bien? Cuéntame… que ha sido de ti todo este tiempo-

-Para empezar me fui con mis padres a Espoo, les conté todo lo que me paso y ahí mismo busque tratamiento y asesoría-

-¿Tus padres lo saben? ¿Y que dijeron?- pregunto sorprendida, después de todo no era una noticia que se pudiera contar y menos a tu familia.

-No fue nada grato, mi madre casi se muere al enterarse, mi padre me apoyo desde el principio y mi madre solo hasta que logro calmarse, me están apoyando mucho, me ayudaron a buscar a los mejores especialistas y no solo eso, mi hermana consiguió a un colega psicólogo para atenderme-

-Increíble-

-No fue fácil al principio pero conforme el tiempo pasó fui abriéndome mas, ahora veo la vida de otra forma, vivo al máximo cada momento, amo mas cada detalle de mi vida y perdono mucho mas rápido-

-¿Y el corazón?-

-Por eso volví- suspiro sonriendo débilmente -¿Y tú que tal? Tu cabello creció-

-Así es- Alen sonrió enroscando un mechón de cabello en su dedo índice que creció cerca de la nuca

-¿Quiere decir que ya no tienes quimios?-

-Desde hace 6 meses las deje-

-¿Pero por que?- le pregunto asustado mirándola con detenimiento.

-No te asustes, hace meses el doctor me dijo que ya no eran necesarias, el cáncer ya no esta- le sonrió abiertamente mostrando su blanca dentadura –Tengo que esperar unos 5 años para que me de de alta definitiva, pero en mi ultima revisión me fue muy bien-

Aki le sonrió ampliamente entrecerrando sus ojos y unas arrugas en sus mejillas se formaron de inmediato, se levanto de la mesa y la jalo en un fuerte abrazo que demostraba su felicidad.

-Lo sabia, sabia que lo lograrías, no sabes que feliz me siento por ti-

-Lo sé, estoy tan contenta, en cuanto me dieron la noticia decidí volver a trabajar, a mi ritmo claro, tengo pensado hacer un viaje, Paris, Milán, siempre quise conocer Marruecos, hay tantas cosas que quiero hacer que no me importa, las llevare a cabo, no echare a perder esta segunda oportunidad-

La mirada de Aki se nublo un instante en el que sonrió levemente, era una mezcla agridulce de felicidad y tristeza… Felicidad por ella tristeza por él.

Deseaba con todo su corazón que el tiempo que le quedaba le durara lo suficiente.

-¿Dije algo malo?-

-No, no, me alegro mucho por ti, yo lo único que te deseo es lo mejor Alen, te lo mereces- trago duro para tragarse sus lagrimas, Alen tomo su mano sobre la mesa y la apretó con fuerza.

-¿Volverás a tocar?-

-Eso espero, aun tengo pendientes que arreglar, pero es lo que más deseo y es lo único que se hacer-

-Eso me recuerda ¿Has visto a Lauri?-

-Aun no, pero espero pronto hacerlo, hay algo muy importante que tengo que hablar con él-


Una de las cosas que más le gustaban de las tardes finlandesas, era el cielo.

Una mezcla de naranja, rosa y azul, desde su ventana se veía increíble, amaba la vista, era perfecta y le encantaba perderse en ella.

Le había servido de terapia, según su psicólogo debía encontrar algo en que despejar su mente para poder resolver los problemas que tenia, esto y caminar se habían vuelto parte de su vida desde hace un año.

Un año, que rápido pasaba el tiempo, pero que provechoso se había vuelto aun cuando las cosas salieron tan mal para él.

Suspiro profundamente llevando su mano derecha a su boca, tocando con la yema de sus dedos sus labios, lentamente entrecerrando los ojos.

Justo hoy lo recordaba…

¿Cómo estaría? ¿Qué estará haciendo? ¿Estará feliz o al menos contento? Se lo preguntaba constantemente, quería saber como estaba su amigo, su casi amante…

A pesar de estar perdido en el alcohol recordaba esa noche como si se la hubieran tatuado en la memoria, los detalles estaban perdidos en una nube de confusión, pero podía recordar a la perfección sus besos.

En su vida lo habían besado con tanta pasión, cariño y ternura al mismo tiempo, ni Zahiel le había demostrado esa clase de amor al besarlo.

Y aun cuando estaban ansiosos por unir sus cuerpos, Aki tuvo la delicadeza de demostrarle amor con cada rose de labios.

No podía evitarlo, lo extrañaba.

Aunque aun seguía sin saber exactamente por que…

Era su mejor amigo, había sido una parte importante en su vida hasta antes de que supiera que tenía VIH, después se volvió en alguien indispensable para seguir viviendo… sobreviviendo.

Ya ni siquiera Zahiel le dolía tanto, había logrado hasta cierto punto olvidarla, había veces que la extrañaba y ya la había perdonado por haberlo herido, esperando que ella también lo perdonara, pero Aki… Aki era otra cosa.

Y seguía sin saber que etiqueta ponerle a lo que sentía por él.

Su corazón seguía dividido en dos.

El teléfono en la mesa comenzó a vibrar sacándolo de su ensoñación por unos segundos, se erguió para tomarlo después de dejar una botella vacia de “Finlandia Frost”… no debía tomar alcohol, pero debes en cuando beber una botella de esas le servía para calmar sus ansias.

Al mirar la pantalla se quedo petrificado, no abrió mas los ojos solo por que no podía, su corazón latió con tanta fuerza que creyó que se le escaparía del pecho y una enorme sonrisa se formo en su rostro.

Al leer el mensaje de texto se quedo así, sin saber que hacer o pensar, pero en ese momento escucho con demasiada atención lo que le dijo su corazón y supo con exactitud lo que sentía por él.

-Aki- sonrió releyendo el mensaje.

“Hei Lauri. Quería decirte que eh vuelto a Helsinki. Podrás ir mañana al café que esta cerca del parque que acostumbras? Hay algo que debo decirte. Aki”


I know fate’s
Deciding for everyone


Llego a la hora acordada por otro mensaje en respuesta, al famoso café.

Tomo aire entrando por la puerta mirando a todas direcciones, prestando atención en cada mesa para poder verlo.

Le tomo unos instantes reconocerlo ya que su cabello estaba rubio, eso lo sorprendió de sobremanera, la ultima vez era en su totalidad negro y ahora usaba su color natural.

Camino casi a paso apresurado, al estar a su lado y cruzar su mirada con la de él, se sintió en cierta forma nervioso.

-Aki-

Aki se puso de pie y le sonrió dándole un fuerte abrazo que Lauri tardo en responder, se sintió como un abrazo de amigos, aun cuando los finlandeses eran tan fríos al expresar sus emociones. Entre ellos era diferente.

Permanecieron en un silencio extraño en el que solo evitaban mirarse, permanecieron así hasta que la linda mesera les llevo su pedido y en cuanto estuvieron solos sus miradas chocaron.

Lauri se veía diferente, su cabello estaba mas largo aun en negro, el verde de sus ojos emitía un brillo mas intenso que antes, su color de piel era saludable, pero se notaba que había perdido peso en sus mejillas, estaban un poco hundidas y sabia que bajo el peso de la sudadera verde que llevaba puesta estaría igual.

Aki se veía ante sus ojos diferente también, con mas energía, estaba delgado, sus ojos azul grisáceo estaban brillantes, llenos de vida, su cabello brillaba como si fuera hecho de oro, su piel blanca y aun guardaba el estilo fashionista que tanto lo había marcado… pero a pesar de todo aun llevaba los lentes que lo hicieron reconocerlo como si fuera el Aki de antes.

-Tu cabello es rubio-

Aki llevo una mano a su corto cabello pasándola por el hasta que termino en la parte trasera del mismo, después empujo sus lentes por el tabique para mirarlo de soslayo.

-Me gusta mas así, además necesitaba un cambio-

-Me gusta, te vez muy natural-

-Gracias, tu también dejaste crecer tu cabello-

-Pensaba recortarlo un poco, pero aun no encuentro el ánimo-

Aki sonrió -¿Cómo has estado?-

Lauri bajo la mirada recordando en solo segundos todas sus caídas, sonrió levemente para mirarlo sobre el humo de su taza de café negro.

-No puedo quejarme, aunque me ha ido muy bien últimamente-

Aki tomo un sorbo de su taza para después descansar sus brazos sobre la mesa.

-Me alegra escuchar eso, la ultima vez que nos vimos, no estábamos tan bien-

-Tome tu consejo y busque ayuda, eh estado viendo un psicólogo los últimos meses, me ha servido mucho-

-Igual a mi- sus miradas chocaron por un breve momento y lo que una vez vio Alen aun seguía ahí, esas chispas de una conexión de opuestos que parecía incendiar lo que estuviera a su alrededor –Por eso volví-

Lauri se aclaro la garganta dándole vueltas a la taza entre sus manos.

-¿De que querías hablar conmigo?-

Le pregunto sin rodeos y sin mirarlo.

Aki no pudo evitar reír un poco ante la pregunta tan atropellada –No has cambiado nada Lauri-

-Quisiera poder compartir el mismo punto-

Hubo otro silencio esta vez un poco incomodo en el que Aki buscaba las palabras exactas para lo que quería expresar.

-Algo paso, cuando estuve en Espoo-

“Espoo”

-Mi madre al enterarse de lo que me pasa, se puso mal, estuvo unos días hospitalizada por la noticia, se que fue mi culpa por no saberlo manejar de la mejor manera pero… a pesar de todo ella se recupero muy bien, me di cuenta de que tenia un fuerza extraordinaria y que yo debería de copiar ese ejemplo-

-No se a que quieres llegar Aki-

Alzo su mirada y al cruzarla con la de Lauri, sintió un escalofrió recorrerle la espalda.

-Que, a pesar de que tú y yo tal vez nunca podamos cruzar nuestros caminos, quiero caminarlo a la par de ti, no tengo la fuerza para alejarme de ti, pero si tengo la suficiente para guardarme lo que siento sin llegar a incomodarte… se que es tonto, pero ya no tengo tiempo para cometer errores, solo quiero vivir lo que me quede de vida tranquilo y sin lastimar a nadie, así que dime Lauri, ¿Puedo seguir siendo tu amigo? Sea cual sea tu respuesta la aceptare con gusto-

Esto no era lo que esperaba Lauri, pero al parecer era lo que quería escuchar por que se sintió aliviado de que Aki no se iría para siempre, si no que permanecería con él hasta que uno de los dos se marchara.

No lo iba a privar de su presencia y eso calmaba a su lastimado corazón.

-Eres mi mejor amigo Aki y debo confesarte que te extrañe en todo este tiempo… nos equivocamos pero por lo que veo aprendimos de nuestros errores, solo… solo no me pidas mas de lo que te puedo dar-

Lo único que necesitaba tiempo y aprovechar esta segunda oportunidad que la vida le había dado y entonces… solo hasta que estuviera bien seguro de lo que sentía aun cuando ya sabia que nombre ponerle a su relación con él, daría el siguiente paso.

Solo date prisa Lauri, tu tiempo esta contado.

-No te preocupes por eso, lo entiendo-

Parecía ser algo que calmaba un poco a ambos… pero la verdad era que los dos estaban sufriendo en silencio.
...


Aki había madurado ese último año, eso había sorprendido a Eero un poco cuando lo volvió a ver, lo había extrañado, no solo él, Pauli también.

En ese tiempo que estuvieron separados se dieron cuenta que “The Rasmus” era una parte importante de sus vidas y de que tenían que retomar la gira que habían dejado pendiente.

No iba a ser fácil, pero con energías renovadas todo iba a salir bien.

O al menos eso era lo que pensaban.

Tenían que preparar todo para abrir nuevas fechas, ensayar de manera especial para entregar shows verdaderos, inolvidables, era un trabajo duro y que requería de mucho esfuerzo, Eero ayudaba a Lauri en todo lo que podía al igual que Pauli, pero debido al estrés causado por tan titánico trabajo había hecho que Lauri de alguna forma perdiera el balance que había alcanzado.

Nadie lo noto al principio, parecía normal ante todos, sus mismas bromas, la misma sonrisa que escondía muy bien su enfermedad, un corazón lleno de secretos.

Lo que nadie sabía, era que su sistema inmunológico al fin comenzaba a fallar.

En el último chequeo que se había hecho Lauri descubrieron que su carga viral había aumentado, estaba con el riesgo constante de contraer hasta la más mínima infección lo que se le desencadenaría en el síndrome.

Prometió cuidarse y mantener todo en secreto.

Pero un día… todo cambio.

-Lauri necesitamos ver estos contratos con urgencia, si queremos abrir la fecha para el mes próximo debemos de pedir la respuesta de la disquera y quieren que lo veas con carácter de urgente-

-Lo se, prometo mañana darte la respuesta-

Aki miraba a Lauri desde un sillón acomodado en una de las esquinas de un cuarto de grabación, Lauri tocaba la guitarra con extrema calma mientras Pauli miraba unos papeles en sus manos, leyendo y releyéndolos.

Había algo malo en Lauri, el lo sabia, su piel estaba muy pálida, sus ojos se veían cansados, llorosos, incluso quiso ver un dejo de querer toser de repente, se veía también que se le dificultaba respirar y sin que nadie lo notara de vez en cuando estornudaba.

Eso ya lo venia notando de días.

Parecía como si estuviera luchando contra algo muy pesado, un enemigo silencioso, invisible…

“Oh no”

-Pauli ¿Nos dejas solos?-

El que hablara de repente hizo que ambos lo miraran extrañados, asintió sin decir nada en contra y cerro la puerta a prueba de sonido.

-¿Qué pasa Aki?-

-Estas enfermo-

-Eso ya lo sé, tengo VIH ¿Lo recuerdas?-

-No me refería a eso, me refiero a que pescaste algo…-

Lauri dejo la guitarra en el descanso y lo encaró.

-No tengo nada, estoy bien, un poco cansado por tantos pendientes, pero no es nada que con un poco de sueño no arregle-

Le sonrió dándole el toque especial, pero Aki lo conocía y sabía muy bien que algo no andaba bien.

-A mi no me engañas… ¿Por qué no confías en mi?-

-Escucha Aki, no tengo tiempo para esto, estoy bien, solo necesito dormir un poco, tranquilo, no es la gran cosa-

Abrió la puerta saliendo de inmediato, Aki lo siguió de cerca hasta su oficina donde tomo su celular y una chaqueta, se coloco una bufanda negra ya que afuera comenzaba a hacer frio, las nevadas estaban cerca.

-Por favor Lauri, date cuenta que…-

-¿Qué? ¿Qué si no me cuido puedo morir? Deja de decirme lo que ya se, estoy bien, ¿Por que no puedes creerme?- tomo las llaves de su coche y paso a su lado con miras a la salida –Iré a casa a descansar y mañana estaré mejor lo prometo-

Aki sentí un agujero en el pecho que lo hizo respirar con dificultad, sabia que Lauri no estaba bien, casi lo podía sentir.

Lo alcanzo tomándolo de la mano y de inmediato noto lo caliente que estaba, lo jalo a él para que quedaran de frente y cuando al fin lo tuvo cerca puso una mano en su frente.

-Dios mío Lauri, tienes fiebre-

Lauri llevo su mano libre a su frente y negó de inmediato alejándose de él.

-No es nada-

-¿Eres tonto o que?- Aki comenzaba a exasperarse por la facilidad con la que negaba todo –Esto… esto no esta bien y lo sabes… esto no es nada… desde cuando estas así-

-No lo sé y sinceramente no me importa, me siento bien-

-Mientes de nuevo-

Lauri respiraba intranquilo, asustado, claro que sabia lo que significaba y estaba entrando en pánico, por eso negaba todo, para no saber lo que en verdad le estaba pasando y no tener que afrontarlo.

Aki en silencio tomo su chaqueta del perchero, en cuanto estuvo abrigado tomo las llaves de la mano de Lauri y casi arrastrándolo lo guio hasta el elevador.

-¿Qué haces?-

-Te llevare al medico… no voy a perderte por un descuido-

-Déjalo Aki, estoy bien-

-¡Basta!- el grito de Aki hizo que Lauri brincara en su lugar mientras esperaban el elevador, su voz hizo eco en el pasillo solitario y solo hasta que Aki lo tuvo de frente se dio cuenta que sus ojos comenzaban a nublarse –Se que tienes miedo, pero aun estamos a tiempo, estarás bien, te lo prometo- tomo aire para calmarse y transmitirle esa calma a Lauri –Solo se sincero conmigo Lauri, si no, no podre ayudarte, ¿Desde cuando te sientes mal?-

Lauri lo miro suplicante para después ponerse a pensar… tomo aire para poder responderle ya que tenia miedo, parecía un niño pequeño.

-Unos días… no se cuantos, tal vez desde que empezamos con los contratos-

Eso no era bueno, era mucho tiempo, llevo de nuevo su mano a su frente y juraba que empeoraba.

Aki estaba asustado, pero mas se asusto cuando comenzó a toser un poco tapando su rostro con el antebrazo, el elevador se abrió y ambos entraron con prisa, mientras bajaban Lauri volvió a toser, estaba enfermo desde hace días y en ningún momento se atendió, Aki podía asegurarlo con ojos cerrados y eso solo lo asustaba mas.

¿Como no se había dado cuenta antes? Había una buena razón.

Lauri se mantenía escondido de todos por días alegando que tenia trabajo que atender, como nadie quería molestarlo nadie se molestaba a ver como estaba, tal vez ahí comenzó a mostrar síntomas que en este momento comenzaba a notar Aki.

En el pasillo que daba a la salida Lauri volvió a toser, esta vez con mas fuerza, en cuanto Aki se quiso acercar Lauri le grito que se alejara, el corría el mismo riesgo que él de enfermarse, eso lo sabia Aki pero le preocupaba mas el estado de su amigo, lo volvió a intentar en cuanto se sostuvo de la pared pero Lauri estiro su brazo con la mano alzada como escudo mientras intentaba recuperar el aire.

Alzo su mirada cristalina y su respiración era acelerada, miro a Aki un instante para después caer al piso inconsciente.


Give me one more night
I will make things right


Aki, Eero y Pauli esperaban noticias en el pasillo que daba a terapia intensiva.

El alboroto que hizo Aki al ver como Lauri caía inconsciente al piso después de esa última mirada alerto a todos en el edificio, en especial a sus amigos mas allegados.

Había pasado mucho tiempo desde que lo internaron, tal vez una hora, no estaban seguros, parecía una eternidad.

Al final un medico con anteojos redondos y en bata blanca llego con ellos llevando una tablilla metálica en el que venían todo los datos necesarios.

-¿Familiares de Lauri Ylönen?-

-Aun no llegan, pero somos sus amigos-

Los tres miraron suplicantes al doctor que tomo un largo suspiro acomodándose los anteojos en el tabique.

-Temo darles… malas noticias-

Todos sostuvieron el aire, Aki parecía estar a punto de perder la cordura de no ser por Eero el que se mantenía en calma hablo sereno.

-Solo dígalo doctor, sin rodeos-

-El señor Ylönen tuvo una complicación debido a una gripa que no se atendió a tiempo, a este punto tomando en cuenta su conteo viral, su sistema inmunológico no puede pelear con ella lo que se derivo en una neumonía-

Todos se quedaron quietos al escuchar el diagnostico, el doctor volvió a hablar.

-Estamos haciendo todo lo posible, pero su cuerpo se esta resistiendo a los antibióticos, lo mantendremos en observación para ver su evolución pero no guarden falsas esperanzas, lo mejor será que se vayan preparando-

-¿Qué?- Aki al fin hablo acercándose hasta el doctor amenazante -¿Cómo se atreve decir eso? Tiene que haber algo, lo que sea- a este punto ya lo sostenía del cuello de su bata, furico, como si estuviera a punto de romperle la cara.

Eero y Pauli trataban de separarlo, pero se aferraba con fuerza a él, como si así lograra encontrar una cura que salvara la vida de Lauri.

Le rogó con lagrimas en los ojos que lo salvara, pero muy en el fondo sabia que todo había acabado.

Cuando lograron separarlo de el medico, este se retiro agregando un “Lo siento” que paso desapercibido para Aki, ya que estaba con su cabeza recargada sobre sus manos, escondiendo su rostro lleno de lagrimas.

Le había dicho a Lauri que volverían a ser amigos, pero hasta este momento, no había dejado de quererlo como al principio.

Lo trato mal, no lo quiso como debiera, pero aun lo amaba.

En el corazón no se manda.

Las horas pasaban lentamente en el que no volvieron a recibir visitas del medico de Lauri, Aki intentaba por todo los medios mantenerse cuerdo, pero se le estaba haciendo la cosa mas imposible del mundo, necesitaba estar con él, necesitaba verlo, decirle que aun seguía queriéndolo y que no lo dejaría.

Pasado el medio día permitieron las visitas.

El estado de Lauri era estable, pero se tenia que tener un régimen de esterilización en la habitación, obligaron a Aki a entrar con una bata azul de un material traslucido, al igual que los pantalón, tenia que cubrir los zapatos, su cabello y llevar un cubre-bocas, hizo todo con tal de que lo dejaran ver.

En cuanto cruzo la puerta el aire se fue de su interior.

Lauri estaba conectado a toda clase de aparatos que marcaban sus signos vitales, su cuerpo estaba cubierto por una bata blanca y una sabana del mismo color debajo de lo que parecía un edredón azul pastel, en su brazo izquierdo estaba conectado el suero y su rostro medio cubierto por un respirador.

Se notaba como batallaba para respirar ya que su pecho subía y bajaba aun ritmo mas rápido del normal, así con los ojos cerrados Aki noto unas ojeras bajo sus ojos que profundizaban más su estado demacrado.

Nunca, ni en sus pesadillas había creído que Lauri terminaría así.

Se acerco hasta la orilla de la cama donde tomo delicadamente su mano derecha apretándola después de un rato, sintió que comenzaría a llorar pero resistió con todas sus fuerzas el hacerlo.

Permaneció en silencio solo acariciando su mano, viendo cada detalle en ella, las pequeñas, casi microscópicas arrugas naturales en ella asombrado por la suavidad y delicadeza de su piel, tan ensimismado estaba en no perderle detalle, que, en cuanto Lauri apretó levemente su mano, dio un respingo por el susto.

Miro rápidamente su rostro, Lauri medio le sonrió con los ojos mas cerrados que abiertos y apenas iba a pronunciar algo cuando estos se volvieron a cerrar.

Aki tuvo que hacer uso de todo su autocontrol para no romperse al verlo tan débil y delicado, después beso la frente de Lauri y le susurro unas palabras con la voz entrecortada.

-Te prometo… que estaré contigo hasta el final-


Welcome the virgin snow


Los siguientes días fueron un ir y venir de personas, todos y cada uno de ellos estaban ahí por el gran cariño que le tenían a Lauri.

La noticia se corrió de inmediato por todo el mundo, los periodistas no perdieron el tiempo en arremeter contra los Rasmus para saber el por que había sido hospitalizado Lauri, los rumores corrieron como agua, todos eran falsos pero había causado que mas de uno los creyera, debido a eso los tres Rasmus tomaron la decisión de hacer una rueda de prensa para aclarar cualquier duda.

Ya no había caso seguir escondiendo un secreto como ese, así que cuando la prensa se junto en el lugar y hora acordado se dijo que Lauri tenia SIDA y que estaba muy grave.

La bomba cayo como una avalancha sobre todo el mundo, miles de fans colapsaron ante tal noticia, pero aun así seguían demostrando su apoyo, mandaban su fortaleza y buena vibra al cantante, pedían lo mejor para él, aunque no dejaba de ser una noticia fácil de digerir.

Lauri estaba muriendo de una enfermedad incurable, todo mundo comenzó a hacer conjeturas, los Rasmus recibieron cartas, la saturación de sus redes y constantes llamadas para saber quien había sido “él” que lo había contagiado, para preguntar si era cierto que ya había muerto y para decir que estaban seguros de que Aki era su pareja sentimental y que tal vez había sido él quien lo contagio.

Sabían que esto pasaría, pero no por eso dejaba de ser pesado.

Debido a que los derechos de The Rasmus estaban a nombre de Lauri los abogados tomaron cartas en el asunto, ya que Universal quería quedarse con todo para que aun después de muertos seguir cobrando las regalías por venta de discos físicos y digitales, lo que nadie sabia, hasta ese momento, era que Lauri había dejado todo preparado para cuando la enfermedad acabara con el, los derechos se repartirían entre sus 3 mejores amigos, las regalías serian para ellos quitando los impuestos y el pago por el servicio a Universal, todo como si él siguiera vivo.

Sus pertenencias quedarían a sus padres, su hermana y a sus amigos miembros de la banda a quien consideraba su familia, ya que no tenia esposa, ni hijos.

Lauri había previsto todo ya que no sabia si mañana iba a despertar o no.

Eso era afuera pero adentro, en esa habitación, todo era diferente.

La tranquilidad se extendía en un silencio extraño por toda la habitación, el cielo de invierno en Helsinki le daba la bienvenida a una nueva noche, el ruido constate de los latidos del corazón de Lauri era lo único que rompía aquel lúgubre escenario y Aki, él seguía a su lado como lo prometió.

Suspiro mirando por la ventana como poco a poco la nieve comenzaba a caer…

Lauri tosió un poco llamando la atención de Aki, al verlo noto que intentaba sentarse, Aki ya no usaba el traje azul desde hace días, pero aun debía utilizar el cubre bocas por su seguridad y la de Lauri.

Rápidamente corrió hacia él obligándolo a recostarse, Lauri lo miro un largo arto intentando no dejarse vencer por el cansancio.

-Aun sigues aquí-

-Te lo prometí-

-No deberías… corres riesgo- utilizaba toda su fuerza aun cuando Aki susurraba que descansara, que era lo mejor para él, negando con la cabeza que no le importaba enfermarse…

-Me necesitas y yo a ti-

Lauri sonrió dejando que sus ojos se cerraran volviendo a caer en el sueño.

Los días eran iguales, Lauri solo despertaba de vez en cuando para dejarse vencer por el sueño, cada día estaba mas débil, su cuerpo ya no reaccionaba a ningún tratamiento y en cualquier momento… se iría para siempre.

Un día…

Como todas las anteriores ocasiones Aki se encontraba en la habitación de Lauri, constantemente se turnaba con Eero o Pauli para cuidarlo, pero siempre, por alguna razón cuando despertaba Aki estaba ahí.

Esta vez no fue la excepción.

-Aki…- su voz sonó tan queda y tan forzada que Aki sintió un tirón en su pecho que le hizo saber que algo no andaba bien.

-Dime- le respondió en un susurro acercándose a él.

-No me gusta… este lugar- tosió un poco para después mirarlo a los ojos –No es un… buen lugar… para morir-

Aki sonrió débilmente prestándole mas atención, lo miraba suplicante, se veía lo cansado que estaba de luchar, notaba como de repente su frente se fruncía demostrando el dolor que debería de estar sintiendo al ser consumido desde su interior.

Lauri era un espíritu libre, podía imaginarse como se sentía estar en un lugar así, cuatro paredes, una simple ventana, aditamentos para mantenerlo “a gusto” pero el sabia que no era así.

Lo conocía demasiado bien.

Aki bufo frustrado no sabiendo que hacer por el… era Lauri, la persona que no había dejado de amar a pesar de lo que había pasado entre ellos, miro hacia la ventana y lo que vio lo sorprendió demasiado.

-¿Qué pasa?- la voz de Lauri lo trajo de vuelta.

-¿Crees poder levantarte?-

-No lo sé… tal vez… si me sostienes-

Aki asintió quitándose el cubre-bocas lanzándolo al suelo, ayudo a Lauri a sentarse sobre la cama, quitándole el suero y los electrodos que marcaban sus latidos, le coloco unas pantuflas y utilizando la misma frazada que lo cubría le rodeo la espalda y los brazos.

Le quito con cuidado el respirador asegurándose de que no se fuera a ahogar, por suerte o destino no fue así, Lauri le sonrió de medio lado para darle seguridad…

Coloco su brazo tras su nuca y con toda su fuerza lo levanto de la cama sosteniéndolo de la cintura, caminaron hasta el pasillo mirando que no había nadie por ahí, Lauri se recargo en su hombro aferrándose a la espalda de Aki mientras lentamente lo llevaba hasta un ventanal al final del pasillo.

En cuanto abrió la puerta de cristal el aire frio los golpeo a ambos haciéndolos temblar, Lauri se aferro mas a la frazada que lo cubría casi por completo a excepción de sus pantorrillas que solo eran cubiertas por un pantalón de algodón blanco.

Frente a ellos había una terraza en la que no había plantas, la orilla que daba al balcón estaba cubierta por una capa de nieve y parado ahí mirando hacia la ciudad estaba un cuervo.

Aki recargo a Lauri en una pared cercana desde donde se veían las luces de la ciudad bajo un manto de nubes dispersas en un cielo oscuro.

Lo que había sorprendido tanto a Aki era que se comenzaba a formar tenuemente una aurora boreal detrás de las pocas nubes que había, era raro ya que al sur de Finlandia era muy difícil que se formara alguna, por eso decidió sacar a Lauri para que la viera…

-¿La vez Lauri?-

Lauri alzo su mirada hacia el cielo y ahí estaba el verde moviéndose en ondas lentas y constantes.

-Increíble- sonrió sintiendo como los brazos de Aki lo rodeaban, estaba sentado entre sus piernas con su espalda recargada en su pecho y su cabeza cerca de su cuello, Aki lo mantenía caliente con la frazada que cubría todo su cuerpo, Lauri por primera vez desde que entro a ese lugar se sintió cómodo.

Duraron un rato en silencio mirando a la aurora boreal que se mostraba de repente por entre las nubes.

-¿Te sabes ese cuento?-

-¿De cuál me hablas?-

-El del cuervo y la aurora boreal-

-No… no me suena- Lauri alzo un poco su mirada para ver como Aki sonreía con la vista fija al horizonte.

-Mi madre me la contaba cuando era niño y lo acabo de recordar-

-Cuéntamelo…-

Aki asintió tomando aire.

-Se dice que aun cuando la tierra era joven, el dios Odín mando a la tierra a sus dos cuervos Huginn y Muninn para que le dijeran lo que estaba sucediendo en ella, Huginn, el pensamiento, hacia su recorrido por las verdes laderas de las grandes montañas cuando vio a un pequeño niño jugando en las faldas de la misma cerca de un rio, la corriente era fuerte y el niño estaba en constante riesgo de caer.

El cuervo sobrevoló por el lugar en círculos prestándole atención y tal como se lo había imaginado resbalo cayendo al agua.

El cuervo asustado bajo en picada para salvarlo, sosteniéndolo de las ropas que llevaba, utilizo toda la fuerza que el cuerpo de ese animal se lo permitía y cuando al fin logro dejarlo en la orilla a salvo el cuervo cayo desfallecido al suelo.

El niño asustado pero agradecido tomo al animal en sus manos y corrió a su casa en donde pidió ayuda a su madre para que lo alimentara, le conto lo que había pasado pero la mujer no le creía ya que era un simple animal y no solo eso, un “ave de mal agüero” como todo mundo los conocía en aquel entonces.

El niño triste lo regreso al rio, ahí lo alimento con semillas de un árbol cercano y un poco de agua el cuervo recupero de inmediato sus fuerzas y le agradeció por la ayuda. El niño no quería que se fuera le dijo que al menos se quedara hasta que terminara algo que se le había ocurrido, el cuervo acepto y se quedo de pie sobre una rama mirando como el niño con las semillas verdes del árbol formaba en la tierra unas olas que simulaban ser lo que ellos llamaban “las luces del norte” mientras lo hacia el niño le contaba que siempre había deseado ver una, pero que nunca había corrido con suerte.

El cuervo feliz por ver el talento del niño le prometió que un día lo llevaría a ver una, en ese momento el sol se reflejo en la montaña indicando que el atardecer había caído, prometiéndole que volvería siempre que pudiera emprendió el viaje de regreso.

Pero el tiempo paso y por mas que quiso pasar por aquella ladera le fue imposible volver, hasta que un día reconoció el lugar solo para ver que aquel niño ya había crecido, ahora era un hombre con esposa e hijos, intento acercarse para saludarlo pero el hombre no lo recordó, le dijo que un cuervo le había prometido volver pero nunca lo hizo. El cuervo triste volvió a su hogar con la firme convicción de seguir intentando hasta que aquel hombre lo recordara.

Días enteros se la paso en intentar hacerlo recordar, pero nunca lo logro, el tiempo siguió su curso y el hombre seguía creciendo hasta que se volvió en un anciano, su vida estaba a su limite y el cuervo aun no sabia como ayudarlo a acordarse de él, hasta que en un atardecer vio las semillas del árbol con el que fue alimentado.

El anciano miraba como el animal tomaba una a una acomodándolas a sus pies sobre la tierra formando ondas, las semillas eran verdes y juntas parecían formar una aurora boreal.

El anciano con lagrimas en los ojos le dijo que lo recordaba y que aun seguía agradecido con él por haberlo salvado ya que de no ser por ese cuervo nunca hubiera tenido familia e hijos que lo habían hecho tan feliz, aunque aun faltaba lo mas importante ver una aurora boreal.

El cuervo le pidió que alzara su rostro y mirara al cielo, en la bóveda celeste comenzaba a formarse una aurora boreal que había hecho que el anciano comenzara a llorar de alegría.

En ese momento el anciano dio su último suspiro y el cuervo como último acto de bondad de su parte hacia aquel hombre espero cerca de su hombro a que el alma dejara su cuerpo mortal mientras el sol comenzaba a caer, ese era el tiempo en el que tenia que volver con Odín para decirle lo que había visto el día de hoy, pero tenia miedo de que el alma de aquel hombre se perdiera y no pudiera cruzar al mundo de los muertos por la puerta que era aquella luz verde formándose en el cielo.

Odín escucho sus suplicas y le permitió permanecer el tiempo que fuera necesario.

El alma del hombre abandono su cuerpo y el cuervo voló junto con ella para protegerla de cualquier peligro hasta que cruzo el umbral para que pudiera descansar en paz al fin.

Debido a esto Odín le prometió a Huginn que todo cuervo en el mundo se encargaría de esta noble tarea, los cuervos serian adorados como si fueran dioses y serian dotados de inteligencia y nobleza…
-

Cuando termino el relato escucho una risa delicada de labios de Lauri que miraba hacia la lejanía con ojos entrecerrados.

-¿De que te ríes?-

-Nada… eres muy bueno contando… historias y esa… es muy linda-

Aki sonrió de medio lado abrazándolo un poco más…

-Me recuerda a ti… eres un cuervo después de todo y tus ojos son como las auroras-

-… Gracias- Lauri suspiro mirándolo de nuevo –Gracias por todo Aki-

Aki trago duro al escuchar sus palabras, sentía que su corazón comenzaba a encogerse, tanto que ni sentía el frio exterior que no se comparaba con el interior.

Bajo su mirada para ver como los ojos de Lauri brillaban felices, la mano de Lauri se encerró en la de él con algo de fuerza y una lagrima cayo de su mejilla.

-Siento… siento haberte lastimado… y siento también… nunca haber sido sincero… contigo-

-Eso no importa, no hay nada que debo perdonarte-

-Aun así… nunca fui sincero… te quiero Aki… siempre te eh querido… como algo mas que… mi amigo-

Esa declaración habían hecho que el corazón de Aki latiera a mayor velocidad, apretó la mano que Lauri le sostenía cubriéndola con la otra, se centro en su mirada y noto que sus ojos comenzaban a aguarse, no pudo retener las lagrimas que comenzaron a caer por sus mejillas, lagrimas de felicidad por que Lauri de verdad lo quería.

Nunca era tarde para decir lo que se siente en realidad.

-Yo también Lauri… siempre-

-Lo sé…- tomo aire con fuerza tosiendo un poco –Quiero pedirte… un ultimo favor-

-El que quieras- le pido que se acercara un poco, de modo que el aliento tibio de Lauri rozo su oído dándole un escalofrió.

Escucho con atención todo lo que Lauri le decía en susurros y al final asintió.

-Lo hare amigo-

Nadie sabe que fue exactamente lo que Lauri le dijo a Aki.

La aurora boreal siguió danzando en el cielo oscuro mientras lentamente el cuerpo de Lauri dejaba de funcionar.

-Aki…-

-Dime-

-Bésame-

Aki tardo en reaccionar ante lo que había escuchado, miro de nueva cuenta a Lauri y asintiendo unió sus labios a los suyos lentamente, un roce delicado, sencillo, pero lleno de amor de ambas partes.

Al separarse de sus labios Lauri le dio una sonrisa de aquellas que tanto le habían gustado y ambos volvieron su vista al cielo.

Minutos después la aurora fue cubierta en su totalidad por las nubes, Aki sintió como el cuerpo de Lauri se volvió más frágil y su cabeza quedaba recargada cerca de su pecho, la mano que sostenía la de él dejo de ejercer presión quedando solo sostenida por las de Aki.

Dejo escapar un sollozo ahogado junto con lágrimas llenas de dolor, abrazo mas el cuerpo de Lauri al suyo sin dejar de mirar a la distancia, diciéndole cuanto lo quería.

En ese momento un cuervo que había estado parado en el barandal del balcón desde que ambos se sentaron a admirar el paisaje, emprendió el vuelo.

Lauri se había ido.

_________________ FIN_______________________

6 comentarios:

  1. primero k nada te pido mil disculpas x no poder pasar a tu blog ya empesarob las clases y no me da tiempo de nada segunda queria preguntarte si no tienes problema con k suba a mu blog tu info de como hacer un fick tengo unas amigas k kieren k les explik y tu info me sirbio de mucho :)



    este fick lo ame es hermoso llore al final y de oblivion ni se diga aaa no kiero k termine T.T pero xk no as subido de dk y el veneno del amor me dejaste con la dida d k sige bueno en cuanto puedas sub yo padare a ber si subist mas caps

    bye cuidate
    angie

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Puedes hacerlo, pero con los creditos que lo sacaste de este blog ;) ....
      esta semana tratare de subir diaro un cap de esos fics.
      XD

      Eliminar
  2. sorry x la ortografia de lo rapido k escribi ni me fije de los errores

    ResponderEliminar
  3. aaww k final tan mas conmobedor llore un chingo perdon si no eh estado al pendiente de tu blog pero con la escuela mi trabajo y las tareas no me queda tiempo de nada pero tratare de darme un rato para entrar a tu blog y cuando subiras caps del veneno y de dangerous? no tardes con esos ya quiero saber k sige x cierto oblivion me dejo sin palabras no quisiera k acabara pero ya k bueno ya me boy estoy en la uni y ya me cacho el profe con el cel

    byebye y no tardes en subir mas caps
    shizu

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  4. 😭😭😭😭😭😭 fue una historia muy linda pero triste, lo ame !! 😭😭😭

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  5. KAMI SEKELUARGA MENGUCAPKAN BANYAK TERIMA KASIH ATAS BANTUANNYA MBAH , NOMOR YANG MBAH BERIKAN/ 4D SGP& HK SAYA DAPAT (350) JUTA ALHAMDULILLAH TEMBUS, SELURUH HUTANG2 SAYA SUDAH SAYA LUNAS DAN KAMI BISAH USAHA LAGI. JIKA ANDA INGIN SEPERTI SAYA HUB MBAH_PURO _085_342_734_904_ terima kasih.

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