"Days go by like the wind and this life is too short" The Rasmus

lunes, 5 de marzo de 2012

Lauri Una Deidad Mortal (cap 20) vol. 2




4 Despertar

La luz del día no importaba para mis ojos, así que si me sentía algo “cansado” dormía hasta que así lo decidiera mi cuerpo. Desperté y estaba en el sofá, todo doblado, y semidesnudo, y como siempre ella viéndome.

-ahh!!! Basta, mira a otro lado. Me hartan tus miradas.-

Lo admito estaba enojado y muy muy enojado. Por todo y por nada. Me bañe en un instante. Me puse un pantalón negro, muy ceñido en mis muslos y a medida iba bajando era mas flojo. Una camisa blanca desmangada con gorro. Unos burros negros. Y loción.

Al otro instante estaba en casa de Lykia. Me debía una explicación. Ronde por su habitación, nada. La sala. Nada. No estaba en casa. Donde estaría?, no eran mas de las ocho de la noche, no acostumbraba a salir. No quería hacerlo pero era la única forma de encontrarla, tocar su mente con la mía.

Y al momento supe donde estaba. Y otra vez reía sin parar. Y a su lado la bazofia de Jari.

Desvanecí mi materia corpórea, era invisible ante los ojos humanos. Era un bar muy concurrido todo era bulla, música con alto volumen y jóvenes ebrios y drogados. Pero Lykia reía y reía de nada, del silencio.

Ahí lo comprendí, ella había encontrado una manera muy “sutil” de bloquear mi pensamiento, mis tormentos, su deseo de verme, tenerme a su lado. Y todo creo por una sola persona Jari. Reía con el tontamente, lloraba incluso de tanto que reía. Y todo porque se encontraba totalmente drogada.

Intente hablar en su mente, pero tenia bloqueado el pensamiento no pensaba en nada, solo estaba ahí gozando de algo imaginativo.  A cada minuto que pasaba, mi ira se iba incrementando, el bullicio, su risa, la risa de la bazofia todo en conjunto estaban haciendo querer explotar mi cabeza, no aguante mas, y con un leve movimiento de mis manos, todos los focos explotaron, la música dejo de sonar, y la luz se fue.

Todos empezaron a gritar a un mas, los eufóricos drogadictos gritaban de emoción y los que no lo estaban lo hacían de miedo. Corrían por doquier, sin importarles que se tropezaban con los objetos al no ver absolutamente nada. Lykia y Jari hacían exactamente lo mismo que todos.

Grandioso, perfecto. Estúpidos humanos.

Si continuaba un segundo mas en ese lugar iba terminar matándolos a todos asta que se silenciaran. Me disponía a marcharme, pero la vi, corriendo y aun sonriente. No podía siquiera permitírselo, no.

Ni cuenta se dio, de quien o por donde la agarraron. Pero así lo hice en menos de un segundo estaba frente a ella, la tome de la cintura abrazándola con mi cuerpo incorpóreo y nos desvanecimos en el aire.

En otro instante estábamos en su cuarto. La solté de mi abrazo, y la senté sobre la cama. Me miro fijamente a los ojos. Oh!!! Me estaba reconociendo. Ya era tiempo, pequeña. Pero empezó a reír y a saltar en la cama, con los brazos extendidos. No me había reconocido. Pero lo que dijo me dejo helado.

-eh!! Lauri porque no saltas conmigo también eh?.-dijo ella en gritos y risas, aun continuando saltando de su cama.

Me reconoció?, pero si así lo hizo porque esta tan contenta, no tendría que estar llorando?. Por qué estas contenta pequeña mía?. Susurre las palabras en su mente. Pero no dejaba de saltar y reír, mi enojo estaba volviendo poco a poco, paulatinamente con cada risa de ella.

-contenta? Claro… mírate, te puedo ver y tocar, y estas de colores hahaha!! Esto es increíble.-
De colores?. Pobre.

Me senté en la cama, pero antes la tome de la mano e hice que se sentara a mi lado, la vi fijamente a los ojos y la empele para que dejara de reír, bueno por unos cuantos segundos. Malditas drogas.

-Dime, y cuándo no me ves porque ríes?-pregunté, muy ansioso por escuchar su respuesta.

-haha!! Simple, porque siempre estas ahí a mi lado, tomándome de la mano a que si?.-dijo y se bajo a al suelo y comenzó a dar vuelta y vueltas en el mismo lugar con la cabeza viendo hacia arriba, y los brazos extendidos.

Siempre a su lado? Pero el que siempre estaba  junto a ella, era la bazofia andante de Jari no yo. Hmm!! Así que por eso no se le hizo raro tenerme ahora tan cerca. Drogas malditas.

Ganando poder contra mi. Me puse en pie para hacerla parar de dar vueltas pero en el instante que la iba a tocar, callo en mis brazos completamente mareada.

Me volví a sentar en la cama con ella en mi regazo, viéndome fijamente a los ojos. Paso una mano por detrás de mi espalda, y la otra acariciaba mi rostro cada detalle, tratando de memorizarlo con su cálido toque.

-besame Lauri- dijo ella, tratando de acercar mi cabeza a la suya. Pero no la moví ni un centímetro.

-no me besaras?- pregunto, esbozando una gran sonrisa.

-no lo hare si no me apetece.-dije mordazmente, manteniendo su mirada. Mis manos estaban en torno a sus piernas y su cintura. Abrazándola para que  no dejara mi abrazo.

-oh!! No te apetece entonces?- susurro, acariciando mi labio superior con su dedo.

-así es, no me apetece.-

-no te apetece hahaha.-note vacilación en su voz, quería preguntar algo pero no se atrevía, trago saliva y pregunto.- Me odias tanto?- cuestionó, aun riendo, pero su risa no llegaba a sus ojos. Me tomó por sorpresa su pregunta, pero Lykia jamás había sido una chica tonta.

-te odio tanto? Si!.-conteste sin bacilar en ningún momento en mis palabras. Su risa se hizo mas escandalosa, tanto que me estaban empezando a doler los oídos. Gradualmente el volumen de su risa iba disminuyendo, hasta que comenzaron a salir lagrimas de sus ojos.

Oh!! Bye bye drogas!! Y déjenme el resto a mi.

Su abrazo se hizo mas fuerte a mi alrededor, tratando de no querer soltarme, oh si porque si lo hacia, desaparecería al instante, que bien me conocía mi pequeña.

Volvió a mirar mis ojos, ahora los de ella llenos de lagrimas, y sus mejillas mojadas.

-si me odias tanto porque estas aquí?- pregunto, secándose sus lagrimas con su antebrazo no queriendo seguir llorando. Cosa un poco difícil para ella.

-es por lo que te odio tanto que estoy aquí, [i]amor[/i] mío.- dije.

-no . no vuelvas a decirla. No si me odias, no digas  QUE ME AMAS CUANDO NO ES CIERTO.- replico Lykia.

-no he dicho que te amo-

Sus ojos se abrieron aun mas, ante mi revelación, en su mirada había enojo, tristeza pero también humillación, al ser rechazada.

-…. Vete!!. Y no vuelvas nunca, no te quiero cerca de mi, solo buscas mi destrucción, lárgate.- grito ella tratando de apartar mi abrazo.

-escúchame bien.- tome su rostro entre mis manos.-solo yo decidiré cuando me marche, no lo hare cuando tu me lo pidas.-

Me acerque mas y mas hasta que nuestras narices rozaban, pero ella no cerraba sus ojos, y yo tampoco, claramente, pensó que no la besaría.

Pero se equivoco, la bese, tiernamente gentilmente.

Por qué?

Y desvanecí de su abrazo, alejándome rápidamente de ella.


Aparecí en mi casa, en mi cuarto, en mi sofá negro, frente al cuadro. Si otra ves frente al maldito cuadro. Me senté, y la contemple, embriagándome de su belleza, pero solo eso embriagándome, no haciéndome sentir nada, ella hermosa pero …

Sonó mi celular era, Eero. Avisándome que ya la próxima semana se regresaba a Finlandia, y que estaba mas que ansioso por empezar a grabar las canciones. En ese momento me olvide de mis “deberes” en pos de Lykia, solo pensar en la banda y en grabar, borraba su risa, y su dolor.

-L. no solo mírame, háblame.-

Otra vez estaba hablando con el cuadro. Creo que no quería sentirme… solo en esta gran casa, no tenia ni servidumbre no la ocupaba, no ocupaba comer nada por un largo tiempo. Mis pensamientos siempre estaban en como estaba la  mente de Lykia.

Ha!! Que vano era mi estancia en la tierra, solo el propósito de Lykia me tenia aquí. Pero no, algo mas me tenia que tener aquí, porque cuando todo terminara, no lograría marcharme jamás. Tan encariñado estaba con la tierra que me veía imposible si quería volver a mi antigua galaxia.

-te conozco?- le pregunte a L.

-por qué me vez hoy así?. Tu cara esta alegre?.- le pregunte a la mujer del cuadro.

No sabia como explicarlo, pero su rostro se notaba un ligero cambio, ante en su mirada, o era que yo estaba paranoico. Lo mas seguro.

Me deje llevar hasta la cama, me quite los botines, y la camisa, me tiré boca abajo, seguramente para tratar de dormir, no es que lo necesitara, pero una vez llegue a estar tan metido en esto de ser un humano que todas las costumbres seguían allí latente.





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