"Days go by like the wind and this life is too short" The Rasmus

lunes, 2 de abril de 2012

Lauri Una Deidad Mortal (cap 35) vol.2





19 Dos Dagas, Un corazón


Vi mi mano, estaba manchada de sangre, mis ojos los sentía rojos, en la otra mano tenia la daga. Que había hecho?. En ese instante sentí que algo no andaba bien, mis ojos volvieron a su tono verde.

Sentí que no estaba solo en la habitación del baño, alguien mas estaba, jadeando, sufriendo. Me di la vuelta, y en un charco de sangre, estaba tendido el cuerpo de Lykia. Mi Lykia.

La daga cayó de mi mano, no podía creer lo que había hecho. ¿!Pero en que momento!?, la conciencia del acto me hizo asquearme de mi mismo. Tropecé con mis pies, pero llegué hasta ella.

-¿Qué me... has hecho?.-



......







Desperté abruptamente, en mi cama, y me tranquilice solo había sido un sueño, un mal sueño. Estire mi brazo, para tratar de encontrar el cuerpo de Lykia. Pero no estaba. Se había marchado?.

Envolví alrededor de mi cintura, una pequeña sabana para tapar mi desnudez.

Baje a la primer planta, pero a simple vista no la vi, ya iba de subida, cuando la puerta se abrió, me di la vuelta y ahí la vi, venia un poco requemada de su piel, se notaba cansada, y cargada con sus maletas.

-te extrañe.-dijo Lykia. Al tiempo que tiraba sus maletas y corria hasta mi.

Yo aun no podía creer lo que mis ojos veian, y peor aun, pensar que había creido que no había viajado. A quien había metido a mi cama?. Me quede paralizado, sin poder moverme, estaba en un estado de shock.

-Lauri no estas contento de verme.-dijo ella, alejándose un poco para ver mi rostro mejor.

Ella me tenía abrazado, y hasta un poco tiempo después correspondi a su abrazo, saliendo por fin de mi sorpresa.

-estoy contento.-murmure, pero esa emoción supuesta, no se reflejo en mi voz.

-por que estas medio desnudo?, o lo estas completamente de bajo de esa traviesa sabana?.-dijo pícaramente ella.

Mire hacia abajo, y recordé que estaba desnudo, porque la noche anterior se suponía le había hecho el amor, a ella. Pero no en cambio había estado con otra mujer.

 Que tonto fui!!!.

-ok, me voy a bañar y luego hablamos.-se despidió con un beso y subió las escaleras.

Me que de ahí, en las escaleras, me sente, lleve mis manos a mi cabeza. Que había hecho?. Como no lo descubri antes?, hubieron señales, claro que si!! Pero me cegué y no las quise ver, su olo, su repentino regreso, pero no quise hacer caso a mi cerebro y me deje llevar por el deseo.

La puerta se volvió abrir, alce mi cabeza, y Sali de mis pensamientos, pero ahora antes de ver quien era, ya lo había sentido.

Era Perttu.

Pero no estaba solo, había traido mi corazón, y junto a el, la daga, una replica exacta a la que me había dejado. Me puse en pie. Que era todo esto? Un  ultimátum para mi decisión?. Pero mi idea no había cambiado, nunca aceptaría ser el rey de Korppi, y dejar la tierra.

Ahí lo entendí. No había venido a darme tiempo o tratar de convencerme, había venido con el propósito de acabar con mi corazón. Y tan pronto como lo pensé, Perttu actuó. En un abrir y cerrar de ojos, yacia mi corazón en su mano derecha, con la daga profundamente clavada. Un pequeño chorro de sangre cayó.

Al menos note en su rostro,  un poco de tristeza. Cuando nuestras miradas se encontraron.

-nooooooooooooo!!!.-exclame en un profundo grito abrumador, que retumbo por toda la casa.

Antes de desaparecer, Perttu me dijo.
-Te estaremos esperando.-y me fui, buscando a Lykia. Y despedirme, estaba enojado, con todos y con nadie, no era justo, que me obligaran a vivir en Korppi, porque una vez que mi corazón mortal dejase de latir, jamás podría volver a pisar este planeta.

Llegue al cuarto de baño ella, se estaba cepillando el cabello, se había puesto una bata. El cuarto entero estaba impregnado con su aroma, la cual no fue la misma de la Lykia de ayer. Que tonto fui, por no haberme dado cuenta de algo tan elemental. Estupido!!.

Me acerque y entré al cuarto, ella se sorprendió y mi dedico la mejor de sus sonrisas, que hacían que cualquier cosa me pareciese lo mas insignificante, comparado con esa expresión. Pero aun no estaba preparado para decirle adiós, no aun no lo estaba.

-Que va mal?.-dijo ella en tono preocupado, que bien me conocía.

-Nada.-pero mi voz me traición, se me quebró al punto de parecer que iba a llorar, y era verdad, quería hacerlo, volver atrás, y no tener que hacer esto.

-Como que nada, parece como si estuvieses a punto de llorar?, Lauri no me asustes? Que te pasó? Que sucedió?.-dijo tomando mi rostro entre sus manos. Yo evitando su mirada.

-Nada, no pasa absolutamente nada.-mis piernas no resistierón, y cai al suelo, ella me siguió, su rostro afligido, contemplando el mio.

-Es tan grave?, para que estes en este estado?.-

No sabia en que momento seria, si en un minuto, o una hora, que me desvanecería para siempre del estrato terrenal y me iria de su lado para siempre.

-Oh mi amor,.- dije en un susurro.- perdóname por todo lo que te hice sufrir, perdóname por mantenerte alejada de mi lado, mi intención era que fueramos felices por siempre, después que aprendieras tu lección, pero ese fue mi error, hacerte pagar por tus errores,-ella limpio en mi mejilla mi lagrima.- y no comprender el significado del perdón, si lo hubiese hecho hubiéramos sido mas felices tiempo atrás.-tome aire, para este entonces, ella sostenía mi rostro frente al suyo, contemplando caer mis lagrimas de perdón, de agonia, de tristeza, de furia, de impotencia.

-No digas mas, Lauri, no tienes porque pedirme perdón, yo tuve la culpa, merecia el castigo que desidiste para mi.-ahora veía fluir sus lagrimas.-pero yo era feliz, a mi modo, el tenerte cerca, el verte en mis sueños o mis pesadillas, o en mi locura. -río un poco.-siempre me hacias feliz, y mucho mas ahora que estas conmigo, pero algo te pasa, y se que  estas sufriendo, desahógate conmigo, no te guardes nada, Lauri confía en mi, habla con migo, habla Lauri, que sea lo que sea yo siempre te voy amar.-

Sus palabras me reconfortaban hasta lo mas infinito de mi ser, ella era la única que podía darme consuelo en este momento. La atraje hacia mi, y la abrace muy fuerte, tratando de retenerla a mi lado, como si pudiese hacerlo para siempre, pero ese pensamiento corria mi mente, mi alma, porque me marcharia de su lado, y jamás podría volver a sostenerla de esta manera, jamás.

-yo también te amo tanto Lykia.-murmurre para ella, alejándome por fin de nuestro abrazo,queriendo ver la reacción en su rostro, al instante note el cambio de tristeza a alegría en su rostro.

-Pero te dejare sola y cuando eso llegue, al irme, conmigo se iran todos tus recuerdos.-eso era lo mejor, no los dos lados tenían porque sufrir, solo uno, y ese seria yo. Por eso borraría todos lo referente a mi de su memoria, como si jamás hubises existido, como si jamás nos hubiéramos amado. Nada, pero en mi por siempre perduria su recuerdo, hasta el dia que muriese.

-Que dices?.-se puso en pie, y se alejo de mi, yo quede ahí sentado en el piso, solo, como se suponía iba a seguir el resto de mi vida, o hasta que fuese el tiempo prudente de mi vida Korppiana para acabar con ella.

-Todo esto tiene que ver con tu primo no es asi?, con eso de que eres un rey?. Porque te iras??.-grito.-porque incluso te llevaras mis memorias?.-volvio a gritar, al vorde de la histeria, y llorando al mismo tiempo.

No le respondi, tan solo me quede ahí sentado, lleno de rabia todo era injusto, inclusive hasta mis acciones asi lo eran, quería gritar, y volver atrás, a cuando había decidido venir a la tierra. Borrar todo también de mi mente. Pero era algo que jamás podría hacer, preferiría seguir sufriedo a olvidar. masoquista!!!!

Que asco de vida!!

Algo había cambiado.

La furia en mi ganó, me puse en pie, frente a Lykia, ella dio un paso atrás, temor lei en su rostro, ella bajo su mirada hasta mi mano, en la cual había hecho aparecer la daga que Perttu me había dado.
Dio otro paso atrás, pero topó con la pared, o mejor dicho el espejo de cuerpo completo que estaba tras de ella, vi mi reflejo, la sabana en mi cintura, la daga, y mis ojos rojos.

-Todo es tu culpa.-di un paso hacia ella.-Si no te amace a ti, a la Tierra, no tendría porque haber acabado asi todo esto.

Camine mas hacia mi objetivo. Rei ante mi pensamiento, asi que era verdad. No habían sido sueños, sino premoniciones.

-Que vas hacer con ese cuchillo Lauri, me estas asustando.-ella miraba a su alrededor buscando una posible salida, porque estaba siendo acorralada, pero no había escapatoria, no para ella.

Pero ella lo decía mas por mis ojos, que por la propia daga, cuanto poder podía ver en ellos?, o mejor dicho cuanta rabia podía ver?.
Llegue hasta ella, eleve la daga frente a su rostro, y corte la bata con eso. Comprobando su filo, para ella, y para mi.


La bata cayó al suelo partida exactamente por donde la había cortdado.

Ella temblo. Al comprender mis intenciones, intento escapar, pero le era imposible. Le cerre el paso con mi brazos.

-Todo fue, y seguirá siendo tu culpa. Hasta mi libertad te llevas.-me apreté a ella, le di un beso en sus labios tome su cabeza con mi mano para dirijir el beso, que seria el ultimo. Y mientras lo hacia clave el puñal en su corazón.

Estaba hecho.

Nooo!!!


Me deje caer  a un lado de su cuerpo, me sentía extremadamente cansado, tenia que cerrar mis ojos, me lo imploraban, solo un momento y descanzar.


Minutos después abri los ojos, vi mi mano, estaba manchada de sangre, mis ojos los sentía rojos, en la otra mano tenia la daga. Que había hecho?. En ese instante sentí que algo no andaba bien, mis ojos volvieron a su tono verde.

Sentí que no estaba solo en la habitación del baño, alguien mas estaba, jadeando, sufriendo. Me di la vuelta, y en un charco de sangre, estaba tendido el cuerpo de Lykia. Mi Lykia.

Mi cuerpo tembló, atónito de lo que miraba, y darme cuenta del grado de mis acciones. Quería salir corriendo de culpa, pero mi amor y mi dolor eran mas grandes, y no podía moverme, estaba paralizado, todo mi cuerpo, inclusive lo sentía helado. Pero una parte de mi no estaba helada y ni mucho menos paralizado, mis ojos, estaban mas que vivos.

-AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA-

Grite, elevando mi cabeza hacia el cielo. el sosiego había llegado a mi cuerpo.



La daga cayó de mi mano, no podía creer lo que había hecho. Pero en que momento?. Avance un poco y tropecé con mis pies, pero llegue hasta ella.

Tenia que hacerlo.

Fije mi mirada en la suya, que aun estaba consciente.

-Que me has hecho?.-Jadeo, Lukia.

Esas palabras, taladraron en lo mas profundo de mi ser, pero mas dolor tenia que pagar, por mi error.

La había matado, y con mis propias manos. Lo que mas amaba, y lo había matado. No!!! Era injusto, cruel, y había sido yo, en ese momento me repudie a mi mismo, como fui capaz de hacerle eso?.

Como???


Me agache, y tome su delicado y ensangrentado cuerpo ante mi, obligándome a no creer lo que mis ojos veian, besándola tratando de reanimarla, porque no podía morir, no eso no, coloque mi oído cerca de su corazón y tratar de sentir algún latido, pero en ese momento lo sentí, me estaba desvaneciendo el tiempo había terminado.

Me estaba desvaneciendo de la tierra para siempre, me aferre al cuerpo de Lykia, incapaz de dejarla sola, ahí tendida en su propio charco de sangre, causado por su amor yo, el único que ella había amado, y el único que la había matado.

Todo se puso negro y desaparecí.

Para siempre.




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