"Days go by like the wind and this life is too short" The Rasmus

viernes, 27 de julio de 2012

Oblivion -C23-


Feliz cumpleaños Shizuma!!!
Bienvenidas: Joseline, Valerie....:) gracias por leer  y comentar.


Este es el primer capítulo de la segunda temporada, el cual viene con cambios y el primero es el cambio de narración XD....





CAPITULO I


Italia, Milán


Abril


Liz se movió un poco intranquila en su incomoda silla, abrió sus ojos y observo que todo el mundo dentro del avión estaba saliendo. Miro al asiento de a lado y vio que su acompañante no estaba. No pudo evitar sonreír, aunque apenas se acordaba de él, había visto suficiente de su rostro como para nunca olvidarlo.

Se llevó una de sus manos para ocultar el bostezo de su siesta, y se sorprendió; olía a perfume masculino. Se quedo con la mano frente a su nariz un poco mas de tiempo, inhalando un poco mas del aroma, era condenadamente embriagador, pero no recordaba haberle dado la mano a alguien.

Se puso en pie, aun en el estrecho espacio de los asientos y buscó con la mirada a su acompañante de los ojos verdes, por un momento pasó por su mente que él le había dado la mano, pero rápidamente lo desecho. Se volvió a sentar y se dedico a ver atreves de la ventanilla, el día era perfecto, el sol brillaba y extrañamente se sentía feliz.

Comprobó la hora en su reloj y vio que  faltaban cinco para las tres de la tarde, tendría tiempo de descansar antes de volver a la universidad mañana, pero eso no fue lo único que vio, debajo de su reloj, entre su muñeca y la hebilla se encontraba un pequeño papel doblado prolijamente, lo distendió y en el leyó.

Bienvenida a tu hogar, espero que nos volvamos a encontrar mas pronto de lo que puedo esperar, te necesito cerca de mi Liz.


De un amigo que te a …precia mucho.




No pudo evitar sonreír emocionada, nunca antes había tenido un admirador secreto, y las palabras que había escrito daban a entender un significado oculto.

-Porque los puntos suspensivos entre la “a” y el “aprecio”?.-se quedó pensativa volviendo a releer la nota.  Se llevo la nota a la boca, rosándola levánteme por sus labios, e inconscientemente inhalando su aroma. Era el mismo de su mano, al instante de darse cuenta que tal vez el chico de los ojos verdes le había dejado la nota, puso los ojos como platos, y en su interior sintió un cosquilleo ante la anticipación de su encuentro.

-Si es que no estoy siendo paranoica, bien y no fue ni él quien me tocó la mano.- se volvió a llevar la mano olorosa a su nariz e inhalo el aroma, al tiempo que suspiraba esperanzada se acomodaba mejor en su asiento, importándole poco que todos ya estaban desalojando el aeroplano.



Paula no veía por ningún lado a su nueva conocida, y con Julius a su lado impaciente por bajar del avión, tuvo que resignarse a darla por perdida y marchar hacia la salida.

Ya en la puerta de salida del aeropuerto, con un sol que le hacia quemar su cuerpo, y las ansias por quitarse la ropa negra que llevaba consigo, avanzo en busca de un taxi.

-Mami y Tío Eero donde esta?, no quiero caminar.- le reprocho el niño cansado.- tengo sueño.
Ella quedo viendo a su hijo, el vivo retrato de su padre, el pelo rubio mas brillante por el sol, y sus grandes ojos azules.

-No amor, él creo aun esta en Finlandia, no se a que hora salía su vuelo, y tal vez solo podremos ver a Tío Pauli, te parece?- ella tomo su pequeña mano entre las suyas y le dio un cálido apretón. Julian le sonrió mostrándole todos sus pequeños dientes.

Habían pasado mas de veinte minutos y seguían sin conseguir un taxi, y con los ánimos por el suelo, sumado el cansancio, con el sol y no hallar transporte, ambos tanto la madre como su hijo estaban al borde de la histeria,  hasta que se encontraron nuevamente con la anfitriona del país.

-Liz!!- gritó Paula, levantado la mano para que ella localizara a la persona que la llamaba.- Por aquí!!.-
La italiana volvió su cabeza y los descubrió.

Paula se sorprendió del semblante que tenia, no parecía nada cansada como ella lo estaba, mas bien se miraba radiante, y con una sonrisa tan apabullante en su rostro, que la hacia ver mas encantadora de lo que era… en su interior sintió celos, pero eran irracionales, dado que para nada se miraba una bomba sexy en la calle, sí se miraba tierna y como no dudarlo hermosa, y los celos no se los explicaba, en su mente sabia que a Aki no le gustaban las morenas, pero aun seguía sintiendo esa sensación, que por todos los medios trato de retirar.

-Que bueno que te encontré!, no sabes hemos estado parados aquí por mas de quince minutos creo.- musitó la chica rubia.


Liz se sorprendió de encontrarla nuevamente, había dado por sentado que ya no la volvería a ver, y además estaba el tema de la salida, que esperaba ella se hubiese olvidado. No tenia ánimos para andar de tienda en tienda, no se sentía cansada pero… tenia una cita a la cual arreglarse, según lo indicaba la nota.

-Suerte que te veo entonces.- ella le devolvió la sonrisa amigable que la rubia mostraba desde que la había visto.- No te preocupes ya llamé a un servicio de taxis y en nada nos vamos.-



Más allá de la salida del aeropuerto, en un carro totalmente negro, alguien las observaba detenidamente, aguardando por su partida para seguirlas.


Lauri al igual que su compatriota se estaba ahogando de calor dentro del auto polarizado, llevaba mas de media hora encerrado, esperando por Liz. Si bien sabía donde vivía, no tenia ni idea de cómo llegar, y lo mejor era seguirla con su auto alquilado, pero nunca se imagino que se iría junto a Paula.

Por la nota que le había dejado, tenía planeado visitarla mas tarde; sin un plan en mente,  ya cuando estuviese cambiado y bañado. Nunca se le paso por la mente dejar sus abrigos del crudo invierno finés en casa.  Hizo nota mental de eso. El calentamiento global aun no llegaba a su país.

Vio que las dos chicas y el pequeño niño subían a un taxi, rápidamente encendió el automóvil y lo puso en marcha con rumbo que llevase el otro carro.


Liz acepto cordialmente la invitación que su nueva amiga le hizo para que la acompañase o mejor dicho le diera el aventón a su lugar de alojamiento, por la zona que le dio al taxista, parecía ser una persona muy adinerada.

Se recostó en el sillón viendo fijamente a través de su ventanilla, al menos daba gracias que sus acompañantes estuviesen callados, ya que moría por un rato de silencio, la cabeza parecía que le iba a explotar, y el dormir en todo el viaje sin moverse le dejo entumecidas las piernas.


-Liz, me alegro haberte conocido, has sido como un ángel para mi.- ella giro su cabeza y solo le sonrió en respuesta, por un momento sintió que esas hubiesen sido sus palabras, pero en un tiempo muy diferente, como un dejà vú.- No tienes ni idea de lo que se siente estar en un país del cual no conoces nada, gracias.-

-De nada.-

Paula noto el cambio de ánimo de su compañera de viaje, podía ver su semblante apagado atreves de la ventanilla, en el cual se reflejaba su rostro, que parecía mas bien taciturno. Quiso tratar de averiguar que le pasaba, pero con Julian dormido en sus brazos, mejor no quiso hablar de mas y despertarlo, él también estaba  muy cansado.

Bien tal vez es lo mismo que le pasaba a ella.

Veinte  minutos después estaban frente a la mansión del Señor Briattore, que por lo que Pauli le había adelantado él ya estaría ahí junto a Perttu. La mansión exudaba millones por doquier, habían tenido que recorrer mas de una manzana de distancia para llegar a la puerta principal, según parecía fueron invitados por la esposa del magnate del automovilismo.


Liz, al igual que su nueva amiga se sorprendió de la zona, nunca había estado por ahí, y ahora entendía el porque, solo gente famosa o adinerada vivía por esos rumbos.

Ayudo a Paula a bajar  a su hijo, mientras ella acomodaba las maletas en el pavimento. La vio llamar por teléfono y al instante las inmensas puertas se abrieron para ellos.

-Bueno, que tengas una estancia agradable.- se intento despedir Liz, mientras ponía en el suelo a Julian.- Te daré  mi numero por si necesitas algo.- abrió su cartera y en un papel anoto su numero de celular.

-Eso mismo te iba a pedir yo, intentare hablar con los chicos para ver si puedes venir al recital del martes, ya que te gusta la banda, que mejor manera de recompensarte que invitándote a un show privado, ¿si?- ella tomo el pedazo de papel y lo guardo en su bolsillo del pantalón.

-Me encantaría.- se despidió de ambos y volvió al taxi.

-Por favor a Piazza Luigi di Savoia.- le dijo al conductor.



Lauri ahora ya conocía el lugar donde tocaría la banda, ahora solo tenia que ingeniárselas para contactar con los chicos y …tratar de tomar su lugar como vocalista, pero ahora lo primero, continuar siguiendo al taxi. Y no es que estuviera en plan de acosador, él no era de ese tipo, pero si hubiese sido otro día, lo  hubiese pospuesto y esperado a que las cosas se dieran naturalmente entre los dos, pero no, hoy se sentía el peso del olvido mas que ayer, y sabia que mas que cualquier otro día seria así.

Iban a baja velocidad y lo agradeció, estar siguiendo a un coche no era tarea fácil, además tenia que ir planeando su próximo paso, una sonrisa apareció en sus labios ante la expectativa de esta noche, solo esperaba que ella aceptara su cordial invitación.



Liz por fin vio la calle del lugar donde vivía, era un edifico alto con unos quince pisos de altura, ella vivía en el quinto, un apartamento lo suficientemente grande, y por suerte propio; un regalo de graduación. Siempre había vivido sola, pero en la mente sabia que su familia la llamaba para saber de ella, y ahora sí que estaba viviendo completamente sola, olvidada por  todos.

El taxi de detuvo, y se bajó, al intentar sacar las maletas con ayuda del conductor, vio que a lo lejos estaba el mismo auto negro polarizado que había visto en la salida del aeropuerto, pero por extraño que fuera no le dio miedo darse cuenta de eso, por el contrario tuvo el impulso de ir  hasta el.

Pero rápidamente desecho ese pensamiento, lo mejor era dejar de seguir pensando en cosas vanas y sin sentido, y entrar al edificio, dormir, ducharse y comer.



Lauri se sintió complacido verla ya ante la puerta de su hogar, se recostó sobre  el timón y coloco su mentón en el, dejándose llevar por lo que tenia ante su vista, bien y en un futuro esta fuera su casa de verano, pero rápidamente hizo un movimiento de negación con su cabeza, porque si vivirían el verano aquí seria cerca del Lago Como.

Por un momento pensó que se había dado cuenta de su acosamiento involuntario, cuando la vio fijar su mirada fijamente al coche, agradeció que fuera totalmente polarizado inclusive del parabrisas, no quería ni pensar lo que ella diría si lo hubiese descubierto en acción.

Ya cuando ella y sus maletas desaparecieron dentro del edificio, puso en marcha el auto, en busca de un lugar cercano para hospedarse, porque por venir pensando en sus planes con la cita, no había hecho nota mental del recorrido de la populosa zona hasta aquí.

Y no tuvo que buscar mucho, a pocas cuadras había un hotel para hospedarse.

Se registró y se fue directo a su habitación, tenía poco tiempo antes de que la noche acabara, y muchos planes que hacer.

Una vez dentro de su habitación, coloco la maletas a  un lado de la cama, y se tiro en ella, no quería dormir, solo descansar el cuerpo entero le dolía, y no  había dormido nada en el viaje, por venir velando el sueño de Liz. Sonrió ante ese recuerdo, y se arrepintió de no haberla despertado, pero no era justo hacerle eso, aun no entendía que había sucedido para que saliera de la cárcel tan repentinamente, pero estar dentro de ahí le había hecho ver que era como estar en el  mismísimo infierno.

Solo cerró los ojos por un momento pero fue más que suficiente para que se quedara completamente dormido.



Liz al entrar en su casa recordó cuan bien se sentía estar de nuevo  ahí, sabia que tenia que estar en folegandros, pero poco le importo ya la clase, que mas daba si faltaba unos días mas, tenia como cinco meses de no estar en su hogar, y suspiro aliviada, era su hogar, desde hace mas de dos años, y con lo único que contaba, porque no tenia a nadie, ni amigos, ni familia que velaran por ella, ahora tenia que comenzar de nuevo.

Se quito la ropa de invierno que traía y la dejo tirada en su cama, ahora lo que mas le pedía su cuerpo era un baño. Llego hasta el y comprobó la temperatura del agua, estaba helada, perfecto pensó.

Lleno la tina y cuando estuvo lista se introdujo en ella lentamente.


No sabia cuanto tiempo llevaba dentro del agua, pero por el aspecto azulado de sus manos sabia que era mucho el que había transcurrido, pero aun así no quiso salirse aun, su mente seguía tratando de taladrar en sus recuerdos, si bien sí recordaba haber ido a Finlandia, el por qué?, aun no  entendía como se le había hecho tan corta la semana en su cabeza, era como si solo hubiese estado un día y ya, no podía recordar mas.

Salió de la tina y en ese momento su celular sonó a lo lejos.

No tenia ganas de contestar, bien y era Paula para decirle que quería un tour por la cuidad, y era lo ultimo que quería hacer, solo quería dejarse llevar por el cansancio y quedarse dormida hasta mañana, ya ni el hambre era un factor para tenerla en pie y con ánimos de hacer algo.

El celular dejo de sonar y se pudo relajar. Fue en busca de su ropa interior al armario y volvió a escuchar el repique insolente de su teléfono.

¿Quien podría ser? fue lo primero que pensó ahora, porque ya nadie se acordaba de ella, ya nadie tenia la intención de preguntar como había estado su viaje, si estaba bien, si necesitaba algo; compañía. Se dio la vuelta y contempló su teléfono que aun seguía sonando, quien quiera que fuese tenia la intensión de no desistir, y eso le animo, tal vez había alguien que si se acordaba de ella, a lo mejor era de la aerolínea.

Por fin hizo silencio el bendito aparato electrónico, se puso un pijama de pantalones anchos y una blusa de tirantes morada. Y fue a su encuentro. Se recostó en la cama y elevo el celular por sobre su rostro, abrió la carpeta de llamadas perdidas y leyó

[i]Lauri (2)[/i]

-Quien es él?- fue lo primero que dijo, no tenia una foto para identificar su numero, y hasta donde sabia todos se habían olvidado de ella. Tuvo curiosidad, y quiso devolverle la llamada pero para decirle ¿que cosa?, lo mejor era apagar el teléfono y dormir, era lo único que quería hacer.

Su dedo en la tecla apagar estaba cuando cayó nuevamente una llamada de Lauri, del susto se le cayó el teléfono en el rostro golpeándola levemente, se lo retiro y contemplo el aparato vibrante y sonante en su mano.

Solo tenia que tocar la tecla contraria para descubrir quien era ese Lauri, pero su dedo dudaba, no sabia que decirle, ni sabia lo que él tenia para decirle, además se notaba que no era un italiano(por el nombre), a lo mejor era un finlandés, y ahora con ese razonamiento no dudó y apretó la tecla para contestar, se le hizo un nudo en la garganta de los nervios que tenia.


-Aló?- dijo, pero nadie le contesto, solo un bip.bip. que daba a entender que ya habían colgado del otro lado, suspiro relajada, inclusive pensó que no le iba a salir palabra alguna si le contestaban.

A lo mejor no era momento de hablar con él ahora.
Retiro el celular y lo puso a un costado de su cama, ahora con la esperanza que ese tal Lauri la volviese a llamar, nada perdía hasta que se quedase dormida.

Y no tuvo que esperar mucho mas, el celular volvió a sonar, y junto con el su corazón se aceleró.

Lo tomó, y apretó la tecla verde.

-Aló?- pregunto ella, con una voz nerviosa que la había traicionado.

-Hola, ¿estabas dormida?.-escucho del otro lado de la línea. Era la voz de un hombre, que no tenia acento extranjero ni lo local, pero su timbre de voz era delicioso; ronco, y suave al mismo tiempo, tal parecía que las palabras salían con un matiz sensual, sin que él se diera cuenta de eso, y le daban ganas de seguir escuchando su voz, sin la interrupción de la suya propia.

-Aló?.- dijo la misma voz sensual.

Se recostó en la cama, aun con el celular en la oreja, sabia que tenia que decirle algo, o le colgaría, pero no podía, estaba totalmente trastornada por la delicia de su voz, como seria en persona el dueño de esa candente voz?, un hormigueo le recorrió todo el cuerpo, haciéndola salir de su burbuja.


-No, no estaba dormida.- se giro y se recostó de lado, cerrando sus ojos y anhelando que volviese hablar el tal Lauri.

-Me alegro. ¿Leíste mi nota?.- ahora su voz sonó mas juguetona.

Y lo recordó.

Era el chico de los ojos verdes, el que se había sentado junto a ella en todo el trayecto hasta aquí, al instante se sentó y se puso alerta.

Claro que tenia que ser él, era el único que hasta la fecha la conocía, pero tal parecía que él la conocía mas a ella, porque hasta su numero tenia.

-Como obtuviste mi numero?.-

-Tu me lo diste, no lo … recuerdas?.-

No lo recordaba por eso se lo preguntaba, pero él sabia eso, y estaba jugando al desentendido.

-¿Por qué dices que me aprecias?.- aun podía leer la nota en su mente, cada palabra se había tatuado ahí, para no borrarse nunca, era como si su subconsciente se aferrara a todo lo concerniente a ese individuo y eso la asustaba.

-Porque lo hago, y por eso, tal como decía la nota, quiero que estés a mi lado, aceptarías una invitación a comer conmigo?.-

A punto estuvo de gritar un sí jubiloso, pero su razonamiento la detuvo. No lo conocía de ningún lado; salvo del avión, no sabía nada de él, y sin embargo él decía que la apreciaba como si se conocieran de tiempo atrás.

Y como si él le leyera la mente agregó.

-Por favor?, no quiero estar solo… hoy, ven, prometo que es en un lugar publico para que te sientas mas a gusto, ¿si?- su voz en suplica sonaba aun mucho mejor de lo que creía, había bajado unos cuantos decibeles y casi en susurro había dicho el por favor, como un ronroneo candente.

Solo una sorda hubiera dicho que no.

-Esta bien, dime donde es y yo llego.-

-Gracias, es en el Hotel Auriga, dejare dicho que te conduzcan a mi, cuando des tu nombre en la recepción.

Por un momento dudo, ese hotel estaba muy cerca de donde vivia, pero en fin, no era que vivia en un lugar muy lejano, por el contrario era en el centro de Milán

Colgó y suspiro  fuertemente. Se recostó nuevamente en la cama viendo fijamente el techo con una sonrisa que le dolían las mejillas por la emoción, ante lo que le esperaba en esa cena.

Pero recordó que no podía seguir divagando con el dueño de los ojos verdes, tenia que buscar que ponerse, al menos contaba con el baño previo.


Lauri no pudo evitar sonreír ante la respuesta afirmativa de Liz, por un momento pensó que le diría que no, pero al final había aceptado, claro tuvo que omitirle ciertos detalles, en sí, si era en el hotel, pero no en el restaurante como ella entendió por lo de la cena, la cena seria en su habitación.

Ya tenia todo listo, la mesa, la comida, las velas, el champán y el pastel, claro que no podía faltar una torta en el día de su cumpleaños, y que mejor regalo que tener ante él a Liz, pero él le había comprado algo a ella.

La noche había caído tras abrir los ojos de su siesta, que por suerte no duro mucho, pero era perfecto, le había dado tiempo para bañarse y arreglarse. Abrió las cortinas, apago las luces, y se sentó en el sofá que estaba a la par de la gran ventana de vidrio. Había dado la orden de cuando ella se presentara, le avisaran para encender las dos velas y solo iluminarse por ellas.

La anticipación de la noche lo estaba carcomiendo de la emoción, sentía su corazón acelerado, tenia que ser cauteloso y no asustarla o saldría huyendo, tal como presintió que lo iba hacer de ante su llamado.



Liz estaba lista, se comprobó nuevamente en el espejo y sonrió ante su reflejo. El vestido negro se pegaba a sus curvas como una segunda piel, se miraba glamurosa sin llegar a lo vulgar, llegándole el vestido por encima de las rodillas. Sus perlas le daban un toque de color a su imagen, el pelo se lo recogió en una moño elaborado prolijamente, dejando  unos cuantos mechones que le adornaban el rostro.

En sus labios aplico un rojo carmesí, y apenas coloco un leve delineador negro en sus parpados superiores, y poco de sombra color beige.

Se perfumeo en abundancia, se coloco sus tacones de aguja que en raras ocasiones usaba, color rojo, tomo su bolsa de mano a juego con los zapatos, y salió de su apartamento.

Al llegar al primer piso, se dirigió al garaje del edificio y fue a desempolvar su wolzwagen negro, lo puso en marche, comprobó la gasolina y le faltaba mucho, pero el hotel no quedaba muy lejos.

Minutos después llegó al hotel, al bajar de su coche, atrapo las miradas de los pocos huéspedes masculinos que aguardaban por su auto, y se sintió enrojecer, tal vez se había arreglado demasiado para una cena, y apunto de devolverse a la calidez de su auto cuando el botones la llamó.

-Señorita, venga por aquí por favor.-

Ella avanzo, con paso lento pero seguro, y se encontró con el botones.

-Si?.- preguntó ella.

-Es la señorita Liz la invitada del Señor Ylönen no es así?.-

Se imagino que tenia que ser el apellido de Lauri, así que solo asintió, sin antes sacarse la duda.-Como me reconoció?.-

El botones le sonrió encandilado por su belleza y le dijo.- Fácil, él nos dijo que una hermosa joven de pelo negro y ojos como el cielo del verano, despampanante vendría a estas horas, y no es difícil de confundir la descripción que él nos dio.

Ella se sintió enrojecer aun mas, en cuan alto estima la tenia ese desconocido hermoso.

Avanzaron atreves del lobby del hotel, y nuevamente captando las miradas de los hombres sin excepción de edad, si sintió sobreexpuesta, le hubiese encantado entrar por la parte de atrás del hotel, pero ya era muy tarde para eso.

Llegaron al ascensor y se puso alerta nuevamente, se suponía que comerían en el restaurante, y dudaba mucho que se ocupara el elevador para ir a tal lugar.

-A dónde vamos?.- dijo ella, ya dentro del elevador.

-No se preocupe, llevamos el servicio de mesa a un lugar mas privado.-

Exacto, esto era lo que no quería, no quería estar a solas con Lauri, si su voz le había hecho delirar de emoción, no quería pensar lo que sucedería en el aislamiento de un lugar, sin nadie a su alrededor.

El botones apretó el decimo piso, al menos tendría tiempo para relajarse, antes de su encuentro. No pudo poner objeción, en el fondo, también quería verlo, mejor dicho anhelaba verlo.

Las puertas se abrieron y solo ella salió del ascensor.

El silencio sepulcral del pasillo hizo que escuchara sonoramente su corazón y el transitar de sus pies sobre el mármol.

No le habían dicho cual era la habitación, pero la reconoció porque en la entrada había una copa. Se agacho y la recogió, al menos con algo de líquido en su interior seria mas fácil afrontar la cercanía del susodicho.

Tarde se dio cuenta que era champán, pero poco le importo, tomó el domo de la puerta entre abierta y pasó adelante.

Se sorprendió de la obscuridad sepulcral que había dentro, apenas iluminándose el lugar con dos velas, sobre una mesa servida, pero el anfitrión no estaba por ningún lado.

Se sintió nerviosa por no poder ver nada, sabia que él la estaba viendo donde fuese que estuviese, sentía su mirada sobre ella, y se imaginaba cual seria su reacción, ya había tenido un poco de eso en el lobby, y por milésima vez se volvió a sonrojar.

Se quedo estática sin saber que hacer, en su interior era un manojo de nervios.


-Te ves espectacular.- le escucho decir, y capto donde estaba, volvió su mirada ante el ventanal, y por fin vislumbro su silueta.

Con solo esas palabras y el corazón amenazo con salirse a través de sus costillas, y solo era su voz, como seria con su tacto?.

-Por favor, toma asiento Liz, gracias por aceptar.-

Ella le obedeció, se sentía hipnotizada por la sensualidad que salía de su voz, un grado mas bajo de lo que le había escuchado por el celular, la hacia derretirse.

Avanzó lentamente sin perderlo de vista, aunque no lo podía ver bien, solo su silueta negra.

Lo sintió pasar por detrás de ella y lo vio colocarse frente a ella y sentarse, ahora iluminado por la luz de las velas su rostro hermoso, quedaba perfecto con el matiz de su voz, y la lujuria de sus ojos verdes al rojo vivo.

¿Así me mirare yo también?- pensó ella.


-Te estaba esperando.- dijo Lauri, con un tono de voz lleno de promesas....que cumpliría.

7 comentarios:

  1. Aaaaawwwwww!!! nos djst n la mjor part
    ya sub pronto l proximo siii ya kiero sabr k ba a pasar
    angie

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  2. Ayyy m re nknto sinduda l mjor regalo k m han dado grax x las flicitcions!!! ^.^!! Stoy k brinko d alegria x st kap pro nos djst n la mjor part T.T ya sub rapido l prox cap ya kiero sabr k ba a pasar
    bueno t djo k tnmos k ir a preparar los ultimos dtlls d mi party!! Y aprt xk tmbn tnmos k ir al airopuerto T.T

    shizu

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  3. Ola!!
    ayyy k tierno lauri yo kiero un novio asi u.u.. pro xk lo djst n la mjor part.. nfin asi mjor xk nos kdmos kon l suspnso
    ya kiero k subs l proximo!!!! y kuando lo subs sk ando sin time y asi pra sabr kuando mtrm
    claire
    post
    jeje yo y mis pregunts xk paula dic k liz es morna si dsd un principio c dijo k ella es wera???

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    Respuestas
    1. Aaaaa ya m kdo ms klro yo pnc k dcias d su piel grax x aklrrmlo ^.^!!!

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  4. awwww que genial!!! mmm a todos nos dejaste picados con la historia!!! awww muero por saber como termina la cena de Liz!? XD q lindo y tierno, yo no quiero un novio....quiero a Lauri!!!awww tan lindo el y Liz awww q afortunada!!! muy buen capitulo XD ya quiero leer mas jejeje Saludos nena todo lo q escribes es genial!!!!
    att. Karli :D

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  5. Excelente Cap. me encanto:)
    by: Valerie

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