"Days go by like the wind and this life is too short" The Rasmus

sábado, 22 de septiembre de 2012

Oblivion -C30-

Hola!! Otro cap de Oblivion...!!!
@Angie...no tengo la direccion de tu blog O.O






CAPITULO VIII


Lauri quedo estupefacto de la pronunciación de su nombre por los labios de Liz, dándole a entender que le reconocía del acto bélico que le había llevado hacer Gia. Pero eso no era lo mas importante le recordó  su mente, ahora mismo en la planta superior yacía el cuerpo sin vida de la que  una vez fue el amor de su vida.

Le costo unos segundos percatarse que Liz ya no estaba al pie de las escaleras, por un momento se había perdido en los recuerdos vividos con Helena, y ahora ella se disponía a marcharse, sin siquiera escuchar una explicación por su parte.

-Liz!! Espera.- él intento descender los escalones faltantes, pero descubrió que no era capaz, sus piernas las sentía débiles, y sus manos  no de dejaban de temblarle, tal como lo estaba empezando hacer todo su cuerpo.-No…me dejes- le imploró con una voz quebradiza. Acto seguido se desplomó  en la quinta grada, quedando sentado, con la cabeza baja.

Liz, se giró ante el sonido implorante y angustiosos de la voz de Lauri, y recordó que alguien había gritado adoloridamente, y vio sus manos temblorosas llenas de sangre, e inclusive su rostro estaba igual, y lo olvido todo, lo único que ocupaba su mente ahora, era saber que Lauri podría estar herido.

Se apresuro y llegó hasta donde él, posicionándose una grada mas abajo, agachándose frente a él, tomando su rostro entre sus manos para poder observarlo mejor.

-Lauri, ¿¡qué es lo que paso!?.- le dijo mirándolo fijamente al rostro, pero él ante el levantamiento por ella de su rostro, cerró sus ojos, tratándole de ocultar el dolor que sentía, pero que estaba impreso en sus rostro, sus cejas contraídas, formando un ceño entre ellas, sus labios en un puchero medio temblando por la contención de su llanto, en su frente arrugas formadas por esos músculos que le estaban tratando de contener su desplome facial.

-Mírame, y dime lo que sea, aquí estoy Lauri,-sus voz bajó un decibel. Verlo con el rostro adolorido transmitiéndole su dolor, solo la hacia querer llorar por él, liberar las lagrimas que él se negaba a dejar ir.-   No te dejare solo, pero háblame, dime algo, lo que sea!!.- le suplico.

-Yo…yo… Liz…. Ella.-dijo en una voz temblorosa cubierta por la tristeza y el dolor.- Ella….yo…. no se que paso…. No …sé.-musitó nerviosamente.

Liz notó como se le arrugaban mas sus ojos, tratando a toda costa de mantenerlos cerrados, su mentón fruncido, y su entreceja también.

-No me dices nada Lauri… por favor, así no puedo ayudarte.- le dolía verlo tan mal, tan vulnerable. Acaricio sus parpados cerrados para que ya no los arrugara tanto, y dándole alivio para que los abriera.

-Ella… se..seesseee…seeee.seee- no podía decirlo en voz alta, en ese instante de traer nuevamente lo que había pasado tan solo unos cuantos minutos, que Helena estaba muerta, solo hizo acrecentar su temblor, que ahora era generalizado por todo su cuerpo.

-Lauri, me estas matando de la angustia!- musitó ella implorante.
Como veía que no podía hablar, se inco frente a él, atrayendo su cabeza  a su pecho abrazándolo. Él  no perdió el tiempo y la abrazo también apretándose a ella fuertemente, como tratando de que no se fuera.

-Por favor, ¿dime que es lo que te pasa?.- rogó nuevamente Liz.-¿Estas herido?

-Ella… ella..ella…see..sesesesee….seeses- su voz quedo ahogada, tras dejar escapar un grito quedo, casi  inaudible para Liz. En el refugio que su pecho que le brindaba nuevamente, tal como lo había hecho en la cárcel, dejo descargar las lagrimas que llevaba conteniendo por mucho
tiempo.

Ella sintió la humedad a través del cuero del disfraz, e inclusive su abrazo se hacia mas y mas apretado contra ella, pero no le importo, sabia que por fin él se estaba desahogando y que no quería que lo viese llorar.

-No pasa nada, desahógate.-le susurro mientras acariciaba su cabeza en movimientos descendente, como si fuera su niño lastimado.

Él seguía liberando las gotas saladas de sus ojos, y sus espasmos musculares iban disminuyendo al mismo tiempo. Se alejó un poco de ella, y elevo su rostro para contemplarla, solo su Liz podía consolarlo en este momento y no dejarlo solo.

-Gracias.-dijo limpiándose sus lágrimas con el dorso de su mano, pero que Liz rápidamente quitó, para sustituirlas por las suyas propias y ayudarlo en esa labor.

-No tienes que agradecerme Lauri, y ¿dime que es lo que te tiene tan mal?.- ella continuo limpiando su rostro, que ya estaba casi seco, pero ante la mención del problema vio como se le llenaron de agua sus ojos rápidamente como si hubiese tocado un interruptor, y verlas descender nuevamente por sus mejillas segundo después.-No!! No!!, Lauri no llores mas!-se apresuro a decir ella.- Me lastima verte así, no llores mas por favor.

Pero él no podía controlar ahora sus lagrimas, una vez las había liberado, él solo hecho de recordar que Helena estaba muerta, que Eero había perdido a su esposa, a su amada, y que la ultima persona que había visto era él, que a él era el ultimo que había besado, lo desgarraba por dentro.

-Helena…-él cerró sus ojos, inhalo fuertemente y por fin lo logro decir.-….esta muerta.
Liz no supo que decir, inclusive por unos segundos dejo de respirar ante la noticia, sabia que Helena era la esposa de Eero, pero no entendía la relación de Lauri con ella, para que este estuviese sufriendo de tal manera. Se fijo nuevamente en la sangre, y comprendió que era la de ella, pero…¿como?- Eso no es posible, si la acabo de ver hace  unos momento.-

Él negó con su cabeza, que aun era sostenida por las manos de Liz.-Ella…esta…arriba…- señalo con su mano.- En la alfombra…en su cuarto… muerta.-dijo tristozo cerrando sus ojos y con ello trayendo un aluvión de lagrimas.

A Liz se le partía en corazón verlo sufrir de esa manera, no entendía el porque de su sufrimiento pero quería aliviarlo.

-No te hace bien decir lo que le paso, lo mejor será que te asees un poco antes de…-guardo silencio, y no necesito que dijera la otra frase, ambos sabían que debían de darle la noticia a su esposo.

Lauri se volvió a abrazar al pecho de Liz, apretándola, y captando su ternura y comprensión. Ella lo ayudó a ponerse en pie, rodeándolo por la cintura y subiendo los escalones.

En la tranquilidad de su habitación, ella lo sentó en el borde de la cama, busco su mirada pero él estaba cabizbajo, le ayudo a quitarse el saco ensangrentado, cosa que le fue fácil, él estaba como en transe, hacia todo lo que ella le pedía, actuaba como una marioneta. Luego le ayudo a quitarse la camisa, dejándolo con el torso al descubierto.

Liz se agacho para encontrar su mirada tristoza e húmeda.-Tienes que limpiarte, no te pueden ver así, y no entiendo porque estas sufriendo tanto, pero te quiero comprender, ¿ellos entenderán el porque de tu sufrimiento?, porque yo no lo hago.-

Lauri solo negó con su cabeza, elevando su rostro lejos del escudriño de ella, respirando fuertemente, como si estuviese cansado.

Lo ayudó aponerse en pie, y lo llevó al cuarto de baño lujoso, ahí lo acompaño a la ducha sin puertas, pero antes le había quitado el pantalón, solo dejándolo en su bóxer negro.-Lo mejor es que te des un baño para limpiar la sangre, y calmes tu mente, voy a estar acá afuera.-concluyó, con una sonrisa media en sus labios.

Claramente no se iba a quedar viendo como se bañaba, suficiente con tenerlo semidesnudo como para querer verlo ahí sufriendo como Dios lo mando al mundo.

En la puerta lista para salir estaba cuando Lauri la llamó deteniendo su paso, su voz melancólica
y angustiosa.-No te… vallas Liz, no quiero …estar solo.- ella se giró y se fijo en su mirada, que por fin le mostraba sus ojos verdes. Y no se pudo negar, dio media vuelta y se sentó en la tasa del inodoro, sintiéndose un poco nerviosa, lo cual no paso desapercibido por Lauri que sonrió.

-Ven- le dijo él extendiendo su mano izquierda.

Liz no sabia que hacer, una cosa era ser espectadora y otra muy diferente la gozadora.
No seas  mal pensada… él esta mal,  no quiere bañarse solo-pensó Liz, antes de ponerse en pie, y tomar su mano.

Él entrelazo sus dedos y la acerco a él, abrazandola enterrando su cara en su cuello, inhalando su aroma, sintiéndola cerca, escuchando su corazón, saber que estaba viva, lo necesita saber, a cada  momento, porque no sabia lo que podría pasar en los próximos momentos, tal y como había sucedido con …Helena.

Ante el recuerdo de su muerte estrepitosa no pudo evitar dejar rodar unas lagrimas, que estaba seguro Liz había sentido por su repentino estremecimiento y su abrazo mas fuerte, como diciéndole que todo estaba bien, que ella estaba ahí para consolarlo para darle su hombro y que se desahogara.

Liz sentía su corazón latir apresuradamente, pero no solo eso, si no también el sollozo quedo de su garganta, la humedad en su cuello de sus ojos, el aroma que desprendía su torso desnudo prendiendo a ella como una segunda piel, sentía una atmosfera de tranquilidad a su alrededor, hasta que el choro salió abruptamente de la llave, haciéndola gritar fuertemente.

-Lo siento-murmuro en su cuello.-No me quiero bañar solo.-

Y ahí lo entendió.  No quería estar solo, pero no lo podía decir en voz alta, ella sonrió para si, y se separo de él, viéndolo fijamente a los ojos, sin decirle nada, solo dándole a entender que ahí estaba para él, que no se iria a ningún lado, que si la necesitaba ahí, mojándose, ahí se quedaría.

Se puso en puntillas y lo besó.

Lauri agradeció su gesto, no sabia qué lo que estaba haciendo era mucho mas de lo que se hubiese imaginado, sabia que no  merecía su ternura ni su comprensión, luego de haberlo visto con Gia, pero ya habría tiempo para explicarle después.

-Liz, no me siento bien.-le dijo de pronto rompiendo la atmosfera.- antes… tomé algo, no se que era…pero siento que …- no termino la frase, por el desplomo abrupto que tuvo sobre el cuerpo de ella.

Liz rápidamente fue vencida por el peso corporal de Lauri haciéndola caer en el piso del baño sin saber que hacer.




La fiesta ya había terminado pero los chicos seguían bailando un poco borrachos, todos menos Eero, que extrañaba de sobremanera a su esposa, llevaba tiempo que se había ausentado de la fiesta, y la comprendía, había sido una  larga jornada de algarabía.

Quería volver a la casita, pero tampoco quería dejar a Pauli, ,Aki, Paula y Juliuan solos, pero ansiaba volver, estar con ella, además hoy se habían disgustados y no le había pedido disculpas aun, en la fiesta aún pudo notar su desconcierto pero aparentó frente a los demás que nada pasaba, cuando sí pasaba algo, y todo por su culpa, ¿qué le pasaba?, una noche sin intimación no era para tanto…pero sabia que no era eso lo que lo había molestado en primer lugar, si no su mentira, sabia que no estaba en su periodo.

-Ya es tarde, será mejor que nos marchemos, si no mañana no nos levantaremos en todo el dia.- los otros lo quedaron viendo con cara de pocos amigos, pero a regañadientes aceptaron, Julian que ya no aguantaba el sueño pero por estar jugando con las mascaras en el suelo, se había subido a  los brazos de Aki para una siesta momentánea antes de llegar a la comodidad de su cama.

 Al llegar a la casa, había un silencio sepulcral, lo mas seguro es que todos estuviesen dormidos, tenia entendido que la amiga de Paula se quedaría a dormir al igual que Lauri. Eero se despidió de todos y se encamino a su recamara.

Abrió la puerta y lo primero que busco fue a su esposa sobre la cama, pero no estaba ahí. Cerró tras de si y avanzó, ocupaba desesperadamente quitarse el condenado disfraz de oso que lo estaba asfixiando, cuando sintió algo húmedo en su pie, agacho la cabeza y vio que era sangre, volteo la cabeza al otro extremo de la cama y ahí tendida boca arriba estaba su esposa, en su propia charco de sangre, con los ojos abiertos en una mueca de dolor.

A Eero le tomó varios segundos procesar lo que acababa de ver, y cuando salió de su estupor mental, dio un alarido angustioso.

Pauli fue el primero que llegó corriendo hasta su cuarto, y cuando vio lo que pasaba no lo podía creer. Helena tendida en la cama, ensangrentada con un Eero casi sobre ella dándole masaje cardiovascular constantemente, sin descanso, y rápido.

Eero sintió la presencia de su amigo, y le vocifero que lo ayudara, que trajera el botiquín, que llamara a una ambulancia, pero notó que él no se movía, seguía estático ahí, sin hacer nada de lo que le estaba pidiendo.-Pauli!! No te quedes ahí parado, has algo!!, trae algo para parar la hemorragia, MUEVETE!!.- musitó Eero con una voz plagada del terror, mientras repetía el RCP constante, y sin descanso.

-Eero, no hay nada que  hacer, no lo vez, esta casi azul, ….sin vida.-musito Pauli sin dejar de ver el cuerpo.

-Y un carajo!! Me oyes?.... ella esta viva, ella no me puede dejar, so.solo necesita oxigeno, si eso es, hay que…que….que darle mas oxigeno, abre las ventanas!, rápido Pauli!,  siento su corazón que quiere volver a latir, apresúrate!, ella no quiere dejar este mundo.-dijo jadeando, la maniobra forzada y constante sobre el pecho de Helena lo tenia exhausto.-Pauli…date prisa, o se nos va, por favor…-dijo con la voz quebrada implorándole. Ahora los movimientos los hacia mas lentos.-abre las …ventanas.-jadeó lloroso.-Ella… quiere… oxigeno.-dijo con la voz mas ronca, y cubierta por las emociones.-No lo vez?, ella… esta sufriendo… sin el …oxigeno.-dijo casi en un susurro, estaba muy cansado, su respiración era ahora muy superficial como si hubiese corrido una gran maratón.


Volvió a ver a Pauli a los ojos, y observo que él le hizo un movimiento negativo con su cabeza, dándolo a entender que ya no había mas que hacer.

Sus ojos se nublaron por las lagrimas que se estaban acumulando.-No Pauli, ella esta bien, solo necesita… respirar, ¿no vez su rostro?, ella quiere aire, lo …necesita…por favor, Pauli…ve … y .-su voz se quebró y no  pudo decir la otra palabra, por lo que se lo indico con la mano.

Pauli no le hizo caso, sabia que no necesitaba aire, era demasiado tarde, ya no se podía hacer nada, pero Eero no lo quería entender, se negaba a creer que había perdido a su esposa.

Al ver la renuencia de su amigo de no hacer lo que le indicaba se bajo de la cama y se dispuso a caminar hacia la ventana mas cercana, estaba terco con hacer eso, pero no llegó, a medio camino sus piernas le fallaron, derrumbándolo físicamente. Contemplo sus manos y vio la sangre en ellas, volteo su cabeza y miro tendida en la cama a su esposa, luego buscó con su mirada a Pauli y este los cerró.

-No Pauli… ella..ella.. no esta muerta…solo esta…dormida, y quiere oxigeno.-sus ojos estaban a punto de desbordar el agua contenida, su voz quebrada, angustiosa y suplicante eran los delatores de su condición, sintió llegar corriendo a Paula, y cuando la volvió a ver, y escuchar el grito, no pudo contenerse mas.

Llevó sus manos al rostro cubriéndolo, tapando su dolor, su grito ahogado, y lo mas importante sus lágrimas, las lágrimas que estaba derramando por ella, su mujer, su vida, su amor, y que justamente hoy, en ningún momento le había dicho cuanto la quería, cuanto la deseaba, cuan importante era para él, no hoy se habían peleado y discutido, alejándola de él, de su amor, de su ternura, y ahora… yacía sin vida en su cama.

Sentado en el piso, cubriendo su rostro con sus manos y balanceándose en un ritmo constante, dejó salir todo lo que estaba sintiendo; rabia, impotencia, dolor, tristeza, agonia, y dejando salir sus lagrimas, gritos y lamentos.

Paula se acerco y lo abrazo por detrás, él se giro y la abrazo de frente, enterrando su cabeza en su pecho.-Ella no esta muerta Paula, porque no lo ven…-suspiró en un sollozo.- ella necesita….que ..alguien le de…aire, o se morirá.-

-Lo sabemos Eero, ella necesita aire, y se lo daremos no te preocupes.-dijo ella con la voz quebrada, la lagrimas contenidas le escocían la garganta.

-si…si…aire, ella lo necesita, por favor…-le rogó, llorando amargamente, contrayendo los músculos de su rostro en una mueca de dolor.- por favor Paula, no dejes que se valla de mi lado, la necesito junto a mi, por favor…ve y dale aire, se me va Paula… se me va… y no lo voy a soportar.-dijo con una voz temblorosa y cubierta por la desesperación.

-No te preocupes, ven conmigo descansa un poco.-ella lo insto a que se pusiera de pie, por un momento creyó que no lo haría, pero lo hizo.

-Si, aire eso necesita.-avanzó por la habitación hasta llegar a la puerta, y volvió su cabeza hacia la cama.-HELENA!! No te vallas, te necesito a mi …lado.-vocifero, en un grito lleno de dolor, impotencia y desesperación.

Faltaba poco para amanecer, pero aun no le llegaba el sueño a Liz, todo lo contrario por parte de Lauri, que yacía dormido en la cama del cuarto mas cercano donde estaba pasando la tragedia, había escuchado los alaridos de Eero sus gritos, por salvarla, su negativa, sufría tanto  o mas que Lauri.

Y eso no lo entendía, de algún lado todos se conocían. Dejo para otro momento esos
pensamientos, y mejor continuo con su labor, acariciar el cabello lacio de Lauri, sobre la almohada, escuchar sus inhalaciones tranquilas, decirle que ahí estaba cada vez que se despertaba asustado, dándole su calor y compañía.




Ya por la mañana, la policía italiana estaba en la casita de la banda, al igual que los médicos forenses, Eero se había desmayado de la impresión cuando  vio salir a su esposa dentro de una bolsa negra, todos estaban consternados de que era lo que había pasado, pero mas lo estaba Lauri, sabia que todo había empezado desde que ella había probado el vino de Gia, y no perdió tiempo y se lo comento a un policía, este rápidamente tomó las otras botellas como evidencia y se dirigió a la casa principal.

Ahí en la comodidad de su habitación fue arrestada como sospechosa de la muerte de Helena, ante lo que ella alegó que no era su botella, ella no le había dado ninguna a Lauri, hasta la caligrafía de la nota era diferente, pero a no tener mas pruebas se la llevaron para ayudar a esclarecer el caso.

Una vez en la delegación, se le hicieron las interrogaciones correspondientes a todos los que estuvieron presentes en el cuarto de Helena, incluyendo a Gia, la principal sospechosa.

Eero  quedo sorprendido de saber que Lauri había sido el que había estado a su lado cuando su mujer murió, pero no le dio mucha importancia, en ese momento eran los únicos en la casa, lo que si le molesto era que no le avisara a tiempo, según los datos del forense llevaba muerta mas de seis horas cuando este la encontró en la habitación desangrada.

Pasaron todo el día en la delegación declarando, y al final del día liberaron a Gia, porque se comprobó con un cartógrafo, que en efecto no era su letra, y confesando el posible malhechor: Perttu, con lo cual salió a relucir su relación sentimental con dicho individuo.

La prensa estaba a las afueras del edificio y por un soplón de la delegación se estaban enterando de todo cuanto sucedía dentro, haciendo sus propias conjeturas,  agregando, omitiendo información que no fuese escándalo, y preparándola para enviarla a los periódicos de mañana.

Lauri volvió a su hotel, no podía resistir volver a esa casa, y Liz se había ofrecido hacerle compañía no podía dejarlo solo en ese momento. Él sabia que tenia que ir al funeral, pero solo no podía resistir verla partir en ese ataúd, por lo que se había disculpado con Eero por no asistir, pero sabia que de lo contrario daría de que hablar, no era normal que …un desconocido sufriera tanto por alguien.

Eero y los demás habitantes de la casita volvieron fatigados de todo el papeleo de la delegación y de la funeraria, que amablemente Paula había hecho todos los preparativos. Había sido algo muy intimo solo ellos y unos cuantos familiares que habían volado inmediatamente tras saber la trágica noticia.


Eero se mudo a la habitación que le habían dado a Lauri, ya que no podía soportar el ver su
habitación, para él ahí seguía su esposa, en su cama, tratando de respirar el oxigeno que la vida le negaba.

En toda la noche no había podido dormir, el rostro de su esposa se le aparecia  cada vez que cerraba sus ojos, y solo esperaba que no fuera algo para siempre porque de lo contrario su vida seria un caos mental.


5 comentarios:

  1. O.O sabes que lloré un poquito con esto???.... :( creo que llamaré ɑ mi amor :(
    Me encanta tu fic! Nunca me cansaré de decirlo! Yo espero que en cuanto termines de publicar Oblivion publiques otro igual de adictivo pues enserio me van ɑ hacer faltas los capitulos semanales :D jeje
    Saludos!!
    Atte: Luz

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  2. terve!!
    bueno ya x fin compuse mi perfil no le entensia xp!!
    muy buen cap ya kiero saber k sigue
    oye andas perdida xk no as subido nada ultimamente?
    bueno cuidate y pasa x mi blog si bye

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  3. Que Fuerte!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
    Pero me encanto.........

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  4. Ahahahahah pensé que sería más difícil que Liz entendiera lo que pasó ahahahah y Siigo diciendo que Gia es una zorra. Jajajajajaja además pobre de mi Eero..... Y no se diga Lauri.... Pero presiento que la mamá de Prieto va a regresar el tiempo Jajaja o no se.... Por cierto ya nunca me dijiste por que había dicho que era mejor que lo matara a que lo quemara ...... >>. Ándale Dan... Ay partes pendientes Jajajaja

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  5. aw llore :c pobre de Eero e igual es sospechoso esas 6 horas que no avisó lo de Helena, para todos y para los policias .. espero que Lauri no salga perjudicado por eso..

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