"Days go by like the wind and this life is too short" The Rasmus

martes, 20 de marzo de 2012

Lauri Una Deidad Mortal (cap 30) vol.2





14 Encuentro Divino



Al dia siguiente, me hice un jugo de naranja, y unas tostadas, creo era la primera vez que usaba la cocina, la mayor parte del tiempo solo aparecia lo que quisiese comer.

Fue a mi cuarto, y de ahí Sali a la terraza, a contemplar el amanecer, hoy terminaba el verano, y venia el otoño. Me senté en el borde del murito, que evitaba que  cayera al vacio. Aunque seria una sensación grandiosa. Dejando mis piernas balancearse. A un lado tenia mi vaso con jugo y mi tostada en un plato. Y frente a mi la mejor vista que uno pudiese imaginar.

Hasta que mi mirada se fijó, en dos individuos a lo lejos, muy cerca de la orilla del mar. Al principio no le di importancia, pero recordé que nadie desde que estaba aquí, había venido a “ mi bahía”, enfoque mejor mi objetivo.

Eran un chico y una chica, hmm creo tratando de copular, porque ella estaba alrededor de su cintura desnuda, al igual que él, no les veía la cara, por un momento pensé que pudiese ser, Anika, la hermana mayor de Lilu, pero recordé que esta tenia el pelo rubio, y la del espectáculo frente a mi no era rubia.

Estaba siguiendo la secuencia de sus pasos, él la acostó sobre la arena, y ahí les pude ver el rostro a ambos. No podía creer lo que mis ojos me enseñaban, era la bazofia de Jari y Lykia…

Respira..

1

Respira..

2

Respira..

3

El método de Eero no me funciono, cual respirar!!!

Y sin pensarlo dos veces, me lance al vacio, que calculo y bien eran unos cincuenta metros, mientras iba desendiendo, tuve el impulso de sacar mis alas, pero lo olvide, las había perdido, oops!!

Asi que mejor en lugar de caer en un impacto fuerte, desapareci mi cuerpo y lo apareci a unos cuatro metros de ellos. A medida que me acercaba los veía mejor y también los escuchaba, mis puños cerrados muy fuerte, danzaban al compas de mi caminata. Tenia que relajarme o …

Muy tarde, ya tenia mis ojitos rojos. Rei para mi… en principio una sonrisa interna, que paulatinamente se fue conviertiendo en una carcajada que interrumpio los arrumacos y gemidos de los tortolos.

Sii!! Ellos me vieron, y el terror en sus rostros no se pudo comparar con nada que hubiera visto antes, incluso ahora quise reir mas, y mas fuerte, pero tener conciencia de lo que en realidad estaba pasando ahí, eso era otro asunto.

Ella me reconoció, él sin embargo no sabia quien era yo, su terror era diferente al que podía leer de Lykia, el tenia miedo de mi, de mis ojos, de poder sentir una vibración negativa de mi, en cambio Lykia, su mente se quebró poco a poco, primero por reconocer mis ojos rojos, y luego por lo que estaba haciendo.

Ella estaba paralizada, él en cambien se puso rápidamente en pie, delante de ella.

La bazofia protectora, que patético.

Me acerque lentamente a él, lo mire fijamente a los ojos, y luego desvie mi mirada hacia abajo para ver a Lykia, semirecostada en la arena, Jari volvió a llamar mi atencion, quería de todas formas evitar que mirara la desnudez de “su mujer” como él lo había dicho en su mente, eso me encendió aun mas, y lo tome del cuello, no apretándolo, solamente agarrándolo, y dándole a entender quien era mas fuerte de los dos.

Pero no entendió el mensaje, y de una fuerte manotada quito mi agarre, y trato de darme un puñetazo en la cara, al tiempo que Lykia le gritaba que no lo hiciera, al menos uno de los dos entendía lo que podría pasar aquí.

Reí de mi cinismo.

Por varios moviemientos errones de Jari, estuvimos jugando a pegar y defender, hasta el momento yo era el que me defendia, para este entonces, Lykia estaba de pie, gritándole a Jari que parara, pero él en su dolor de falta de privacidad y por machismo también, no quería parar de atacarme.

Le enojaba de sobremanera que a cada golpe fallido le sonriera, provocándolo aun mas. De tantos movimientos que dabamos, que ahora estábamos cerca del oleaje del mar, podía sentir lo frio que estaba, y eso me recordó dejar de jugar con la comida.

Le dedique mi ultima sonrisa, y era mi turno de atacar.

Al principio solo eran puñetazos en la cara y su abdomen, pero a medida el seguía pensando en lo que había pasado con Lykia, y en lo que no había pasado, me enojaba a un mas, y lo atacaba mas fuerte. El no se podía defender quería hacerlo pero yo era mucho mas rápido, inclusive Lykia intento detenerme, pero claramente le dije.

-no te metas!!.- y ella se hizo a un lado, quedando en un mar de preocupación, y pensando a que hospital lo llevaría luego de acabar la pelea.

Volvi a reir al leer esos pensamientos, y la mire a ella por un momento, dedicándole esa sonrisa, y entonces ella lo supo.

Sabia que había leído su mente, que estaba disfrutando del momento, y que no haría falta un hospital cercano. Volvi atacar a Jari y a no perder detalle de las reacciones en su rostro. Ella temblaba, aunque también pudiera ser por el frio, pero no, era por una cosa que ambos sabíamos, comenzó a llorar calladamente, y fijándose en las heridas que tenia para este entonces el pobre cuerpo de su amante.

Amante!!!!!.

Lo había olvidado, si eso era el, o lo seria o lo fue, su amante, y el tiempo se detuvo, no porque yo lo halla querido, o lo halla hecho, no, se detuvo en el lapso en que tome en nueva ocacion el cuello de la bazofia y lo apreté con mis dos manos, fuerte, hasta que lo estrangule.

El cuerpo sin vida de Jari, se sontenia solo por el apretón de mis manos, sus ojos me veian fijamente, o asi lo hicieron durante el proceso. Y los gritos agudos de ella, me sacaron de la estupefacción, volvi mi rostro al de ella, y lo tenia desfigurado del terror, eso me asusto, volvi a ver el cuerpo de Jari, y comprendi que lo había matado, con mis manos, y delante de ella.

Afloje el aprenton, y su cuerpo cayó a la arena, me aleje un poco para no tener que tocar nada suyo, Lykia vino corriendo hasta donde nosotros que no eran mas de tres metros, y se tendio sobre el cuerpo de Jari, llorando sobre el, gritando su nombre a todo lo alto.

No sabia que hacer, pero una cosa tenia claro, lo había matado, y lo había disfrutado, hasta que lei en la mirada y en la mente de Lykia asesino. Eso me callo como un balde de agua fría, y recordé esas mismas palabras salir de mi boca, pero dirigidas a mi padre.

Ahora yo era el asesino, el sucesor de mi padre.

No quería pensar en eso, recordar, no quería. Me lleve las manos a los ojos para no pensar en esas palabras, asesino, eso era yo, y me gustaba, lo disfrutaba haciendo, pero … me habían dolido sus palabras. Las de Lykia. En lo mas profundo de mi ser, me habían dolido, y sin asi quererlo, sentia humdeda la cara, pensé que era la briza del mar, pero no, con la llema de mis dedos palpe mi rosto, cerca de mis ojos y sentí que eran mis lagrimas, lagrimas de dolor, de agonia, de tristeza, las que fluían.

Me retire un poco de ellos, quedando de frente hacia el horizonte y viendo el sol en todo su esplendor, el agua helada tocando mis pies. Pero tenia que hacer algo con el cuerpo de Jari, no podía dejarlo aquí. Me devolví al lugar donde ambos estaban tumbados ahora, toqué el hombre de Lykia para apartarla, pero ella me dio una manotada en mi brazo para que no la tocara.

Iba a insistir, pero en ese preciso momento, sentí que no era el único de Korppi en la tierra, alguien estaba aquí, muy cerca, dirigi mi mirada a la casa, pero asi como de pronto sentí la presencia, asi mismo desapareció. Pero ese alguien había venido solo con un propósito, y lo sabia, se había llevado mi corazón.

Que seria de mi?…Sin mi corazón humano aquí, estoy perdido!!...

Deje a un lado mi preocupación e insiste en retirar a Lykia del lado del cadaver, ella claro reacciono nuevamente golpeándome, pero no le presté atención a sus fuertes manotadas, y por fin  la aparte del cuerpo de Jari, coloque una de mis manos sobre el, y la otra resguardando atras a Lykia para que no interviniera, y me dejara deshacerme del cuerpo sin vida de su…

Lo incineré desde adentro hacia afuera, para luego quedaran cenizas, que el fuerte viento se llevo.

-QUE LE HICISTE??, LO QUEMASTE!!.- gritaba Lykia cerca de mi oído, llorando, maldiciéndome, y golpeándome en repetidas ocasiones. Hasta ahora no había querido hacer nada, porque comprendía su dolor, eso mismo hubiese querido hacerle a mi padre, pero no pude.

Ella se calmó, entonces por fin la encare, sentí su miedo al ver mis ojos rojos, y comprender lo que había hecho, y lo que era capaz de hacer verdaderamente.

Pero no quería seguier viendo ese tipo de temor mezclado con dolor, en sus ojos, en su rostro. Posé mi mano cerca de su mandibula acariciándola, y siguiendo la línea hasta llegar a sus orejas, hice lo mismo con la otra mano, ahora tenia su rostro perfectamente enmarcado por mis manos, cerca de mi rostro.

Ella no me quería ver directamente a los ojos, teniéndome tan cerca, tenia miedo, pero a la vez, en su interior luchaba por querer besarme tanto o mas, como yo quería hacerlo también.

El tiempo estaba contra mi…

Necesitaba que me mirara, pero estaba renuente, solo asi podía cambiar lo sucedido, y hacerla olvidar , a la vez que me hacia olvidar a mi lo que en su momento viví igual con mi padre. Me miró directamente, y lo hice, borre de su memoria lo que había visto aquí a la orilla del mar, hice olvidar su dolor, su rencor hacia mi, y plante nueva información en cuanto al cuerpo de Jari.

Ella no había salido del trance aun, por lo que la pude besar, disfrute tanto poder sentir que ya no pensaba en mi como un asesino, que al tiempo que devolvía mi beso tan cálidamente y tiernamente como le era posible, la sentía libre de rencor y dolor  hacia mi.

Fue lo máximo.

Ella retiro un poco mi rostro del suyo, para contemplar mis ojos, y ante lo que ella vio, sonrio para mi, y continuo con su torrido beso, que se tornaba a cada instante en una mas salvaje.

me fascinan tus ojos verdes”, pensó ella, riendo sobre mis labios.

 Sus manos viajaban por todo el contorno de mi espalda, de arriba abajo, de vez en cuando, colocaba una mano en mi nuca y acaricia el cabello que ahí caia. Yo continuaba con mis manos en su cara, uniéndola a mis labios, no queriéndola apartala jamás.

Solte una mano, y la lleve entre nuestros cuerpo, y me sorprendi, que había olvidado, que ella continuaba desnuda,… y sucia.

La cargue en brazos, sin despegar nuestros labios, que ahora danzaban un vals lentamente, acariciándonos mutuamente en un vaivén de lenguas.

Llegue a la orilla del mar, y juntos entramos, ella tembo al sentir la fría agua sobre su caliente cuerpo. La puse en pie, y nos miramos, sentí que el tiempo se detenia, pero ahora de una profunda felicidad, que este cuerpo humano sin corazón tenia.

Y rei de eso. Me agache un poco, para recoger un poco de la arena que había debajo del mar, y tome un puñado, me incorpore, y la coloque en el pecho de ella, donde otro la había tocado.

Ella comprendió lo que quería hacer, y prosiguió a quitarme mi camisa. Volvi a recoger arena, y la tendí en su rostro, deteniéndome en sus labios, que con la llema de mi dedo los delinee, con la poca arena que aun tenia.

Ella trato de besarme, su urgencia me complacía pero, aun no había terminado mi trabajo con ella. La volvi a cargar en brazos y salimos del mar, la tendí sobre la arena, y me sente a su lado, contemplándola a la luz del sol. Tome arena en mis manos y la esparci por todo su cuerpo, no deje ningún espacion sin que la arena tocara su magnifico cuerpo.

Le di mi mano para que se pusiera en pie. Y la envolví con mi cuerpo en un abrazo que duro un milenio para mi. Hacia mucho tiempo no me permitia disfrutar de placeres tan humanos y sencillos como un simple abrazo con la persona que uno…

Que?? 

Y la lleve a mi casa.

Ella iba haciendo círculos con sus dedos en mi pecho, y con la otra mano acariciaba mi nuca, la línea de mi mandibula, mi perfil, mis labios. Todo mi rostro.

-A donde me llevas?.- susurro.

-A mi casa.- la volvi a ver, se miraba magnifica en mis brazos, y no pude evitar sonreírle.

-No me digas que eres el vecino de Lilu.- note su asombro. Casi dijo las palabras en un jadeo.

-Si lo soy. Porque?. Ya lo sabias?.- dicho esto, acababa de entrar en el umbral de la puerta de mi casa.

-nooo!!! Pero desde que estoy aquí, no he dejado de escuchar acerca del vecino… ken…-rio un mmento para lugeo continuar hablando.-bueno es asi como Kiana te llama. Pero dejando eso a un lado. Me fascina tu casa.-

-Me alegro que te guste. Y porque estas en casa de Lilu?.- ella se puso mi camisa, que estaba un poco seca, luego de bajarla de mis brazos, y llevarla a la cocina.

Quería leer de su mente el porque había dejado nuestra casa… bueno su casa. Algo tuvo que haber pasado.

-Lilu me invito y …-penso sus palabras un momento, pude notar.- como tenemos unos días libres, no vi mal la oportunidad de estar muy cerca del mar.

-Quieres algo de comer?.- dije, abriendo la refrigeradora que estaba un poco vacia.

Me estaba mintiendo, no era buena mentirosa. Y no me quedaba mas remedio que buscarlo en su mente. Mientras sacaba algunos jugos de la refri, lo hize.

Y lo que vi me alegro?.

Claro que si!! Ese fue el propósito inicial del espectáculo dado en el camerino.


-oh entiendo, quería unas vacaciones.- Reí para mi mismo sin que ella lo notase.

-sip.- respondió Lykia, mientras bebía ávidamente el jugo.

Ella se alejo de mi, aun sin ropa alguna,  buscando salir de la cocina,  observando todo lo que miraba a su paso, yo la iba siguiendo. Llego a la sala, y desde ahí contemplo las grandes escaleras que llevaban a la segunda planta, elevo la miraba y vio el gran candelabro que se encontraba en la cima de techo, al final del cuarto piso, que ni yo mismo conocía, me dedicaba únicamente a la primer y segunda planta.

-eh.. podrías darme una camisa o algo para cubrirme?.-me pregunto, al ver que me acercaba a ella, por el pasillo.

Eleve una ceja, y la mire entretenidamente, ahora quería esconderse de mi.-hay camisas, pero arriba.-dije, solo eso, esperando su reacción. Al cabo de unos cuantos segundos, elevo su vista al segundo piso, y cambio de tema.

-Hace cuanto vives aquí?.- se alejo un poco de mi, y se sento en un gran sofá, que estaba cerca de las gradas, y me miro fijamente a los ojos al principio y luego bajo la mirada por mi torso, hasta el ombligo, luego volvió a mis ojos subitamente.

Tenia que responder con cuidado, porque ella no sabia desde cuando estaba aquí.

-no hace mucho.- dije, y me sente en la ultima grada, viéndola solo de reojo, y pensando.

Porque la había traido a mi casa?, porque la había besado tan desesperadamente?, porque le estaba contando cosas?, porque quería tenerla entre mis brazos, y amarla hasta el fin de mis fuerzas.?

Alguien lo sabe, tu secreto, y mas ahora sin corazón, puedo leer el miedo en ti, miedo de perderlo todo, y por eso la guardia baja.

 Tan ensimismado en mis propios pensamientos, que no me di cuenta en que momento Lykia se había acercado a mi, y sentado a mis pies, colocando su carita en el borde de mis rodillas.

-Que tienes?.-me miro, melancólicamente.

No le respondi, no quería hacerlo, no deseaba tampoco, pero y que si era verdad? Que y si fuera miedo a perderlo todo?.

-Porque estas aquí conmigo Lykia?.- tome su rostro entre mis manos, agache mi cabeza y deposite un fugaz beso en sus labios. No lo entendia, no hace mucho, la había hecho sufrir hasta la locura, y debería odiarme, estar enojada, y por el contrario estaba aquí como si nada.

-por que, estas vivo.- hizo una pausa, para pensar bien sus palabras, y continuo.- por que, desde hace mucho que no tenia la oportunidad de estar tan cerca de ti… por que, aunque me,- volvió hacer una pausa, y tomo mis manso entre las suyas.- hallas herido de la forma en que lo hiciste, no se puede comparar con la alegría de saber que estas vivo, por que… te …- suspiró, recordó, me atrevi a meterme en su mete y  leí.-te amo.-…-extrañé.-

Amor!!, yo también la ame, y mucho, que diferente hubiera sido nuestras vidas. Pero no. Todo había cambiado en un segundo.

-y tu me amas?.- pregunto ella, trayendo mi atención a su rostro. No podía responder, no quería hacerlo, y opte por atrapar sus labios entre los mios, y hacer olvidadisa esa ultima pregunta con mis caricias.

Y en un segundo estábamos en mi cuarto. Ella se asombro, pero le duro poco, vio mi cama, y continuo besándome, la tendí cuidadosamente sobre la cama, ella estaba un poco desesperada por mi pantalón que no sedia ante sus intentos por quitármelos, los desparaeci, al igual que mi bóxer negro.

Ella sonrio en mi cuello, haciéndome cosquillas, ante la sensación de estar en contacto con mi piel desnuda y la suya.

Ella recorrió con su nariz mi clavicula, besándola e inalando mi aroma, al tiempo que sus manos bagaban por mi desnudez.

-hueles exquisito, a lavanda, como….- se silencio, la bese antes de que pudiera seguir hablando, pero con la curiosidad de que mas era mi aroma, y lei su mente.


…Tu primo.

Corte  el beso en el presiso instante de la palabra. Y ahí lo comprendi, el había estado en mi casa, había visto mi corazón, el había venido a la tierra la otra vez que sentí un Korppi, y él la había visto a ella.
No pensé, no razone, tan solo me deje llevar por la ira.

Mis ojos cambiaron, lo note por la expresión en el rostro de Lykia. Pánico. Acaso otra vez me había traicionado? Porque la presencia de un Korppi era una tentación.

Me levante, y traje conmigo a Lykia, la arrincone contra la pared, y puse mi mano en su cuello y la otra en la pared.

-Que hiciste?.- pregunte, mi voz la escuche irreconocible.

-Lauri calmate.-dijo jadeando, por la fuerza que mantenía sobre su cuello.

No quería escuchar sus escusas, quería una rápida respuesta y la busque en su mente.

Y mi rabia incremento, se había dejado tentar por él, se había enterado de cosas que no quería que supiese, pero no había pasado nada entre ellos. Porque?, solo fue una visita de abvertencia acaso?, esperaba que leyese su mente?, o en verdad había respetado que era mia?.

-No paso nada, lo juro, el dijo que era tu pri..mo.-

-Por … un momento pensé que lo habías hecho otra vez…- solte su cuello, y la atraje hacia mi cuerpo, para abrazarla fuertemente.-porque eres mia Lykia.-
Sentí sus lagrimas en mi pecho, asi que mantuve por mas tiempo mi abrazo, dándole tiempo a que se tranquilizara.

-Pero no me amas.- murmuro contra mi cuello. Rompió mi abrazo, y me miro con temor a los ojos.

Ellos cambiaron a verdes en el mismo instante, y la calma se propago por mi cuerpo.

No deje que sus palabras me conmovieran y obtuviera una respuesta inmediata, estaba analizando las cosas, todo había pasado tan de pronto, pero era de esperarse. Se habían dado cuenta que estuve en el entierro de Johannes, y me mandaron a buscar, sabían que estaba en la tierra, que había marcado una mujer como mia, había bajado la guardia, y sabían mi secreto y mi debilidad.

Acaba con tu debilidad, y estaremos libres de problemas.

Ella se alejo, y volvió a la cama, se acostó, y se arropo con mis sabanas, las estaba inhalando y ese gesto me gusto. No perdí tiempo y la acompañe, me meti en la cama, le quite la sabana y le susurre al oído mientras le daba mordiscos en el lóbulo de su oreja.

-No me sustituyas por una simple sabana, cuando tienes a la fuente del olor sobre ti.-

Ella sonrio,  y coloco sus piernas alrededor de mi cintura, dándome la bienvenida por segunda vez, desde hacia mucho tiempo atrás.

Acaba con tu debilidad, y mira hacia la libertad.

 Estábamos en el máximo de nuestro éxtasis y sentí nuevamente que vivía y … que moría.

Mis ojos rojos, volvían con  agonía.

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